lunes

¿Votos prestados o votos endosados?

Luego de culminada la segunda vuelta electoral y de conocerse el triunfo del candidato de la Alianza Regional Todos por Pasco, Ing. Klever Meléndez, se hace necesario evaluar algunos aspectos de esta etapa del proceso electoral de la región. Sin lugar a dudas, lo más resaltante ha sido la reducción de los entusiasmos de la gran mayoría de los electores. Si en la primera vuelta los ímpetus de los simpatizantes de los candidatos a los gobiernos locales dieron colorido y soporte correligionario a los eventos proselitistas, en la segunda vuelta, luego de conocidos los nombres de los alcaldes y consejeros regionales electos, no se produjeron movilizaciones ni mítines masivos de respaldo a las candidaturas a la presidencia regional. Las explicaciones a esta situación podrían ser muchas, pero la más factible es la incapacidad de los pobladores de seguir dando soporte a sus simpatías, ya que al prolongarse el proceso electoral por dos meses más, no sólo los candidatos tuvieron que asumir nuevos gastos para continuar con sus afanes electorales sino que, los ciudadanos debieron evaluar el impacto de los días de la extensa campaña en sus vidas privadas, más allá del compromiso cívico que sienten por los intereses de su región.

La guerra sucia se mantuvo como una constante desde la primera vuelta, los golpes bajos, denuncias y acusaciones sin confirmar no dejaron de difundirse por volantes y medios radiales, afectando a uno u otro candidato. A ambos candidatos se les ha acusado de paternidades extramatrimoniales e incluso sin reconocimiento de filiación paterna, esperando que un supuesto «efecto Zaraí» perjudique su imagen y sus aspiraciones presidenciales. De ser ciertas esas denuncias existirían censurables cuestionamientos morales, pero ningún impedimento legal para continuar en la competencia electoral. De todas formas sigue siendo una tarea pendiente de solución la visibilización previa de las cualidades morales de los candidatos a los cargos de elección para evitar que los niños –materia de las denuncias– sean puestos en vitrina sin considerar los efectos sicológicos que puedan ocasionárseles a futuro.

Las estadísticas finales de la segunda vuelta, nos muestran que mientras el candidato de Somos Perú creció en un 37% en relación a la primera vuelta, el candidato de Todos por Pasco, merced a la capitalización de simpatías con los líderes de las otras listas que compitieron en la primera vuelta, duplicó en un 102% su respaldo electoral (de 31,740 dio el salto a 64,041 votos). Lo curioso del festejo lo dieron los simpatizantes de las listas que en la primera vuelta quedaron fuera de carrera y que para esta segunda vuelta electoral se aliaron con el ingeniero Klever Meléndez. Sus emotividades eran dignas de quienes asumirían la gestión regional. Aparentemente perciben que «los votos y servicios prestados» para esta segunda vuelta electoral, les otorgarán ciertos derechos dentro de la administración entrante. Sin embargo, en vísperas de un proceso electoral general en donde cada uno de ellos cogerá sus propios rumbos y simpatías presidenciales, es probable que esta alianza construida en base a enemistades políticas comunes y no sobre coincidencias programáticas, se vea resquebrajada antes de culminar el primer semestre de gestión; con lo cual no existirían condiciones que garanticen la gobernabilidad regional ya que todo indica que este triunfo no corresponde al crecimiento de un nuevo liderazgo regional, pues aparentemente responde a un «endose de votos» sin ningún acuerdo concreto.

Vistas así las cosas, menudas complicaciones tendrá que asumir el ingeniero Klever Meléndez para llevar adelante una buena gestión regional, en donde no ha quedado nada claro cuáles son sus compromisos con sus ocasionales aliados; pero ante todo no debe de olvidar que ahora su responsabilidad es armar un equipo de trabajo con capacidades técnicas que le asegure cumplir con las expectativas de los pasqueños, por encima de cualquier compromiso político o personal.
desco Opina - Regional / 20 de diciembre de 2010
Programa Selva Central


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martes

Sobre alianzas y acuerdos de ocasión

La semana concluyó con la conformación de distintas alianzas políticas que se aprestan a competir en los comicios de abril del 2011. La mayoría de partidos nacionales ha buscado «concentrar» la debilitada fuerza que mostraron en el proceso subnacional de octubre, que concluyera con su indisimulable derrota ante las agrupaciones regionales. Éstas devinieron en el objeto de deseo asediado las últimas semanas, como parte de la búsqueda de la llave del éxito en que se encuentran embarcados todos los aspirantes a la Presidencia de la República.
El primero en sorprender fue Pedro Pablo Kuczynski (PPK), aunque en realidad quien sorprendió fue Alianza para el Progreso, que emergió como uno de los victoriosos del proceso regional y municipal. La alianza de los menudos que él encabezaba –Partido Humanista, Renovación Nacional– terminó convenciendo a la organización de César Acuña, quien abandonó a Solidaridad Nacional a último minuto, pero también al magullado Partido Popular Cristiano (PPC), que en medio de sus disputas internas cree haber encontrado en el ex Ministro de Economía, el flautista adecuado para llegar a la tierra prometida. Como es obvio, gran negocio para el candidato, pero también para el alcalde trujillano, que seguramente impondrá importantes condiciones en la lista parlamentaria de la novísima alianza.
Luis Castañeda, por su parte, tuvo que afrontar el abandono de dos pasajeros que ya parecían embarcados con él, porque Acuña y Lourdes Flores cambiaron de conductor en la hora undécima. Uno más taimado que la otra, negando toda conversación y arreglo previo; la segunda, tratando de cuidar las formas, pero imponiendo su decisión en su agrupación, el PPC, que sin duda sigue viviendo su propio y prolongado calvario. El ex burgomaestre limeño, así las cosas, se llevó como «premio consuelo» su alianza con los restos de Unión por el Perú, los mismos que saltaron del barco nacionalista el 2006, apenas instalados en el Congreso, además de Cambio 90, uno de los membretes del fujimorismo, hoy día en manos del congresista Reggiardo, que por esta vía cree resolver su futuro inmediato.
Las izquierdas, por su parte, también contribuyeron al espectáculo. Tras coquetear hasta el final con el Partido Nacionalista, el Movimiento Nueva Izquierda optó por lograr un acuerdo con Fuerza Social y Tierra y Libertad, además de resucitar a la Democracia Cristiana, liquidando de paso a su emprendedor Guerra García. Entraba dentro de lo posible, pero no dejaba de sorprender, habida cuenta de la anunciada pretensión de Fuerza Social de ir solos. Sin embargo, lo que sí resultó desconcertante, fue la incorporación del partido FONAVISTAS en este acuerdo; máxime porque Raúl Canelo, su derrotado candidato a la municipalidad de Lima, es abogado de una de las partes del sonado caso Comunicore. Cierto que fue desembarcado rápidamente, pero el ridículo queda.
Más discreto, más seguro también, Perú Posible confirmó su alianza con Acción Popular y Somos Perú, además de establecer diversos acuerdos con distintas figuras regionales. Igualmente discretos, aunque por otras razones, en realidad no hay muchos interesados en participar con ellos, los apristas y Mercedes Aráoz, parecen haber establecido algún tipo de arreglo con Siempre Unidos, el partido del alcalde de Los Olivos.
Fuerza 2011 y el PNP, finalmente se quedaron prácticamente solos. Los fujimoristas lograron atraer a Rafael Rey, de quien se decía «ampliaría» la lista de su ex colega Aráoz, que si bien encontró el espacio que le corresponde mejor, difícilmente aportará votos distintos a aquellos que ya tiene Keiko Fujimori. En el caso del Partido Nacionalista, todo indica que su soledad, que intentaron evitar hasta con aviso en el periódico, es resultado de la poca confianza que generaban sus llamados a la unidad y la construcción de acuerdos. En cualquier caso, y más allá de anécdotas, da la impresión que ambas agrupaciones mantienen una opción por la concentración de su votación, quizá porque no tenían más opción.
Como es evidente, los medios de comunicación y los distintos análisis que circulan, se regodean con la situación. Como siempre, la miran unilateralmente y enfilan sus baterías y argumentos a mostrar las miserias y debilidades de izquierdistas y nacionalistas, olvidando que el espectáculo ofrecido por las otras organizaciones ha sido equivalente o mayor. En cualquier caso, es evidente que este conjunto de matrimonios de interés, esta sucesión de abandonos, divorcios y bodas aceleradas, no nos anuncia un futuro mejor. Los acuerdos de ocasión a los que estamos asistiendo, que todavía tendrán que pasar por la prueba ácida de la conformación de las listas parlamentarias, antes que responder a la fragmentación, en el mediano plazo pueden contribuir a su multiplicación.

desco Opina / 13 de diciembre de 2010
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viernes

