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Lecciones del olvido en el sur

 

Algo que no ha cambiado en el tiempo ha sido la tendencia del voto antilimeño en el sur, exceptuando el «hipo» sucedido con la elección de Pedro Pablo Kuczynski, sigue siendo el voto antisistema de nuestro país.

Al término del conteo de votos del proceso electoral efectuado por la ONPE, se constata que la votación por Pedro Castillo en esta parte del país representó la tercera parte de su victoria. Incluso en varias provincias de Apurímac, Cusco y Puno ganó con más del 80% de los votos, lo que encendió las respuestas más feroces que hayamos visto tras la culminación de una votación presidencial. Unos enloquecidos fanáticos del partido naranja atizaban los ánimos en redes para boicotear el turismo interno a la ciudad imperial y así castigarlos por el «voto rojo», que felizmente tuvo el efecto contrario. Mientras que otro grupo de «limeños bien» no hacían más que mostrar, con mucha violencia racista, el desprecio por los que piensan diferente.

Por otro lado, los departamentos que integran el Corredor Minero del Sur (Apurímac, Arequipa, Cusco y Puno) votaron por Pedro Castillo, rebatiendo la idea que lo único que quieren las poblaciones asentadas en este territorio es dinero; pues es a esas regiones, y otras de la sierra central, donde apuntaba el ofrecimiento de la candidata Keiko Fujimori de repartir el 40% del canon minero. Otra vez el clientelismo con nombre de propuesta política. Esta mala lectura de lo que ocurre en las zonas mineras le salió por la culata.

Si bien hay una responsabilidad por la deficiente inversión de los gobiernos subnacionales con el dinero del canon, las protestas en esta parte del país se han dado por problemas socioambientales, porque les «pisan el poncho», porque los inversionistas no escuchan que esas poblaciones tienen otra forma de vivir, porque el gobierno ha dejado inconclusos sus acuerdos en muchas mesas de diálogo, y estos problemas no se solucionan sólo con dinero. Una muestra de ello se aprecia en Cocachacra (Islay – Arequipa), donde Perú Libre obtuvo el 80% de la votación, justamente allí, donde la empresa Southern Peru Copper Corporation –con credenciales poco confiables en el manejo ambiental de sus operaciones– insiste en echar a andar el proyecto Tía María con oposición de sus pobladores.

Remontémonos al primer debate presidencial en Chota. Mientras que permanentemente la candidata Fujimori ofrecía dinero en bonos, en canon, etc., Pedro Castillo ofrecía la reivindicación de derechos, como la salud y la educación. Ese mensaje caló hondo en la macrorregión sur, pues aunque suene trillado, sigue siendo olvidada por los gobiernos nacionales, que han impulsado mayores inversiones estatales en Lima y en el norte costeño.

Las cartas ya están echadas, y así como el voto hacia Perú Libre abundó en esta parte del país, así de abundantes son también las expectativas sobre este nuevo gobierno. Estamos a la espera de gestos políticos como la activación del proyecto Gasoducto Sur Andino, con la inclusión de la petroquímica, que permitiría la reactivación económica del sur; la activación del Proyecto Majes II, con una revisión a la distribución de esas nuevas tierras agrícolas que producirá el proyecto; la solución definitiva a la contaminación de la minería formal en la cuenca lechera de Llallimayo en la Provincia de Melgar, en Puno; incentivos al sector alpaquero y la aprobación de una política nacional de mejoramiento genético (ya encaminada), para hacer más rentable su producción. 

Esperamos que la lección que ha dado el sur en las urnas, esta vez deje de ser una anécdota. Esta votación, y las que le antecedieron, fueron un grito. La esperanza que subyace es que, en esta oportunidad sea escuchado. 

 

desco Opina - Regional / 25 de mayo de 2021

descosur

Cauce democrático

 

El proceso electoral ha concluido ya, pero ha dejado al país conmocionado por el nivel de polarización y la creciente agresividad en el plano político. El resultado es para algunos la oportunidad de transformar el país para mejor, mientras que para otros es fuente de preocupación en la medida en que los pone ante la eventualidad del fin de privilegios desbordados, que ya habían sido  evidenciados por la pandemia, que además ha empobrecido a la mayoría. En una semana de formidable intercambio de información y desinformación por las redes sociales y la televisión, y también de agitación desde los diarios, cualquier esfuerzo de síntesis y de mutua comprensión queda corto. Importa, sin embargo, anotar algunos elementos.

En primer lugar, el contundente respaldo obtenido por el candidato ganador, pues si bien la distancia con su competidora es de poco más de cuarenta mil votos, una mirada a la composición territorial del voto revela que Castillo gana en el 80% de los 1874 distritos del Perú, y con porcentajes superiores al 80% en más de 600 de ellos (en 246 con más del 90%). Un candidato de un pequeño pueblo campesino de la serranía, maestro primario, sindicalista, de ideas  religiosas conservadoras y cumplidor rondero cajamarquino.

Bastaría con destacar este perfil para confirmar lo significativo de su elección en el año del Bicentenario de la Independencia que entrará a la historia nacional como un hito en el largo y contradictorio proceso de apertura democrática, como lo fueron el triunfo de Pan Grande Billinghurst, la persecución al Apra de los años treinta, la victoria de Bustamante y Rivero y las fuerzas democráticas en 1945 o la reforma agraria de Velasco a fines de los sesenta. Señalar que estos momentos fueron seguidos de quiebres institucionales, golpes de Estado y contrarreformas es también un alerta frente a las tempranas resistencias que enfrenta Castillo, incluidas fuerzas que buscan una salida a su revés electoral tocando la puerta de los cuarteles mientras bombardean a los organismos electorales con trámites de nulidad y campañas de desprestigio.

