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Recursos naturales y responsabilidad social en la Región Junín

Desde las elecciones presidenciales de 2011 se debate intensamente sobre la importancia del medio ambiente, especialmente en relación a los pasivos ocasionados por la extracción de minerales. El problema fue puesto en primer plano en la Región Junín, por un movimiento político regional de izquierda. Aunque en la práctica no haya sido así, no cabe duda que la defensa del medio ambiente debería trascender posiciones políticas, sobre todo cuando estamos ante un problema cuyas repercusiones sociales eluden la simplificación. Por ejemplo, en esta región hemos sido testigos de las protestas de un número nada despreciable de obreros que luchaban para que no se cierre la planta de DOE RUN en La Oroya, por el incumplimiento de sus obligaciones ambientales del Programa de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA). Finalmente, los sindicatos llegaron a un acuerdo con la liquidadora Right Business, que pagará más de 35 millones de dólares a 2,500 trabajadores.
¿Cómo tomar partido, en estos casos, entre los intereses puntuales de la población de las demandas igualmente legítimas que vienen desde las agrupaciones políticas? Más allá de Junín, en el caso de Cajamarca, por ejemplo, queda claro que prohibir por completo toda actividad minera afectaría seriamente los ingresos de la región. Los gobiernos regionales deben considerar dónde se encuentran las mayores afectaciones y también los mayores beneficios y saber defenderlos con decisión para convertirse verdaderamente en agentes que lideren las políticas de desarrollo locales sobre todo en un contexto de descentralización. Esto es preferible, antes de declararse abiertamente ‘anti’ o ‘pro’ minero.
Lamentablemente, en la región el problema ambiental se hace más agudo porque algunas empresas no cumplen los estándares de cuidado ambiental. Prefieren incumplir y mantener su rentabilidad hasta el día en que son fiscalizados y deciden detener sus operaciones. Esto origina un gran malestar social entre los trabajadores, que, como en el caso de La Oroya, ven únicamente el efecto concreto sobre su economía familiar. Este tipo de proceder por parte de algunas empresas hace muy difícil para los ciudadanos imaginar cómo podrían beneficiarse de políticas adecuadas de responsabilidad social empresarial.
En este complicado escenario, la responsabilidad social empresarial, sobre todo en el plano ambiental, abarca numerosos planos de problematización. Uno de ellos tiene que ver con la gestión desde la autoridad política. Ante lo difícil que resulta movilizar recursos institucionales ante entidades como las Direcciones Regionales que se resisten a modificar sus competencias sectoriales, esfuerzos como el Plan de Acción Ambiental Regional de Cambio Climático, promovido por la Gerencia de Recursos Naturales del Gobierno Regional de Junín con la participación de entidades privadas y públicas son destacables. Cabría esperar que espacios como éste se vean fortalecidos para lograr consensos entre la empresa, el Estado y la sociedad civil y así lograr que la población conciba a la responsabilidad social como un elemento con potencial para que las empresas contribuyan a superar los retos del desarrollo. Asimismo, es el tipo de experiencia que podría proporcionar conocimiento práctico para que las entidades del gobierno nacional comprendan la necesidad de trabajar la normativa nacional sobre recursos naturales junto a los gobiernos regionales.

desco Opina - Regional / 27 de julio de 2012
Programa Sierra Centro
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«Que pase el tercer Gabinete»