Responsabilidad social minera Vs. políticas de desarrollo sostenible

«Perú, país minero», bajo este lema y con dudosas argumentaciones, consecutivos gobiernos nacionales han otorgado una serie de facilidades a las grandes empresas mineras para realizar sus operaciones en todo el país. Entre ellas tenemos los contratos de estabilidad tributaria, la no exigencia del pago de regalías –que da un rodeo a la sentencia del Tribunal Constitucional que determinó que no era un impuesto más–, el otorgamiento de concesiones mineras sin considerar la consulta previa y más recientemente, la firma del Contrato de Solidaridad con el Pueblo (con su probable extensión) haciendo vista gorda al pedido de muchos sectores sobre la urgencia de un impuesto a las sobreganancias mineras.
Cada departamento ha sufrido las consecuencias de estas gentilezas del Estado para con la industria minera. En Arequipa podemos resaltar dos de reciente data: en el proyecto Tía María y en la ejecución de los fondos del aporte voluntario.
Ya se ve, hasta con desconcierto para muchos, cómo los pobladores de Cocachacra (Islay) han retomado sus protestas porque no quieren que la Southern Copper Corporation ponga en marcha el proyecto cuprífero Tía María. La protesta se dio a pesar de que la minera se comprometió oficialmente a desalinizar el agua para sus operaciones y a no utilizar el agua subterránea, demanda planteada por los pobladores. Se ha dado una nueva tregua después que el ministro de Energía y Minas, Pedro Sánchez, anunciara que el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) va a ser evaluado por un organismo independiente de las Naciones Unidas; sin embargo, ha quedado nuevamente en el aire la solicitud de un plebiscito.
Nada de eso hubiera pasado si el gobierno, oportunamente, hubiera informado al distrito de Cocachacra sobre esta concesión, se hubiera tomado la molestia de revisar si las actividades de la zona conciertan con la actividad minera o en principio hacer una consulta. La protesta no hubiera pasado a mayores si Southern hubiera actuado sin tanta altanería y dando la alternativa de desalinizar el agua desde el comienzo y no cuando empezaron a sentir mayor oposición por su ingreso a esta zona.
Según la norma, los fondos del aporte voluntario tienen un destino concreto y deben ejecutarse según un estudio de línea de base que determine cuáles son las necesidades de la población beneficiaria del aporte. Sin embargo, en Arequipa, la empresa con mayor aporte, Sociedad Minera Cerro Verde, destinó algo de este fondo a instituciones privadas. La Asociación Cerro Verde (administradora del fondo) dio algunas explicaciones poco convincentes sobre estos gastos. Este hallazgo ha puesto al descubierto el insuficiente (por no decir inexistente) poder del Ministerio de Energía y Minas de fiscalizar la forma en que se gastan estos fondos, la falta de sintonía con los proyectos o propuestas locales presentadas a la asociación y la discrecionalidad de la que gozan las mineras para la ejecución de estos fondos.
Con este panorama nos preguntamos: ¿las actividades de responsabilidad social de las mineras concuerdan con las políticas locales de desarrollo de los distritos, provincias o regiones donde desarrollan sus actividades?, ¿existe en algún lugar donde se llevan a cabo actividades extractivas, un enfoque compartido de desarrollo entre la empresa minera y el gobierno de esa localidad?, ¿tiene idea el gobierno de los planes de desarrollo de las localidades, antes de entregar sus tierras en concesión? Quizá pensando en las posibles respuestas algunos funcionarios del gobierno podrían enmendar las normas que rigen la actividad minera en el país.
desco Opina - Regional / 3 de diciembre de 2010
Programa Regional Sur


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lunes

Fragmentación y espectáculo de los partidos nacionales

Los medios de comunicación nos han agotado los últimos días con el espectáculo que vienen dando los distintos partidos nacionales que están exhibiendo impúdicamente sus miserias a medida que se acercan las elecciones nacionales. Ciertamente el Partido Popular Cristiano (PPC) es el que se lleva los méritos mayores. La disputa generada por sus eventuales elecciones internas, nos mostró a su Secretario General descalificando groseramente a un aspirante a candidato presidencial en las elecciones internas; el mismo personaje, más recientemente, desautorizó a Guido Lombardi, uno de los pocos congresistas discretos en un Congreso particularmente escandaloso, porque osó criticar los manejos del partido. Peor aún, sus distintos dirigentes ventilaron públicamente sus diferencias y sus ambiciones a propósito de la conformación o no de una alianza electoral, disputándose si ésta es con Solidaridad Nacional, con Pedro Pablo Kuczynski (PPK) o con candidato propio.
Finalmente optaron por éste que fue parte del show propio de los menudos, integrada por la agrupación de Humberto Lay, el Partido Humanista de Yehude Simon y Alianza para el Progreso, el fuerte de la relación, que parecía dejarla en el aire y marchar con Castañeda, haciendo innecesario el debate generado por el intento de PPK de incluir a Rafael Rey en la partida. Para que todo sea más entretenido aún, hay indicios de que éste podría terminar en una alianza con el APRA, que les permitiría continuar con el noviazgo roto tras su salida del Ministerio del Interior. En cualquier caso, para el ex ministro y sus aliados de hoy, el negocio finalmente les salió redondo. Se alzaron con una alianza que no por magullada, deja de ser importante.
El APRA, por su parte, tampoco se quedó atrás. Impuesta por el Presidente la candidatura de Mercedes Aráoz, el partido resignadamente se limitará a esperar el 2016. Las pugnas, antes que por las vicepresidencias, que es como han aparecido, serán por las curules para el futuro parlamento, que sin duda serán bastante menos que las que hoy día tienen. Para hacerle las cosas más difíciles, la renuncia del fugaz Ministro del Interior tras nuevo escándalo de corrupción, acrecienta las limitadas posibilidades de la agrupación de la estrella. Las disputas en el fujimorismo, por su parte son menos visibles, entre otras cosas porque prácticamente nadie está dispuesto a hacer alianza con ellos. Por el momento se limitan a pelear por el acceso a las listas parlamentarias y la orientación de su campaña.
El nacionalismo y las izquierdas, aunque con más discreción, también han puesto su cuota. Fuerza Social, tras distanciarse de Perú Posible, se equivocó al lanzar la precandidatura de un emprendedor que creyó olvidada su aceptación del autogolpe del 92 y su vínculo laboral, con el fujimorismo. Metidos en un callejón difícil, buscan una luz al final del túnel que puede ser el ex Canciller Rodríguez Cuadros. Pero todavía no se pelean del todo con el Movimiento Nueva Izquierda (MNI) que tampoco se va del todo con los nacionalistas. El Partido Nacionalista Peruano (PNP) no encuentra aún la fórmula para negociar con los sectores de izquierda dispuestos a marchar con ellos y de un lado y otro se recriminan «sotto voce» por las exigencias que cada quien pone en la mesa de negociación.
Y todos, absolutamente todos, siguen anunciando sus alianzas con distintos grupos regionales, en la creencia errónea que éstos pueden garantizarles los votos suficientes para llegar a Palacio o por lo menos, para salvar la inscripción. Así las cosas, quien sigue ganando espacio es Perú Posible que parece tener cerrado su acuerdo con Somos Perú y Acción Popular, preocupándose hasta ahora y como siempre, por controlar eventuales deslices de su candidato, que por lo demás, se está manejando con habilidad y discreción.
Así las cosas, todo indica que la elección, salvo sorpresas que nunca se pueden descartar, será dentro de los candidatos del modelo. El espectáculo del que somos testigos todos, explica –más allá de las críticas a sus eventuales propuestas que se agotan en seguir confiando en el piloto automático que se llama altos precios de nuestras materias primas y demanda internacional– la profunda desconfianza que tenemos en los políticos y por extensión en la política. Más grave aún; permite entender también nuestra limitada valoración de la democracia.
Aunque somos escépticos, sólo queda confiar en que algunos sectores reaccionen a tiempo y se preocupen por construir puentes con la ciudadanía que hasta hoy los mira a la distancia y no sabe si reirse o llorar.

desco Opina / 29 de noviembre de 2010
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Simulacros de sismo y tsunami: sin roches, ni paltas

Parece que cuando a principios de año se anunció un cronograma de simulacros de sismo en la capital y en el Callao, la cosa iba en serio. Tal vez los recientes temblores ocurridos en Lima –y que muchos ni percibieron–, ayudaron a mantener firmemente esta decisión.
El caso es que, con o sin presión de por medio, los días 23, 24 y 25 de noviembre se realizará el simulacro de sismo y tsunami en Lima y Callao. Lo interesante de este ejercicio de prevención, es que se realizará por etapas. El día central en que se «producirán» los sismos y tsunamis, será el 24 de noviembre a las diez de la mañana. Las zonas que participarán son el Callao, la Costa Verde y la bahía de Lima. Mientras que en la tarde, se realizará el simulacro de sismo en el Centro Histórico de Lima, Rímac y Villa María del Triunfo.
Las autoridades del Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) hacen un simulacro de prevención en caso de sismo con un estilo descentralizado, en distritos específicos y con responsables a cargo, en este caso, la Municipalidad de Villa María del Triunfo. Quizá de esta forma, menos ciudadanos «quiten el cuerpo», cuando llegue el momento de participar.
Lo curioso es que quienes habitamos en Lima Sur, tenemos más de un motivo para ser parte activa en este simulacro. Por ejemplo, los nuevos barrios que han tomado las quebradas y cimas de los cerros de Villa María del Triunfo (también hay nuevos barrios en Villa El Salvador), se ubican en zonas altamente vulnerables. Aquí el peligro no solo es preocupante por la ubicación de la vivienda, sino por los problemas estructurales que presenta la construcción de la misma. (Ver Estudio Urbano: “Vulnerabilidad Físico Habitacional por Riesgo Sísmico: Tarea de todos, ¿Responsabilidad de alguien?”). Ojalá este simulacro, involucre a estos nuevos barrios y aliente a sus vecinos a organizarse, reflexionar y tomar medidas.
Por otro lado, también es de justicia señalar que hay un sector de la población de los nuevos barrios que se está agrupando en exitosas experiencias como la reciente Feria Barrial 2010 “La prevención, ¡empieza ahora!”, en la que los propios vecinos, están empujando el coche en materia de prevención de desastres a través de los Comités Vecinales de Defensa Civil (COVEDECI). Aunque falta mucho por hacer, el esfuerzo por emprender un trabajo articulado empieza a evidenciarse como ha ocurrido con la reciente presentación del Manual “Organización, preparación y evaluación de simulacros por riesgo de sismo y tsunami en los nuevos barrios”, en la que vecinos, dirigentes y autoridades se reunieron para hablar del tema.
Frente a este panorama, y al nuevo escenario político que se viene con el inicio de gestión de los nuevos alcaldes, es válido preguntarse qué sucederá en adelante y cómo se recogerán estas iniciativas para replicarlas en otros sectores de Lima Sur.
Y es que lamentablemente, no es solo un problema de concertación entre autoridades y vecinos.
El ciudadano, en líneas generales, aún no aprende, se siente invulnerable y carece de madurez, para interiorizar que un simulacro no es un «tiempo muerto», sino un tiempo que puede emplear para saber cómo actuar y salvar su vida y la de su familia. No desperdiciemos esta oportunidad.
desco Opina - Regional / 22 de noviembre de 2010
Programa Urbano