Tratando de tomar distancia del comportamiento antidemocrático de Fuerza Popular, distintos grupos de poder económico empiezan a entender lo ocurrido, como es el caso de parte del sector minero y de la banca nacional, en actitud expectante en relación a los lineamientos económicos en lo que se anuncia como el inicio de un nuevo ciclo de altos precios de los minerales que exportamos. Otro factor a tener en cuenta es el silencio atento de las principales embajadas de los países más importantes del mundo para el Perú, como son China (primer inversionista minero y socio comercial), Estados Unidos y los países europeos, incluyendo a Suiza, Rusia y Bielorrusia, como lo saben bien en nuestras Fuerzas Armadas.

Hacemos votos porque el curso de los acontecimientos encuentre el cauce democrático y se cumplan en alguna medida las expectativas populares que han llevado a la Presidencia de la República a Pedro Castillo. La prioridad sin duda debe estar puesta en darle impulso a una educación y salud de calidad y al mejoramiento de la producción agrícola familiar para un tercio de la población nacional. Ello sin dejar de hacer frente a los enormes retos y tremendos peligros para la justicia social y la calidad de vida en el marco de una democracia golpeada no solo por el poder económico y la crisis de la pandemia, sino bajo constante ataque por parte de quienes, por tercera vez consecutiva, pierden en las urnas su sueño de regresar al poder.

 

desco Opina / 18 de junio de 2021

A río revuelto, pérdida de pescadores

 

En las últimas semanas el país ha vivido una intensa campaña política, se han enfrentado dos fuerzas políticas opuestas; por un lado, la derecha y, por el otro, la izquierda. Algo característico y de práctica común en esta campaña ha sido el uso del “terruqueo”, término acuñado para designar o acusar a alguien de "terruco" (neologismo empleado como sustituto de terrorista).

Tras las elecciones presidenciales, en Perú se vive un ambiente de incertidumbre y de alta polarización, aún no se define la candidatura que alcanzará la presidencia para los próximos cinco años, y la pelea es prácticamente voto por voto. La región central del país en esta segunda vuelta inclinó su opción por Perú Libre, y Huancavelica no fue la excepción; según el conteo de la ONPE al 99.54%, Pedro Castillo del partido Perú Libre obtiene 84.8%, mientras que la candidata Keiko Fujimori de Fuerza Popular, alcanza el 15.2%.

Este tenso escenario político y sus efectos colaterales, teñidos de incertidumbre e intolerancia, hace que otros problemas urgentes de solución como los que suceden en los ámbitos rurales pasen desapercibidos; es el caso de las comunidades de Huancavelica. Según reporte al 17 de abril de la Dirección Regional de Educación Huancavelica (DREH), ningún colegio se encontraba preparado para el retorno de las clases presenciales, y a la fecha sólo el 6% de colegios están aptos para ello debido a que la mayoría de instituciones educativas se encuentran en proceso de cumplir con los requisitos de bioseguridad (Fuente: DREH Huancavelica). Lamentablemente, en Huancavelica el Estado o el Gobierno Regional no ha logrado que todas las instituciones educativas cuenten con lo mínimo indispensable en implementos de bioseguridad tales como lavamanos, mascarillas, alcohol en gel, pediluvios y otros que exige la normativa del Minedu.

La educación es un derecho fundamental de todos los seres humanos que les permite adquirir conocimientos y alcanzar así una vida social plena, derecho que es vital para el desarrollo económico, social y cultural de todas las sociedades y clave para salir de la pobreza. Sin embargo, continúa siendo inaccesible para muchos niños, niñas y adolescentes, y más aún en esta modalidad virtual a través del Programa Aprendo en casa. En Huancavelica, según el reporte de la Dirección Regional de Educación (DREH), un 7% de estudiantes de todos los niveles no acceden a ningún tipo de educación, un 36% accede por televisión, 7% por web, 21% por radio y 29% por otro medio como las fichas de trabajo. Esta situación da como resultado tasas de retención y graduación más bajas y empeora los resultados del aprendizaje.

Nuestro país enfrenta otro problema relacionado con la conectividad, sólo un tercio (29.8%) de hogares accede a Internet y en las áreas rurales el porcentaje inclusive se reduce a 2.1% (INEI, 2018). Esta problemática no sólo será competencia del nuevo gobierno, lo es también del actual; se debieron y deberán tomar acciones a corto plazo para mejorar la conectividad. Más allá de las preocupaciones electorales, ¿cómo es que no hay preocupación por el día a día?, en estos precisos momentos aún hay una buena cantidad de niños, niñas y adolescentes que no pueden acceder a sus clases virtuales ya sea por radio, web o televisión, y si lo consiguen, es a costa de exponerse a muchos riesgos; tienen que caminar varios kilómetros para lograr obtener señal, pasando frío, hambre y otras peripecias en el camino.

El sector público y el privado deben continuar sumando esfuerzos para mejorar el acceso a la educación como, por ejemplo, a través de la contribución para lograr las condiciones óptimas en los colegios, tal es el caso de UNICEF que hizo entrega de 60 000 mascarillas para la futura reapertura de 133 escuelas rurales en Huancavelica.

Esperamos también que el Estado pueda completar el acondicionamiento adecuado en las instituciones educativas, para que cuenten con los requisitos mínimos de bioseguridad y así los niños, niñas y adolescentes puedan retornar a las clases presenciales de forma segura, libre de Covid-19, y gocen de su derecho a la educación.

 

desco Opina – Regional / 11 de junio del 2021

descocentro – UOT Huancavelica