sábado

Los primeros pasos

 

La instalación del nuevo gobierno peruano tiene por delante una ruta en curso que no ha concluido con la definición de los ganadores de la presidencia de la República y los escaños congresales. La juramentación incompleta y por tramos de los integrantes del gabinete permite atisbar las disputas al interior de Perú Libre y con sus aliados de segunda vuelta. Por algunas horas, el que dos de los ministerios importantes como son Justicia y Derechos Humanos, y Economía y Finanzas se encontraran sin responsables que parecían recaer en Avelino Guillén y Pedro Francke, respectivamente, y que contaban con una simpatía que se ampliaba a sectores de oposición, provocó una seria preocupación. Al parecer, nuevas negociaciones y la necesidad de una salida llevaron a que finalmente Francke jurará el cargo y la cartera de Justicia fue ocupada por Aníbal Torres, asesor legal de Perú Libre.

Los primeros pasos del nuevo gobierno, incluida la desatinada designación de Guido Bellido como presidente del consejo de ministros, evidencian que estamos en un momento de reacomodo, en el que priman el conflicto y las zancadillas, no solo hacia el adversario, sino también al interior de las propias agrupaciones político partidarias, que seguramente habrán de vivir una etapa interna de depuración, ajuste de sus correlaciones de poder y por qué no, de refundación o desaparición en medio de esta coyuntura histórica por la que atraviesa el Perú. El Parlamento nacional no es ajeno a esta situación de fraccionamiento, como quedó claro al conformarse la actual mesa directiva. En el campo de la derecha política, las diferencias entre Fuerza Popular y Renovación Nacional son tan marcadas como las que aparecen entre las tendencias al interior de Acción Popular.

Sin duda se prolongará el momento de confusión en el escenario político. El trasfondo es una disputa ideológica entre quienes han formado parte del sentido común neoliberal y quienes aparecen levantando banderas de una izquierda radical. Para los primeros, cualquier discurso que apunta a la transformación de la realidad peruana es leído como el respaldo al terrorismo de Sendero Luminoso o peor aún, interpretado como la efectiva presencia de terroristas en el Estado buscando su destrucción o captura “comunista”. Para los segundos, no hay un único frente y sus reparos incluyen al progresismo, al que no se ve como aliado, sino como un sector siempre dispuesto a ceder ante las fuerzas del mercado y las formas del ‘viejo orden’.

Quedan por delante varias semanas en las que la agenda estará marcada por el ajuste de la correlación de fuerzas. Y si bien es cierto que las confrontaciones nos permiten mirar mejor el país real en el que vivimos, también lo es la urgencia de trabajar en algún tipo de consenso superior que nos permita transitar con más confianza en el inicio del tercer siglo nacional. El necesario esfuerzo de continuar la vacunación y la puesta en marcha de mecanismos viables de reactivación económica en pandemia deberían ser el primer piso de este consenso; de lo contrario, serán sin duda los frentes más perjudicados por la dinámica política. No debemos olvidar que estamos al inicio de un nuevo camino dentro de la sociedad peruana, su economía y organización política. Un camino que si no es escabroso al menos pinta complicado en su recorrido inicial.

 

desco Opina / 30 de julio de 2021

viernes

De la selva, su decisión

 

A pocos ha sorprendido que la selva central no fuera seducida por las propuestas de un candidato con características «antisistema», puede que haya sido la calidad del discurso mostrado o tal vez el símil con el lenguaje del radicalismo de izquierda que se esforzó en resaltar el fujimorismo. Igualmente, tampoco causó sorpresa que previo a la segunda vuelta, en Oxapampa, se organizaran caravanas de «no al comunismo». Sea cual fuere la razón, gran parte de las urnas de la selva central se mostró renuente a dar su confianza al candidato del lápiz. Más de un mes transcurrió desde la segunda vuelta y finalmente, Pedro Castillo, ya proclamado ganador por el JNE, ocupará la Presidencia de la República este 28 de julio, queda entonces conocer cuáles son las propuestas de su gobierno para atender los problemas de la selva.

No existe nada escrito que sirva de referente para evaluar cuáles serían las acciones de su gobierno respecto a la problemática de la selva, pues durante su recorrido proselitista por la selva nororiente sus discursos no mostraron propuestas directas para la realidad específica de nuestra Amazonia. Si nos ceñimos a lo planteado en el ideario de Perú Libre –presentado en la primera vuelta– encontramos algunas anotaciones para resolver la necesidad de vías de comunicación, con planteamientos como la construcción de vías ferroviarias y la conectividad aérea; propuestas interesantes, pero poco realistas debido a los altos costos que esto significaría y a la baja capacidad de retorno de la inversión, principalmente.

Respecto a la lucha contra el narcotráfico, propone el endurecimiento de las penas, sin señalar acciones que reduzcan las brechas existentes en las localidades, que ven esta actividad como una opción económicamente rentable. Sin embargo, este ideario expresa claramente “Nuestras principales cuencas hídricas en la selva peruana están rodeadas por ocho bases militares y paramilitares norteamericanas, …negociaciones en nombre de la lucha contra el narcotráfico, vigilancia militar y política, interceptación de las comunicaciones, guerra mediática y ciberguerra”, lo que puede sonar muy nacionalista, pero no aborda el tema de fondo de nuestra realidad, que denota escasa capacidad para enfrentar esta ilícita actividad sin apoyo externo. En esa misma línea, acerca del control de la tala ilegal, plantea transferir esta responsabilidad a los gobiernos subnacionales, invisibilizando las incapacidades que han demostrado por años muchos de estos espacios de gobierno.

Al igual que en las realidades andinas, los servicios de educación y salud de la selva central carecen de profesionales en número suficiente y debidamente capacitados, ausencia de equipos necesarios, así como buena infraestructura. Demás está señalar que en las zonas rurales selváticas estas instalaciones carecen en su mayoría de servicios básicos como agua, desagüe y electricidad. La conectividad con los centros urbanos mayores es escasa e ineficiente, lo que complejiza la atención de sus prioridades.

La incertidumbre respecto a su plan y equipo de gobierno, está causando efectos en la actividad económica de la selva. La inestabilidad del dólar ocasionada por su elección, hizo creer inicialmente a los agricultores que sus productos bandera como el café y el cacao, obtendrían mejores precios en el mercado internacional, y que se cubrirían los costos de producción dejando interesantes utilidades; sin embargo, pronto descubrieron que los costos periféricos como insumos, mano de obra y flete, también se estaban incrementando. Asimismo, la incertidumbre en torno a la relación con los mercados internacionales, genera dudas entre las y los agricultores respecto de la colocación eficaz de sus productos de exportación.

En aras de lograr en el corto plazo una estabilidad social y económica que satisfaga las expectativas de aquellos que no le confiaron respaldo electoral, su mensaje de asunción al cargo debe dar claras muestras de iniciativas que permitan la tranquilidad.

 

desco Opina - Regional / 23 de julio de 2021

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