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viernes

Preparándose para abril

Las elecciones municipales y regionales quedaron atrás, esperándose solamente la segunda vuelta que debe darse en diez regiones del país para culminar definitivamente esta etapa. Hoy, la atención y las apuestas se dirigen hacia las fórmulas que compondrán las planchas presidenciales y las listas parlamentarias que entrarán en disputa en abril próximo.
Por ahora, el campo está bastante abierto lo que, dada las características de nuestros partidos nacionales –los mismos que no tuvieron nada que celebrar y mucho que lamentar en los comicios locales y regionales–, posibilita márgenes de maniobra que ensanchan al máximo el juego de probabilidades.
La manera en que empiezan a darse las cosas, no permite generar expectativas sobre cambios respecto a lo que ha sido el comportamiento habitual de los partidos políticos durante las últimas décadas. Es decir, seguirá primando ese básico pragmatismo que los conduce a entablar «negociaciones» sin materia negociable, en tanto la ausencia de programas y planes de gobierno, buscando únicamente la mejor manera de sumar los votos necesarios que permitan ganar la presidencia de la República o el mayor número de congresistas.
En efecto, las candidaturas presidenciables, las oficiales y las oficiosas, han inaugurado su temporada de caza, sondeando todas las posibilidades. Se acercan a otros candidatos, escrutan a los movimientos regionales, tantean a los «independientes», averiguan la opinión de los empresarios y viajan a Washington o a capitales europeas. Sin embargo, no se les ocurre levantar una propuesta ni preocuparse por consolidar una organización.
Así, todo hace suponer que seguiremos conviviendo con los enormes problemas de representatividad que aquejan a la política peruana desde hace un buen tiempo. Aun cuando existen suficientes indicios para conjeturar que algunos cambios tibios pero firmes pueden sobrevenir, porque a estas alturas los límites del modelo imperante son más que obvios sin haber podido aliviar los malestares estructurales del país, no parece existir la disposición ni la audacia necesaria entre los actores políticos.
Tal como vienen colocándose los factores al inicio de la competición, no se formula una voluntad que aspire a presentarse como una alternativa nítida frente a lo dado. Para el caso, podemos remitirnos al ejemplo más patético, el presidente García, para quien el próximo Presidente tiene como única gran tarea continuar en la misma lógica con la que condujo su administración; como si las frustraciones ante la evidente inequidad en la distribución de los ingresos, la persistencia de la pobreza y la corrupción que desborda por todos los lados, fueran sólo fantasías.
Es decir, en el papel, pareciera que fueran momentos propicios para construir campos de fuerza consolidados, estableciendo claramente lo que corresponde a la izquierda y a la derecha en el espectro político peruano. Algo de esto forzó por expresarse en las recientes elecciones municipales y regionales, en las que los intentos de desprestigiar a candidaturas como las de Villarán en Lima, Santos en Cajamarca, Cerrón en Junín, entre otros, fueron vanos.
Pero, pareciera primar el conservadurismo y, en esa medida, los aspirantes presidenciales prefieren ser vistos como expresiones de «centro», corriéndose la posibilidad de saturar este espacio que, dicho sea de paso, es el sitio correcto de la imprecisión y la ambigüedad.
En suma, estamos en tiempos de espera. El APRA, mejor dicho, García, ha apostado por una «independiente» dejando colgados a los dirigentes y bases de su partido. Al parecer, también a Castañeda. A Toledo lo vemos en febril actividad por las provincias del país. Keiko parece confiada en sus posibilidades de ingresar a la segunda vuelta. Mientras tanto, en lo que podría ser el espacio de la izquierda, si bien ya está decidido que no se buscarán determinadas compañías, aún pueden encontrarse maneras que les den buenos resultados en abril.
desco Opina / 12 de noviembre de 2010
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De carreteras y otras herencias

En estos días se ha desatado una discusión de proporciones entre el Presidente electo de la Región Huancavelica, Maciste Díaz y el saliente, Federico Salas. El primero dice que no existen obras de impacto durante el régimen de su antecesor y que de todas maneras solicitará una auditoría de la gestión de Salas ante los órganos competentes. La respuesta no se ha dejado esperar, la autoridad saliente ha señalado que el virtual Presidente peca de ignorancia, que de acuerdo a ley, se procede anualmente con las auditorías correspondientes y, finalmente, que sí hay obras, como el Hospital de Pampas y 500 kilómetros de carreteras, por las que ha transitado el propio candidato para desarrollar su campaña.
Mientras hoy se discute el asunto de las auditorías, quisiéramos destacar lo acontecido durante la presentación del gabinete Chang ante el Congreso de la República. Si bien la presentación fue regular, tratándose de un nuevo gabinete, hubo un conjunto de preocupaciones que atañen al interior del país, concretamente a Huancavelica. Ante la interrogante de un congresista sobre las carreteras en esta región, la respuesta del Ministro de Transportes ha dejado al pueblo huancavelicano, francamente confundido. Dijo el Ministro que la carretera Huancavelica-Castrovirreyna-Pámpano está en ejecución, es decir en pleno asfaltado. Nosotros transitamos por esa vía y la verdad es que no hemos visto movimiento de tierra alguno.
Lo explicaremos por partes.
Al asumir el cargo en 2006, el Presidente Salas dijo que si bien las intervenciones de las ONG eran interesantes, resultaban muy pequeñas. Su gobierno se proponía replicar las experiencias exitosas para disminuir drásticamente la pobreza, pero con acciones de envergadura, como un gran Programa de Alivio a la Pobreza. Ofreció también el asfaltado de las carreteras de integración en la región, esto es, asfaltando las vías de Imperial a Pampas, Lircay - Huancavelica y Acobamba -Huancavelica.
El Programa de Alivio a la pobreza fue presentado en Lima con apoyo de la Municipalidad de Miraflores y los auspicios del Ministerio de la Mujer y de la Unión Europea. Sin embargo, la Oficina de Programación de Inversiones (OPI) de la Región Huancavelica lo desestimó de plano, a pesar del anuncio del Director de Inversión Pública del Ministerio de Economía y Finanzas, que señaló que el SNIP no era requisito para los programas sociales y que apenas se requería un convenio con los sectores de Agricultura, Salud y Educación, que eran las entidades involucradas en el marco del mencionado programa. Ante la negativa de la OPI regional, se optó entonces por priorizar el asfaltado de las carreteras de integración antes mencionadas, dejando de lado el perfil (para entonces se había procedido a contratar una empresa encargada de la elaboración del expediente técnico) de la carretera Huancavelica - Rumichaca que debía integrarse al circuito Libertadores (Pisco, Ayacucho). La población huancavelicana desconoce la situación del proceso, no se sabe si el contrato fue rescindido o que sucedió con él.
En resumen, no hay Programa de Alivio a la Pobreza y las carreteras de integración no fueron asfaltadas. El Ministro de Transportes dijo en el Congreso de la República que la vía Pámpano-Castrovirreyna-Huancavelica estaba en plena ejecución y el Presidente saliente dice que hay más de 500 kilómetros de carreteras construidas. Sería bueno explicar mejor estos resultados. ¿Se tratará de un asunto de comunicación, nada más?
El asunto de la incomunicación es latente en esta región, pareciera que las autoridades no disponen de los mecanismos más adecuados para comunicarse en el cotidiano con la población huancavelicana, que, en gran proporción, es quechua hablante. La población quiere saber, por ejemplo, cuánto costarán las postas y centros de salud que viene construyendo el Gobierno Regional. Por lo pronto, hemos observado los avisos de obra de uno de los centros de salud, donde se anuncia un costo superior a 3 millones de soles, suponemos los leídos que este monto es el correspondiente al total de las obras que, según se ha informado son seis. Aun en este último caso, sería bueno informar cuánto cuesta cada obra.
desco Opina - Regional / 5 de noviembre de 2010
Programa Sierra Centro

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martes

¿Intento de renovación en los partidos tradicionales?