Aunque es difícil anticipar las decisiones del Gobierno, todo indica que el Presidente del Consejo de Ministros, Oscar Valdés, sería reemplazado antes de 28 de julio. La sensación generalizada, que confirman las encuestas, es que el Premier no sólo no ha resuelto el tema Conga sino que ha contribuido a las tensiones entre las partes en conflicto. Ante un eventual cambio de Gabinete vale la pena preguntarse si la opción es por superar el desgaste reemplazando algunas piezas, o si se avecina un cambio de orientación que permita al gobierno salir de su aislamiento político.
En un artículo publicado en Quehacer hace algunos meses, el sociólogo Francisco Durand especulaba con la posibilidad de que el gobierno dé un «giro brusco», señalando la derechización como el escenario más plausible. En efecto, el rumbo adoptado por Humala confirma la hipótesis, con el resultado adicional de su severo aislamiento político. El necesario oxígeno provendría de un regreso al centro como mecanismo de negociación de la legitimidad, teniendo como interlocutores clave a los gobiernos regionales. En esta vía, resultó sintomático que se jugara con la posibilidad de un presidente regional como nuevo Premier, sobre todo para acercar a este gobierno a las instancias regionales en medio de un entorno que ha favorecido la desconfianza desde el Ejecutivo: Valdés hablando de «los podridos», facciones del Congreso pidiendo que se les cambie el nombre a «gobernadores» o incluso las condiciones de su vacancia y la demonización de Santos.
Resulta significativo que durante el gobierno de García, éste se las haya arreglado para no antagonizar a los presidentes regionales al tiempo que paralizaba, en los hechos, el proceso de descentralización. De este periodo se recuerda lo que sucedió con Yehude Simon, una experiencia peligrosa para cualquier autoridad regional que no quiera ser reemplazada como un fusible más si Conga recrudece.
Pero en este punto uno podría preguntarse ¿cambiaría verdaderamente el Gabinete al mantener a ministros como Castilla, Silva y Cornejo solo por citar tres ejemplos? En el caso de Cornejo hablamos del pasado jefe del Fondo MiVivienda, de Pro Inversión y en este gobierno una especie de ‘Zar’ de facto para Cajamarca, vía la negociación sobre una gran bolsa de dinero (5 mil millones de soles) con los alcaldes, como táctica para erosionar la base social de Santos.
Al parecer el margen de maniobra no es amplio y aun si hubiera una sorpresa en el Premierato, la orientación del gobierno podría ser la misma. No zanja, por ejemplo, con posiciones monolíticas y francamente obstinadas respecto de los ropajes filo senderistas de los dirigentes y su supuesta capacidad de manipulación. Tampoco parece convencerse de que el arte de gobernar trasciende el simple hecho de subir y bajar órdenes.
En suma, durante los últimos seis meses la deficiente conducción política del Ejecutivo le generó enormes costos, al punto tal de provocar fisuras importantes en su legitimidad. Recuperar lo perdido significaría que el gobierno muestre desde este momento las habilidades que no ha tenido en su primer año de gestión.

desco Opina / 20 de julio de 2012
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Turismo interno e inseguridad ciudadana

El evidente crecimiento y la estabilidad de nuestra economía ha motivado a los peruanos para disfrutar del turismo interno. Capitalizando este interés, un spot televisivo de PROMPERÚ tiene como objetivo crear la atmósfera necesaria para ofrecer calidad y calidez de servicio a los visitantes. Aprovechando esta favorable circunstancia, la Selva Central –uno de nuestros más atractivos destinos turísticos– tendría todas las ventajas de su parte para recibir y atender de la mejor manera a sus potenciales visitantes. Pero, la inseguridad de sus vías terrestres y de muchos de sus lugares turísticos, no son favorables para su mejor aprovechamiento.
A pesar de que las rutas y los lugares en donde se producen asaltos son muy conocidos, las autoridades y la policía no logran articular una estrategia que acabe con estos hechos. Y más lamentable aún, es lo poco que se avanza en las investigaciones realizadas en los delitos perpetrados. Hasta ahora vienen resultando infructuosos los esfuerzos del empresariado turístico de la Selva Central para coordinar esfuerzos con las autoridades y los funcionarios del Estado y así superar la situación de inseguridad ciudadana y vulnerabilidad de los turistas. Otro aspecto negativo que podría traer esta preocupante situación, sería el alejamiento de los operadores turísticos externos ante el riesgo de no conseguir el retorno de sus inversiones y, al mismo tiempo, poner en peligro la integridad y las pertenencias de sus clientes.
Este panorama hace que sean inútiles algunos encomiables esfuerzos como los de MINCETUR y el realce de manifestaciones culturales. O, la implementación de nuevos espectáculos como Selvámonos, que este año congregó a más de cinco mil visitantes, generando interesantes dinámicas económicas en transporte, hospedaje, alimentación, artesanía y souvenirs. Sin embargo, fue penoso tener que contabilizar al lado de todo esto, el asalto a varios vehículos que la misma tarde del espectáculo se produjo en la ruta Villa Rica - Oxapampa, en donde los malhechores bloquearon un tramo de la vía, hecho que desistió a numerosos visitantes de acudir al evento.
Es una realidad que los llamados feriados largos han incentivado al turismo interno. Lo cual ha captado el interés empresarial del rubro, entre otras razones debido a la baja del turismo receptivo ocasionado por la crisis internacional. Este hecho, sumado a las opciones turísticas asequibles al bolsillo de los peruanos, debería constituir el marco propicio para hacer mucho más auspiciosa la llamada «industria sin chimeneas» en nuestro país.
Pocos meses atrás, los directivos de CANATUR se atrevían a decir que el turismo de la Selva Central crecería luego de la captura de Artemio. Pero, para hacer realidad esta codiciada meta, primero es necesario que el turismo figure entre las prioridades del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana, cuya creación fue una de las ofertas electorales del actual Presidente de la República.