Confirmados los resultados de las elecciones subnacionales, en la práctica se dio la largada para la carrera a la Presidencia de la República. Los denominados partidos nacionales están realizando distintos movimientos para definir sus candidaturas. Como no podía ser de otra manera, se encuentran entre los grandes derrotados del pasado 3 de octubre, replanteándose, muchos de ellos, la forma en la que se posicionarán en el partidor. El partido de gobierno, que hasta hace unas semanas anunciara elecciones internas en las que competirían Velásquez Quesquén y Jorge del Castillo, está insinuando la posibilidad de una coalición con el Partido Popular Cristiano. En esa perspectiva, acaricia la posibilidad de un candidato o candidata independiente como Mercedes Aráoz. La ex ministra ya había adelantado su disposición meses atrás, aunque entonces fue criticada por los mismos que hoy día pretenden atraerla.
En Unidad Nacional, tras la tercera derrota de Lourdes Flores, todo indica que ella misma estaría promoviendo la posibilidad de una candidatura propia, elegida en eventuales primarias internas. Un conocido economista, de reciente vinculación a dicha agrupación, ha cogido el guante y parece decidido a competir, argumentando la necesidad de renovar la política, fortalecer e institucionalizar los partidos históricos y enfrentar la corrupción.
En ambos casos, se evidencia la desconfianza que les genera a unos y otros, la viabilidad y la sostenibilidad de la candidatura de Luis Castañeda. A pesar de los guiños, que invocando al sol y la estrella se hicieran el Presidente y el ex alcalde, es evidente que al primero le preocupa la auditoría que hará la electa alcaldesa, Susana Villarán, precisamente en medio de la campaña electoral. Lourdes Flores, por su parte, tratando de recuperar la vigencia de un partido, que además de la derrota en Lima tampoco obtuvo nada nacionalmente, parece no mirar con mucha simpatía la subordinación de su organización, con más de 40 años de historia y pretensión doctrinaria, a Solidaridad Nacional. Ello además de compartir idéntica preocupación con el mandatario sobre los riesgos grandes que correría su socio.
Mientras se suceden y se resuelven estos dilemas, Keiko Fujimori reitera que Fuerza 2011 marchará a las elecciones sin alianzas, mientras Ollanta Humala, aunque declara su voluntad de integrar un frente más amplio que sus solas y propias huestes, no da señales claras de una disposición real en esa dirección, manteniendo en ascuas a diversos sectores izquierdistas que lo quieren como candidato presidencial y como locomotora electoral. En este inicio de fiesta, quien parece sentirse más cómodo es Alejandro Toledo, que es quien mejor puede aprovechar el río revuelto. Asumiendo el modelo económico como marco general de su apuesta –en lo que no se diferencia sustantivamente de Fujimori, Castañeda y quienes resulten candidatos del APRA y el PPC– pretende marcar distancia de ellos a partir de su lejanía con el fujimorismo. Así, busca atraer a Fuerza Social, Alianza para el Progreso y otras agrupaciones menores como AP, Renovación Nacional y Somos Perú. Discretamente, que es lo que le conviene, busca ocupar el espacio del centro político y beneficiarse de la imagen «fresca» que introduce Fuerza Social en Lima.
Tanto en el APRA como en sectores del PPC, estas correrías indican que han entendido, por lo menos una parte del mensaje del electorado hace unas semanas; no quiere los mismos rostros, busca renovación en los liderazgos y cada vez más, cuestiona la corrupción. Es evidente que entre sus dirigentes y los independientes que están proponiendo, hay diferencias a favor de los segundos. Son rostros más o menos nuevos, que recién incursionarían en la política partidaria, que venden una imagen de éxito profesional, de conocimiento y de disposición a renovar la política y comprometerse con el país, «defendiendo» el crecimiento logrado y sus políticas, pero denunciando también la corrupción. Es, sin duda, un intento interesante, porque es claro que nuestra democracia requiere de partidos sólidos, renovados y con propuestas. El interés de los voceados, como en el caso de Fuerza Social, nos pone frente a una generación de cuarentones y treintañeros decididos a incursionar en la política y eso debe ser saludado y bienvenido.
Sin embargo, cabe preguntarse si no estamos frente a nuevas fintas de parte de los partidos nacionales, tratando de reubicarse tras una nueva derrota. Ello más allá de las buenas intenciones o de los cálculos de los invitados e invitadas a lanzarse a la piscina. Más importante aún, hay que preguntarse si en los resultados del 3 de octubre sólo se expresó la búsqueda de nuevos liderazgos o si también, como lo sostienen distintos analistas, se produjo un cambio de temperatura del electorado, harto de la corrupción y de la pequeña política de los partidos nacionales, pero también con crecientes malestares por la ausencia de un Estado que sólo parece existir para los grandes inversionistas y el gran capital.
desco Opina / 2 de noviembre de 2010
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viernes

De la selva sus votos

Luego de la jornada electoral del pasado 3 de octubre, la selva central no ha sido ajena a los cuestionamientos que a nivel nacional se han lanzado sobre el comportamiento de la instancia electoral. A los vítores de festejo de unos pocos, se le sumaron las acusaciones de fraude y de arreglos bajo la mesa de parte de los otros, acusaciones alimentadas por los retrasos en el cómputo y por la irresponsable difusión radial de hechos sin confirmar sobre presuntas violaciones de la confiabilidad de las actas procedentes de las localidades más alejadas. La propalación de estas noticias movilizó a quienes se sintieron afectados y a estos se les sumaron quienes, sin tener ninguna posibilidad de triunfo, encontraban una lejana opción de promover una anulación de todo el proceso. Las movilizaciones, las vigilias y las ollas comunes fueron alentadas desde algunos programas radiales, sin que exista ningún mecanismo de regulación de las arengas, que evitara que los improvisados comunicadores sociales transformen su hepática perorata en actos de violencia generalizada.
Afortunadamente la violencia no llegó pero, las «primicias» se hicieron cada vez más creativas. Desde la supuesta encarcelación de candidatos «sorprendidos in fraganti en actos de corrupción de funcionarios de la ONPE» hasta la afirmación de una supuesta compra de votos de los electores por cien soles la unidad. En la provincia de Oxapampa, los grupos políticos no tuvieron mejor idea que contratar horarios radiales y emitir programas propios para su campaña conducidos por «veraces periodistas y comunicadores» que les eran afines en muchos casos más allá de la ética y los escrúpulos y que luego de que los reveses de las urnas sacudieron sus intereses se dedicaron a la tarea de la agitación social. Creemos en la libertad de prensa, pero irresponsabilidades de este tipo, poco ayudan a los argumentos para su defensa.
Por otro lado, Fuerza 2011 festejaba su categórico triunfo electoral en la selva central, sin considerar que existía un significativo número de actas observadas que al final de cuentas le significaron perder el sillón municipal provincial de Oxapampa ante Somos Perú por escasos siete votos. De nada le ha servido que sus allegados promuevan vigilias y movilizaciones; han tenido que ceder ante la realidad, no sin antes dejar sentadas sus dudas sobre la honorabilidad de las actas. Lo que sí ha quedado como cierto es que sin tener presencia en las encuestas locales y sin participar en los debates electorales, la agrupación de los polos naranjas sorprendió con su abrumador triunfo en Chanchamayo, logrando la alcaldía provincial y el sillón de cuatro de los cinco distritos. Asimismo, consiguió otra victoria en la provincia de Satipo y en tres de sus siete distritos. Aunque Oxapampa le dijo “no” al Fujimorismo en todos sus frentes municipales, cualquier partido político que pretenda los votos de la selva central para las elecciones generales deberá de reconocer que la zona se halla en una preocupante alerta naranja.
En este proceso electoral los votos de la selva pasqueña han cumplido un importante papel al haber colocado al candidato a la Presidencia Regional, Tito Valle, de Somos Perú en el primer lugar del escrutinio; aunque los casi 11 mil votos (33.9% a nivel provincial) que le otorgó Oxapampa no le alcanzaron para ganar en primera vuelta, ese respaldo significó más del 30% de su votación y fue, a fin de cuentas, lo que lo colocó en el lugar que hoy ocupa, dejándolo a solo 0.7% del sillón presidencial.
La Alianza Regional Todos por Pasco del candidato Klever Menéndez que quedó en segundo lugar –a 0.5% de distancia del primer lugar– y que en la campaña poco o nada había hecho por esa plaza electoral, captando tan sólo el 15.7%, ha despertado su interés por los votos que han quedado dispersos entre todas las otras listas. No sería de sorprender que para lograr ese cometido, este candidato tenga que negociar algún tipo de alianza estratégica con las filas fujimoristas que se han declarado enemigos acérrimos del partido del corazón que le arrebató la alcaldía de Oxapampa. Más allá del escenario que se presenta para la segunda vuelta electoral, existe preocupación entre los grupos políticos de ambos contendores porque aún no se precisa cuándo se llevará a cabo la justa electoral para definir al presidente regional de Pasco, ya que en base a ello se diseñan las estrategias de campaña y los presupuestos para asumirlas.
desco Opina - Regional / 22 de octubre de 2010
Programa Selva Central
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lunes

El malhumor presidencial

El Presidente García ha estado en los medios de comunicación los últimos días. Eso no debe ser motivo de sorpresa, tanto por su condición de primer mandatario del país, cuanto por su locuacidad y su afición a aquellos. Lo sorprendente, en esta ocasión, es la razón. Acusado por un ciudadano de una presunta agresión, una cachetada en realidad, su afán por desmentir tardíamente el hecho, lo ha llevado a una seguidilla de declaraciones francamente lamentables.
Todo indica que insultado por la persona en cuestión, hecho de por sí condenable, Alan García reaccionó indignado y sin control, es decir de manera igualmente censurable. Más allá de la deplorable anécdota que ha dado la vuelta al mundo, esperamos que sin poner en peligro el riesgo-país, conviene preguntarse por las tribulaciones de nuestro gobernante.
En principio, tiene razones para estar de mal humor. Inicialmente presionó al aspirante de su partido al mismo cargo, Carlos Roca, a desistir de la postulación para la que había sido elegido, resultado que obtuvo, no sin antes haber sido sutilmente acusado por éste, de auspiciar la polémica candidatura de Alex Kouri, en la práctica el candidato del fujimorismo para Lima. La eliminación de éste por una acertada decisión del Jurado Nacional de Elecciones, en aplicación de la legislación en la materia, lo afectó en un segundo momento.
Posteriormente, ya en descarte, su indisimulada apuesta por la candidatura de Lourdes Flores, la misma aspirante a la que sacó de la segunda vuelta electoral del 2006 acusándola de ser «la candidata de los ricos», terminó finalmente en un nuevo fracaso frente el avance de Susana Villarán y Fuerza Social, que hoy día sólo aguardan que el JNE y la ONPE terminen su tarea para ganar formalmente la alcaldía metropolitana. Violando elementales normas democráticas que lo obligan a la neutralidad, el Presidente insistió en influir en la ciudadanía hasta dos días antes de las elecciones.
Para peor, muchos de quienes han resultado electos presidentes regionales, no son de su agrado y su partido, el APRA, termina entre los más contusos de las elecciones subnacionales. Mantiene el gobierno regional de La Libertad, aunque con susto y sin recuperar Trujillo, mantiene alguna expectativa en la segunda vuelta electoral en Lambayeque y apenas gana un par de distritos en Lima, además de 9 municipalidades provinciales. Obtiene así uno de los peores resultados electorales de su larga historia y la acción presidencial, sin ninguna duda tiene mucho que ver con el mismo.
Pero el Presidente parece no entender. Su indirecta participación en el lanzamiento de la candidatura presidencial de Luis Castañeda y el desmedido reconocimiento a una gestión que tiene varios nudos confusos, no auguran un cambio en su humor. A fin de cuentas, el ex alcalde de Lima será espulgado en plena campaña por la gestión de Fuerza Social, en un plazo corto establecido por su propia candidata –los primeros 50 días de la nueva administración edil– lo que permite suponer un escenario encrespado para los nuevos amigos.
Así las cosas, no podemos olvidar que estábamos advertidos. El Presidente, ya un tiempo atrás, anunció su capacidad y su disposición a impedir el triunfo electoral de quienes considera pueden afectar el futuro que él quiere para el país. Es cierto que el preocupante retraso que se observa en el proceso electoral, en especial de la provincia de Lima, antes que a una voluntad de fraude, responde a cambios en las normas sobre las actas, decididas tardíamente por el JNE en agosto, cuanto a severas fallas de la ONPE; sin embargo, es claro que, aprendiendo la lección, debemos preocuparnos con tiempo y asegurarnos, en primer lugar, de la neutralidad presidencial. Aunque sea clarísimo donde está su corazón.

desco Opina / 15 de octubre de 2010
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miércoles

Macroregión Sur: entre la representatividad atomizada y los intereses nacionales

En la Macroregión Sur, Arequipa, Cusco, Apurímac, Puno, Moquegua Madre de Dios y Tacna, se han elegido a 465 autoridades. La distribución de las tendencias políticas, a excepción de la Región Puno y Madre de Dios que van a la segunda vuelta, nos brinda el siguiente panorama:
Arequipa ha optado por la reelección de Juan Manuel Guillén (31.57%), quien lidera «Alianza por Arequipa», conformada por el Movimiento Arequipa Tradición y Futuro en alianza con el Partido Nacionalista-PNP. La experiencia de esta última fuerza para Arequipa y para la Macroregión Sur no ha sido grata. La credibilidad perdida va a ser un reto duro para Ollanta. Guillén no tiene ninguna autoridad afín a su movimiento en las ocho provincias de la Región. En general, podemos afirmar que la dispersión de la representatividad política es alta, en lo distrital, provincial y regional.
Cusco eligió a Jorge Acurio (33.48%) del Movimiento Gran Alianza Nacionalista, que también tiene fuerte presencia del PNP mediante una alianza, con la que lograron apenas dos de las trece provincias. Hay una atomización de representación distrital, en muchos de los casos los alcaldes electos no están ligados a propuestas regional ni nacional, son solamente líderes locales.
Puno aún no define su presidente regional y tendrá que hacerlo en una segunda vuelta puesto que ningún candidato alcanzó el 30% de los votos válidos. Los votos están repartidos entre el Movimiento Reforma Regional Andina (RAICES) de Juan Luque Mamani y el Movimiento Proyecto Regional AQUÍ, liderado por Mauricio Rodríguez. Ambos tienen una trayectoria política de izquierda, aunque Mauricio Rodríguez enfatizó su presencia regional en el movimiento eclesiástico Pastoral del Sur Andino (fue director de la radio Onda Azul). Es director de la radio Pachamama, emisora de amplia audiencia en el altiplano. De los 13 sillones municipales provinciales en disputa, el movimiento AQUÍ sólo logró representatividad en uno. La agrupación que ha logrado más alcaldías provinciales ha sido RAICES, con las provincias de Azángaro, Huancané, Lampa, Melgar y Yunguyo.
En Tacna fue elegido como presidente regional Tito Chocano (31.76 %), quien fue alcalde provincial de Tacna en 1995 por Fuerza y Desarrollo, luego congresista en el 2000 por Somos Perú y en el 2001 por Unidad Nacional, mostrando gran facilidad para cambiar de movimiento político en cada elección. Esta vez representó a Acción Popular, en calidad de invitado. Su relación política más cercana es con Unidad Nacional. Acción Popular logró otra victoria en la provincia de Tarata.
En Moquegua, la presidencia regional quedó en manos de Martín Vizcarra (38.68%) del Movimiento Integración Regional Por Ti, que ya había tentado el cargo en 2006 por el APRA. Dicho movimiento no tiene fuerza en ninguno de los tres distritos del departamento. En Apurímac, ganó la región el movimiento Poder Popular Andino (32.55%). En tanto, Madre de Dios, esperará la segunda vuelta entre el Movimiento Bloque Popular Madre de Dios (19.95%) y el Movimiento Independiente Amor por Madre de Dios (17.2%).
Tomando en cuenta estos resultados, podemos concluir que en la Macroregión Sur hay una atomización política. El surgimiento de diferentes movimientos ha dispersado las tendencias políticas. Se ha visto poca confluencia entre la representatividad distrital, provincial y regional.
Por otro lado, los partidos políticos de alcance nacional han quedado rezagados, pues para tener alguna cuota de poder se han visto obligados a realizar alianzas con movimientos regionales y distritales. Sin embargo, su éxito ha sido casi nulo. El más exitoso en estas alianzas es el Partido Nacionalista, que en Cusco y Arequipa, de alguna manera garantiza una presencia orgánica. La presencia del APRA en las 5 regiones de la Macrosur se ha visto deslucida ya que apenas ha ganado algunos municipios distritales, sobre todo rurales.
Con este panorama para los próximos meses, en los que se juega la representatividad nacional, vamos a ser testigos de: a) Cirugía al rostro capitalino de los líderes nacionales, incorporando algunos rasgos regionales, la búsqueda de liderazgos con alcance nacional va a ser una de las primeras tareas; b) La posición pasiva de los partidos políticos de alcance nacional nos dice que su preocupación es mediática, han esperado a ver cómo están las fichas y jugar sobre ellas, ya no tenemos partidos políticos constructores de cuadros, de doctrina; c) En estos meses los acercamientos, coqueteos y firma de «pacto de caballeros», entre los partidos políticos y los movimientos regionales, va a realizarse por encima y por debajo de la mesa. Es muy probable que se produzcan alianzas electorales variopintas (algunos dirán pragmáticas) relativizando lo programático; d) Es probable que se repitan los mismos vicios de estas elecciones municipales, que las campañas sean cortas e intensas en propaganda marketera, con encuestas sesgadas, y guerras sucias; e) El proceso de descentralización va a tener un letargo, pues no se vislumbran opciones que busquen colocar en la agenda la descentralización del país.
desco Opina - Regional / 12 de octubre de 2010
Programa Regional Sur