desco Opina - Regional / 13 de julio de 2012
Programa Selva Central
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Detener la violencia

La nota de opinión que debió aparecer en esta ocasión fue elaborada el martes 3 de julio, por la mañana. Debía tratar sobre las dificultades que tendría el gobierno en las próximas semanas. También sobre los impactos de la crisis económica mundial en el país. Sólo horas después todo ello perdió sentido.
Lo ocurrido en Celendín confirmó que haberle sustraído momentáneamente la espoleta a situaciones que amenazaban con convertirse en inmanejables, como Conga en Cajamarca o Espinar en Cusco, no debía conducirnos a falsas expectativas. En ambos casos, un desenlace consensuado era algo aún lejano y, en el mejor de los casos, la situación conflictiva había ingresado a una nueva fase, sin desaparecer del todo la probabilidad de un renovado desencadenamiento de la confrontación.
La probabilidad se hizo realidad en Celendín. Las víctimas de la protesta social siguieron sumándose, en medio de la inaudita soberbia de los directivos de la empresa involucrada en el proyecto Conga, la profunda incapacidad política del gobierno y las enormes dificultades que tiene la población para encontrar liderazgos que estén a la altura de las circunstancias.
Una situación ya gravísima no impidió que continuara el deterioro. La incalificable detención –por su forma y su fondo– de Marco Arana y la bárbara acción policial en Bambamarca que deja como saldo parcial un muerto, más heridos y más detenciones, indican claramente que la ruptura entre el gobierno y sus esperanzados votantes de hace un año es profunda y parece que sin retorno. Para el caso, es malo perder las exiguas esperanzas de diálogo y apostar firmemente por éste, pero siendo muy conscientes también, que algo o alguien muy poderoso lo impide a toda costa, para quien nada está resultando tan funcional como la infinita torpeza del Ejecutivo.
En suma, este nuevo hito en el ciclo conflictivo se escenifica en medio del desgaste continuo de los actores involucrados. Resulta patético verlos pidiendo diálogo cuando a todas luces no muestran una mínima vocación para instalarlo. De esta manera, queda claro que la voluntad y la legitimidad para generar un espacio indispensable que ponga fin a la ola de violencia, pasa a otras instancias.
Obvio que esto acarreará enormes costos políticos al Ejecutivo, pero son las consecuencias de la inacción y la incapacidad de ver incluso lo evidente. A estas alturas, se supone que el gobierno tendrá pleno conocimiento que su precaria estabilidad está colocada al borde mismo del abismo. Ojalá sea así e inicie la rectificación.
Sin embargo, también están los que insisten en la mano dura. Existen, pisan fuerte y tienen grandes medios de comunicación. Para ellos, no importa demasiado un gobierno que hace sólo un año era la bestia negra al que se debía impedir su triunfo electoral a toda costa. Lo realmente existente para ellos es la utilidad del corto plazo y que el resto asuma sus pasivos. Queda en manos del gobernante, entonces, decidir con quién y para qué gobernar.
Finalmente aunque no menos importante, expresamos nuestra solidaridad y condolencias a los deudos de las víctimas. Las de Celendín y Bambamarca. Las de Espinar. Las del VRAE. Asimismo, hacemos nuestra la indignación por la injustificada detención de Marco Arana, felizmente corregida, permitiendo aún un hilo de esperanza en la posibilidad de una salida distinta a la que ahora se afirma, a un conflicto que nos acerca al abismo.

desco Opina / 6 de julio de 2012
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