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Contra viento y marea

Tras 48 horas de suspenso generado por la propia Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), finalmente se conocieron los resultados electorales de los comicios municipales de Lima, realizados el domingo pasado. Como se supo desde un primer momento, todo indica que la vencedora es Susana Villarán, candidata de Fuerza Social. 31,164 votos, el 0.9% de diferencia, la distancian de su competidora Lourdes Flores de Unidad Nacional. Decimos todo indica porque el suspenso, y con él las esperanzas de Lourdes Flores, se prolongará un tiempo más, habida cuenta que en un hecho insólito, 8,384 actas fueron observadas. En otras palabras, de las más de 39,000 mesas electorales habilitadas, el conteo se ha detenido en poco más de 31,000, porque como nunca antes en nuestra historia electoral, el 21% de aquellas fue observado fundamentalmente por los funcionarios de ONPE (6,340 actas), argumentando ilegibilidad u otras observaciones.
Esta decisión que retrasó el recuento de los votos y alimentó mutuas acusaciones entre los personeros de ambas listas, generó fundadas suspicacias y perplejidad en parte importante del electorado limeño que se sintió, por largas horas, a puertas de un fraude inminente. Esta sensación que fue el resultado inevitable de una campaña fuertemente teñida por los agravios y la satanización de la que fue objeto Villarán, especialmente durante la semana anterior a la votación, donde la mayoría de medios de comunicación devinieron en espacios de apoyo desembozado a la candidata de Unidad Nacional y en coro y voceros de las múltiples e inverosímiles acusaciones contra la virtual alcaldesa de Lima, se vio reforzada por el evidente respaldo dado por el alcalde de Lima y el Presidente de la República a la candidata derrotada, el mismo día de los comicios.
La candidata de Fuerza Social, terminó imponiéndose contra viento y marea en las mesas escrutadas a partir del significativo respaldo electoral que logró entre los jóvenes limeños, así como en los sectores populares, aunque fuera denunciada simultáneamente por su militancia pasada en un partido de izquierda, –el mismo del que fue militante el asesor político de Flores, un dirigente de los más vociferantes– como por su origen social acomodado, como si esto fuera un delito.
Es verdad que su agrupación no ganó en ningún municipio distrital, como también lo es que Unidad Nacional perdió la votación metropolitana en buen número de los distritos que obtuvo. Los resultados, aunque ajustados, no dejan lugar a dudas. Como en otros lugares del país, el electorado demostró estar harto de la satanización y la descalificación fácil del adversario que en nuestro país, adquirió carácter de fábula con el discurso del perro del hortelano.
La virtual victoria de Susana Villarán, que ha desnudado el carácter intolerante y absolutamente antidemocrático de importantes sectores de nuestra sociedad y de la clase política, es la demostración de un cambio significativo en la «temperatura» de parte importante de la ciudadanía que entendió que no se trataba de optar entre un modelo económico y otro, entre la inversión privada y el estatismo, sino que se estaba eligiendo un equipo para gobernar y gestionar la ciudad y construir democráticamente su futuro con transparencia y con propuestas que deben incorporar a toda la población metropolitana.
Sin embargo, la victoria es aún virtual porque los votos restantes, más de un millón de ellos, dependerán ahora de la decisión del Jurado Electoral Especial, designado por el Presidente de la Corte de Lima, el doctor César Vega, conocido por su cercanía al partido de gobierno, que no ha mostrado precisamente neutralidad a lo largo de la campaña. Los ciudadanos y ciudadanas de Lima, deberemos estar vigilantes y atentos al desempeño de los magistrados encargados de esta tarea porque el cumplimiento de la voluntad popular no está necesariamente garantizado.
La importancia del triunfo de Villarán, que la convertiría en la primera alcaldesa elegida de nuestra ciudad, sin desconocer los indudables méritos que tiene, ni tampoco aquellos mostrados por Fuerza Social y las otras agrupaciones comprometidas en la campaña, no deben llevar a error. El éxito alcanzado no habría sido posible sin la movilización espontánea de miles de limeños y limeñas que ciertamente quieren un futuro mejor para ellos y su ciudad, un futuro sin corrupción, sin exclusión y con tolerancia. Eso es lo que no entendieron la señorita Flores y sus voceros, que despreciando la inteligencia y la información de la gente, pretendieron ganar la contienda aterrorizando al electorado. Lamentable final de una política que en el pasado se caracterizó por su inteligencia, pero también por su defensa de la democracia y su respeto a la diferencia.
Los desafíos de la señora Villarán, de confirmarse su victoria y no ocurrir nada extraño, serán indudablemente grandes. En estas semanas ha mostrado su capacidad y su resistencia, que le serán indispensables para atender los variados y complejos problemas que aquejan a nuestra ciudad. Desde el lado de los electores, están advertidos de lo que puede esperarlos en el proceso electoral del próximo año. Una especie de «vale todo» para impedir cualquier opción que sea distinta a lo que hemos conocido los últimos años. Su ventaja es que están dispuestos a defender su voluntad, habiendo ya quedado demostrado que la satanización del adversario es el mejor camino al infierno.

desco Opina / 6 de octubre de 2010

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viernes

Debates en (y con) Lima Sur

Hace dos semanas más de quinientos hombres y mujeres líderes de los distritos de Lima sur, se dieron cita en un debate de candidatos a la Alcaldía de Lima que debía contar con la presencia de todos los aspirantes a este cargo para discutir sobre la inclusión de esta parte de la ciudad en los planes de gobierno metropolitano. Pero la inclusión no es sólo cuestión de redacción. De cara al anunciado debate a realizarse en Villa El Salvador el próximo 27 de setiembre con las candidatas que van adelante en las encuestas, consideramos que cabe preguntar ¿Cuándo será estratégico para las grandes fuerzas políticas que planifican la ciudad, el diálogo con Lima sur?
«¿Qué hace la gestión metropolitana por Lima Sur?» fue un evento organizado y convocado por el Colectivo Lima Sur, que agrupa a 82 organizaciones de estos distritos y que ha canalizado las demandas metropolitanas de esta parte de la ciudad, en la Agenda Política de Lima Sur. Los intereses priorizados en este documento elaborado con la participación de vecinos y vecinas durante nueve meses de arduo trabajo organizativo, giran en torno a los ejes temáticos de educación, ambiente saludable, desarrollo económico local, equidad y participación ciudadana.
Aunque el 15% de la población total de la ciudad vive en los distritos de Pachacámac, Lurín, Villa El Salvador, Villa María del Triunfo y San Juan de Miraflores, es preocupante ver cómo el interés electoral de algunos candidatos parece haber dado la espalda a estos ciudadanos, excluyéndolos del diálogo, como es el caso de una de las dos candidatas con mayores posibilidades de salir elegida, Lourdes Flores de Unidad Nacional. Eludir espacios como éste, legítimos y democráticos, que permiten tener una visión integral de la ciudad y los ciudadanos que se pretende gobernar, es un acto excluyente y cambiar esta oportunidad por un mitin, resulta narcisista.
Durante el debate, Susana Villarán y Luis Iberico, se comprometieron –desde sus planes– a respetar e incluir las prioridades expresadas en la Agenda: mayor trabajo por la educación, cuidado del medio ambiente de Lima Sur y protección del último valle verde que aún le queda a la ciudad, mejores canales de participación y diálogo con la ciudadanía, menos discriminación y acción positiva a favor de mujeres y jóvenes e impulso a las dinámicas económicas locales que abastecen gran parte de Lima. Ese es el panorama metropolitano.
Sin embargo, de acuerdo a las encuestas, los candidatos distritales con mayores probabilidades de elección proceden de diversas fuerzas políticas, lo que plantea un escenario de gobiernos locales variado.
También a nivel distrital, los últimos debates organizados por el Colectivo Lima Sur muestran el gran interés de la ciudadanía porque sus voces sean escuchadas y los candidatos recojan e integren las propuestas ciudadanas en sus planes de gobierno local. Aunque resalta el esfuerzo de los candidatos por discutir sus programas de gobierno, resulta imprescindible generar un diálogo que integre los niveles distrital y metropolitano para unificar esfuerzos.
Sería positivo entonces, en proyección a los posibles resultados del próximo 3 de octubre, que los futuros alcaldes distritales y los candidatos metropolitanos comprometan y concerten planes –conjuntamente– en el respeto a las prioridades que los habitantes de Lima Sur plantearon para su desarrollo y que guarden coherencia y armonía con la mirada metropolitana. Es un principio de sentido común que haría más eficiente la gestión de la ciudad.
Lima Sur es parte de Lima metropolitana, y los ciudadanos que aquí viven, también padecen con la inseguridad ciudadana, el transporte caótico, entre otros problemas. De ahí la importancia de un instrumento como la Agenda Política de Lima Sur, que aporta con las prioridades señaladas por sus ciudadanos y ciudadanas y aunque no son los únicos temas a atender y fortalecer en estos distritos, son parte esencial del desarrollo que sus vecinos sueñan para su ciudad.
Nota aparte pero de igual relevancia, es el proceso de la Agenda Social de Lima Metropolitana, que logró articular a las organizaciones y pobladores de Lima Norte, Este y Sur en un espacio de formulación de una propuesta de desarrollo conjunta en el ámbito metropolitano.

desco Opina - Regional / 24 de setiembre de 2010
Programa Urbano

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Sorpresas y revelaciones en la recta final

La campaña electoral en Lima ingresó a su etapa culminante, con la candidata de Fuerza Social mostrando progresiones geométricas en su intención de voto, mientras que la de Unidad Nacional ve menguar sus posibilidades en idénticas magnitudes, previéndose que caída la tarde el 3 de octubre, las primeras cifras reveladas muestren una competencia voto a voto entre ambas o, en su defecto, una final y triunfal arremetida de Susana Villarán. A estas alturas, no parece abrirse campo para otra posibilidad.
Este último tramo, además, está revelando muchas e interesantes claves políticas. Parece claro que la manera como Lourdes Flores trazó inicialmente la cancha fue correcta, señalando que el eje del debate debía ser el deslinde con la corrupción. Su craso error fue no mirarse previamente en el espejo y percibir que esa corrupción que señalaba sin contemplaciones, vivía y se reproducía saludablemente en su entorno. Ahora, chuponeos infames mediante, los amigos de antaño le han recordado que siguen muy juntos. Condenable la interceptación telefónica, pero producida y hecha pública ésta, igualmente censurable lo que revela.
La situación que se ha creado da para preguntarse cuestiones de fondo. Por ejemplo, hasta qué punto ese ámbito que puede denominarse «derecha» en la política peruana es realmente un bloque sólido y, relacionado con esto, en qué medida el denominador común entre la mayoría de los que la conforman no es precisamente la corrupción. Al contrario de lo que suele suponerse, la derecha no es tan compacta ni tan decente. Finalmente, se trata de la misma derecha que apañó el fujimorismo y exhibe agresivamente su vigencia. La misma que asumió firmemente que los bienes públicos son sus asuntos privados.
En esa línea, los liberales serios de nuestro país –que son pocos, pero son– adelantan opinión, usando todos los adjetivos disponibles para mostrar su repugnancia ante el grotesco espectáculo que estamos presenciando en las últimas semanas. Tan es así, que incluso los pasquines herederos de las campañas sicosociales del fujimontesinismo han morigerado su estilo y aceptan a regañadientes que, finalmente, chuponear no es una buena idea, especialmente cuando evidencia a todas luces las miserias de la familia.
También hay novedades desde la izquierda del espectro político peruano. En efecto, sin tomar en cuenta la enorme posibilidad de triunfo de la candidatura de Villarán, la performance realizada es ya un triunfo político. Más allá de su declarado aggiornamiento, Villarán siempre afirmó su filiación izquierdista y, por tanto, pareciera que la leyenda sobre el conservadurismo limeño se confirma en parte como tal. Parece que las dificultades para relacionar el sentimiento social con la formulación política están empezando a superarse en la capital del país. La candidata de Fuerza Social, en cualquier caso, tiene un gran capital político en su fuerza moral y en muchas de las propuestas que son parte de su opción que va más allá de la izquierda tradicional, pero que la incluye. Todo esto, sin negar sus debilidades, donde la escasa opción que tienen sus candidatos distritales, es una de las más evidentes.
A la candidata, y más allá de ella a los sectores de izquierda, se les abre una oportunidad para recuperar la relación que tuvieron con la gente. Hasta el 3 de octubre tienen el desafío de cerrar existosamente ese importante esfuerzo en Lima, cohesionando y ampliando su votación primero, defendiendo sus votos después. A partir de esa fecha, el reto será mayor porque tendrán que convencer al país que Lima fue sólo un primer paso, lo que supone convertir la capacidad electoral que han mostrado, en una fuerza real de gran convocatoria, capaz de enfrentar la pretensión fujimontesinista de llegar nuevamente al gobierno, con beneplácito de Alan García en su proyección al 2016.

desco Opina / 17 de setiembre de 2010
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lunes

Una región llamada VRAE

Ante la propuesta de reestructuración del régimen pensionario de policías y militares, específicamente sobre la cédula viva, el tono de la reacción de altos representantes de las Fuerzas Armadas ha abierto algunas preguntas sobre el peso del poder militar en varias áreas de decisión pública.
El Ejecutivo sostiene que no es viable mantener la cédula viva y condiciona su continuidad a los aumentos progresivos anunciados para el personal efectivo militar y policial. El debate ha llegado hasta el Congreso de la República donde incluso representantes del partido de gobierno expresaron su reserva ante la propuesta del Ministerio de Economía, plasmada en el Presupuesto Público 2011.
Si bien es evidente que urge una reforma de este régimen pensionario –que fuera eliminado para los trabajadores civiles en 2006– lo cierto es que un cambio de esta naturaleza no será posible marcado por reacciones destempladas. Por un lado, el presidente García declaró que «no le importaba» la opinión de la bancada aprista; por otro lado las respuestas de los voceros de los militares en retiro, hacen pensar en situaciones extremas, como condicionar el papel de los militares en zonas críticas.
Una de estas zonas críticas es el VRAE, materia de sucesivos «planes» aplicados desde Lima, en una visión en la que el desarrollo queda postergado en función del componente militar en la lucha contra el narcotráfico. La zona –bajo jurisdicción de Cusco, Huancavelica, Ayacucho y Junín– es un monstruo de muchas cabezas, en el que ante la inoperancia de los gobiernos regionales, el Gobierno Central, mediante el Ministerio de la Presidencia y el sector Defensa se ha convertido en el gran administrador. Para empezar, el Gobierno peruano debe caracterizar con mejores elementos la situación, distinguiendo el papel de Sendero como cuerpo de protección de narcotraficantes, de sus eventuales propósitos de poder político, puesto que eso supone estrategias diferenciadas.
El VRAE tiene potencialidades que pueden encaminarse hacia el desarrollo. Aprovechando los recursos del canon gasífero, la localidad de Pichari ha avanzado en la elaboración de un plan estratégico, en el marco del cual ha logrado mejoras sustantivas en términos de infraestructura y saneamiento. A pesar de que aún está pendiente plantearse una mejor distribución del canon desde una mirada de conjunto del VRAE, el caso de Pichari muestra también que los recursos, bien manejados, pueden transformarse en motor para el desarrollo. Pero para que eso se reproduzca en todo el valle, se requiere de un verdadero plan de desarrollo, más allá de la mera administración militar del conflicto existente.
desco Opina - Regional / 13 de setiembre de 2010
Programa Sierra Centro


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viernes

Entre la corrupción y la inseguridad

La campaña municipal por Lima –capital de la República y centro urbano más importante y densamente poblado del país– refleja en gran medida la pobreza del debate público acerca de dos temas que están hoy en el centro de la atención ciudadana: corrupción e inseguridad.
Si bien desde el partidor la candidata Lourdes Flores tuvo el reflejo político de proponer la anticorrupción como parteaguas de la campaña –en directa alusión a su entonces contendiente, Alex Kouri– pronto su discutible vínculo con el procesado por narcotráfico César Cataño, desdibujaron la propuesta ética de la lideresa pepecista, exponiéndola al asedio de sus adversarios políticos. Con la salida de Kouri de la contienda y de pronto segunda en las encuestas, Susana Villarán propuso volver a trazar la línea entre las «manos limpias» y la corrupción, intención que ha quedado bastante relegada ante los ataques desmesurados de los que ha sido objeto, por parte de un grupo de diarios limeños que comparten titulares e informes que descalifican la identidad izquierdista de los partidos que integran la alianza electoral Fuerza Social, llegando al extremo de comparar a su representante con el líder del sanguinario PCP-Sendero Luminoso, Abimael Guzmán.
Aún más preocupante que la precariedad del debate sobre la corrupción –sin cuestionamientos de fondo a las oscuras finanzas de las empresas municipales– es el escaso nivel de propuesta en seguridad ciudadana. No obstante aludir algunos de los candidatos a un cambio de enfoque (policía de proximidad, estrategia preventiva, etc.) ninguna de las fórmulas ha escapado de la lógica imperante, que se limita al potenciamiento de las capacidades policiales. Todo ello cuando el Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana evidencia su absoluta inoperancia y se desdibujan las fronteras entre seguridad pública y seguridad interna, confundiéndose roles y objetivos entre los sectores del Estado. Por ejemplo, que el alcalde Castañeda insista en que la seguridad de la ciudad no concierne a su despacho, sino al Ministerio del Interior.
En este marco proliferan salidas de impacto mediático, como la reciente disposición presidencial que establece que los efectivos policiales dedicados a tareas administrativas pasen al patrullaje callejero, o la propuesta legislativa de ampliar las atribuciones de los cuerpos de serenazgo e, incluso, vigilantes privados, dando luz verde a que las calles se llenen de armas, cuando está ampliamente demostrado que esto tiene un efecto adverso sobre la sensación de seguridad, deteriorándola aún más, pues con ello se abren las puertas al mercado ilegal de armas sin control estatal.
Finalmente, queremos recordar que una de las aristas de la problemática de la inseguridad está en la expansión del narcotráfico, con parte considerable de la economía y la política del país bajo su influjo. Aun cuando el problema no alcanza, ni mucho menos, las proporciones que ha adquirido por ejemplo en México, la situación de ese país puede servirnos como advertencia de lo que depara el futuro si no se incorpora seriamente esta variable.
desco Opina / 3 de setiembre de 2010
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sábado

La cuota indígena y las elecciones locales y regionales

Ya se inició la carrera electoral regional y municipal, y las comunidades campesinas, nativas y pueblos originarios –al amparo del artículo 12 de la Ley de Elecciones Regionales– les corresponde ocupar no menos del 15% en las listas de candidatos a regidores o consejeros regionales en sus jurisdicciones, según las cuotas establecidas para este efecto. En la Selva Central, los líderes de las etnias reconocen que si bien los movimientos y partidos políticos incorporan miembros de las comunidades a las listas electorales, también señalan que muchas veces éstos son seleccionados con estilos poco democráticos y sin considerar su compromiso con sus pueblos ni su capacidad de interpretar y expresar las demandas e intereses que en teoría representan. No tienen participación efectiva en las propuestas de planes, que son elaboradas sin recibir los aportes y opiniones de las comunidades.
En diversos medios locales de la selva central los líderes indígenas han manifestado la disconformidad que tienen sus organizaciones sobre la ubicación que se les asigna en las listas a sus eventuales representantes. Colocarlos en los últimos lugares muestra que el objetivo es cumplir formalmente con el requisito establecido por la ley, antes que una intención de representación. Por otro lado, más de una comunidad ha visto alterada su dinámica interna a raíz de las pugnas político partidarias que hasta hace pocos años les eran ajenas. Lidiar con tensiones de corte partidario es acaso el costo de consolidar una representación propia que permita la inclusión de las etnias amazónicas en la vida política.
Algunos líderes representativos de la Central de Comunidades Nativas de la Selva Central-CENCOSEC –que agrupa a más de 120 comunidades– manifestaron su disconformidad con la pobreza de la oferta electoral en relación a sus comunidades (edición de Julio de la Revista Diario Regional Selva Central), al señalar que la aparente atención que los candidatos prestan a sus demandas contrastan con el alarmante desconocimiento de la realidad indígena que se evidencia en las propuestas de planes de gobierno. Otros líderes aluden directamente al carácter abstracto de las propuestas de inclusión “… el respeto a la diversidad étnica está bueno pero como van resolver nuestros problemas, eso no está claro”, en una crítica a la retórica del momento, que responde a la incapacidad de los candidatos para articular en sus propuestas la problemática de las comunidades.
Si en territorios caracterizados por la fuerte presencia y dinámica indígena vemos que las limitaciones para articular una representación política causan malestar, a escala nacional la cuestión abre un período de tensión para las organizaciones amazónicas. Como muestras tenemos, además de la potencial candidatura de Alberto Pizango, la reciente polémica alrededor de la opción de la líder yanesha Lidia Rengifo, que anunció que acompañará en las próximas presidenciales al ex premier Yehude Simon, ampliamente cuestionado por su papel durante el Paro Amazónico que culminó trágicamente con el “Baguazo”.

desco Opina - Regional / 27 de agosto de 2010
Programa Selva Central


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lunes

¿El final del conflicto de La Convención?

Tras quince días de paro, el conflicto de La Convención encontró una salida negociada ante la insistencia de distintos sectores de la Iglesia Católica y la Defensoría del Pueblo, que alertaban la posibilidad de un desenlace violento dada la intransigencia del Ejecutivo y las obstaculizaciones promovidas por los núcleos más duros dentro de la protesta. La paralización fue suspendida al aceptarse las demandas centrales de la población: para empezar, la reserva de Megantoni no será afectada por las tuberías del transporte de gas, que tendrán otro recorrido; se construirá una planta de procesamiento en Kepashiato y, lo más importante, se estableció que las reservas gasíferas del lote 88 se dedicarán íntegramente a atender el mercado interno, además de acordarse que el precio del balón de gas en La Convención, será equivalente al de Lima, corrigiéndose una situación paradójica y abusiva por la que en esa provincia se pagaba hasta el doble del precio de la capital.
La pregunta de fondo, sin embargo, es si los acuerdos logrados suponen el final del conflicto, como todos queremos o son sólo un paréntesis. La respuesta no es fácil, máxime si observamos el comportamiento del gobierno post conflicto de Bagua y su resistencia a cumplir cabalmente con lo establecido por las partes en aquella ocasión.
Que el gobierno no esté dispuesto a negociar disputas y diferencias que cuestionan el corazón del modelo económico y evidencian sus grandes contradicciones y arbitrariedades, resulta hasta comprensible, como lo resulta también su reiterada incapacidad para prevenir muchos de estos conflictos. Lo que aparece incomprensible es la persistencia por volver a la postura original que se encontraba a la base del conflicto, como lo muestra el caso de Bagua, ahora que el propio Presidente ha observado la ley de consulta y simultáneamente impulsar una ley forestal que nuevamente afecta a las poblaciones indígenas.
¿Ocurrirá lo mismo con el caso de La Convención y el gas? Difícil saberlo. El tema es complejo, porque el gobierno ya tiene comprometida la exportación de casi la mitad de las reservas del lote 88, por lo que cumplir su palabra implica revisar el contrato con la empresa, con lo que se abre un flanco para la discusión más amplia sobre el tema del gas. Adicionalmente, eso debilita el blindaje legal que con tanta laboriosidad se ha construido y argumentado para proteger los distintos contratos que atentan groseramente contra el interés nacional.
En esta situación, es interesante preguntarse qué fue lo que llevó al gobierno a retroceder de su posición inicial. Ciertamente la fuerza y la duración de la protesta fueron elementos importantes; el pronunciamiento de distintos sectores exigiendo diálogo, también. Sin embargo, creemos que el factor que aceleró su decisión fue la difusión y rápida multiplicación de imágenes en las que pobladores y amas de casa de La Convención denunciaban el escandaloso precio del cilindro de gas. Al mostrar la desprotección de los usuarios locales de gas doméstico, esas imágenes podían cambiar el sentido de la opinión pública sobre un conflicto que aparecía como focalizado y abstracto, pero que en su interior movilizaba un tema clave: la manera en la que en los últimos años estamos hipotecando nuestros recursos extractivos.
Así las cosas, creemos que frente al conflicto de la provincia cusqueña, el gobierno ha actuado pragmáticamente. Ha asumido compromisos que niegan su acción a lo largo de su gestión y que escapan del fundamentalismo de su «pensamiento perro del hortelano», seguros que lograrán transferirle al próximo gobierno el problema mayor, que es la exportación del gas y el abastecimiento del mercado interno. Lo hicieron por necesidad, pero quizá también por temor a la posibilidad de que el sentido común empate con un discurso sobre el interés nacional, un discurso que aluda a elementos democráticos e incluyentes. Lástima que por el momento un discurso de estas características es más un deseo que una realidad.

desco Opina / 20 de agosto de 2010
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La Convención de la Macroregión Sur

Las protestas ocurridas en las semanas precedentes en la provincia de La Convención (Cusco), no son más que un síntoma de la molestia que se extiende por el sur del país en relación a las reservas de gas. En la artificiosa distinción entre reservas “probables” y “probadas”, causa preocupación que sean éstas las destinadas a la exportación, sin claridad de cómo se resolverá la demanda del mercado interno. Aunque el oficialismo haya calificado como inviables los pedidos de los cusqueños, lo cierto es que la protesta tiene un trasfondo mayor que al gobierno le cuesta reconocer: la cómoda venta de recursos naturales a favor de las transnacionales.


En su mensaje por Fiestas Patrias, el presidente García anunció la renegociación de las regalías por la exportación del producto, como si fuera algo extraordinario. Lo extraordinario sería que el gobierno libere los 2 billones de pies cúbicos del lote 88 que se encuentran actualmente inmovilizados como garantía del contrato de exportación. Estos recursos podían ser derivados en el gaseoducto sur andino, que hasta el momento tiene asegurado sólo 1 billón de pies cúbicos de este lote –de los 5 billones de pies cúbicos que requiere su funcionamiento– a la espera de que se confirmen las reservasprobables de dicho lote.


Mientras al gobierno peruano le cuesta fijarle al empresariado los requisitos de una participación responsable en la actividad extractiva y energética –bajo la desgastada excusa de no ahuyentar la inversión– somos testigos de cómo diversas economías extractivas en el mundo asumen como algo lógico y necesario fijar impuestos a las sobreganancias de las empresas mineras, petroleras y gasíferas, tendencia que es respaldada hasta por el Fondo Monetario Internacional, aunque nuestros “liberales” locales se empeñen en hacer aparecer esta demanda como una bandera “antisistema”.


Este problema cobra hoy fuerte actualidad, puesto que estamos en el último año de vigencia del “aporte voluntario” que realizan las empresas en virtud del acuerdo con García, que, una vez en el poder, dejó de lado su promesa de candidato respecto a gravar las citadas sobreganancias. Con un par de proyectos por ventilarse en el Congreso de la República, el poderoso lobby minero ya se encuentra en acción, mientras los principales voceros del gremio han iniciado su campaña a favor de la idea de renovar este acuerdo con el Estado.


La ambigua posición del gobierno frente a los empresarios contraste con las cerradas posiciones con las que enfrenta las movilizaciones ciudadanas alrededor del gas. Sólo tras dos semanas de paralización el gobierno se comprometió a asegurar algo tan elemental como homologar con las tarifas de Lima el precio del balón de gas doméstico en la provincia de La Convención. Sólo tras enfrentamientos entre pobladores y policías el gobierno aceptó dos de las legítimas demandas del Frente de Defensa: que se construya la planta de fraccionamiento de gas en Kepashiato y que se instale una comisión técnica que busque una ruta alternativa para el ducto que pretendía atravesar el Santuario Natural de Megantoni. Sólo en la profusa imaginación del Premier Velásquez Quesquén quienes levantaban estas demandas podían ser tomados como tontos útiles, manipulables por fuerzas políticas “externas”.


¿Sacará lecciones el gobierno de este legítimo levantamiento ciudadano? ¿Hará público su compromiso de no exportar los recursos del lote 88? Desde ya, respecto a este último punto, está advertido de que ya existe una convención y convicción en la Macro Región Sur.

desco Opina - Regional / 13 de agosto de 2010
Programa Regional Sur
Fecha: 08/2010. Descargar AQUI