viernes

¡Qué bueno los planes!... mejor si se cumplieran

desco Opina - Regional / 25 de setiembre de 2009

Las provincias huancavelicanas de Castrovirreyna y Huaytará cuentan actualmente con un extraordinario instrumento de trabajo para el planeamiento de su desarrollo. En efecto, en el marco de las intervenciones realizadas con recursos del Fondo Italo Peruano (FIP) se han elaborado los planes de desarrollo urbano y ordenamiento territorial de las capitales de esas jurisdicciones. Además, cabe mencionar que los mencionados proyectos fueron ejecutados con apoyo de las facultades de Arquitectura de las universidades Roma Tre, Italia y Católica de Lima, Perú. Sin embargo, también debe señalarse que hay acciones pendientes que deben realizarse, como por ejemplo, la capacitación a la población para que haga un uso adecuado de dichos planes.

Así, aun cuando es urgente la necesidad de contar con otros instrumentos de gestión territorial y de percibirse todavía algunos vacíos de información que, en nuestro concepto, deben incorporar estos proyectos –por ejemplo, la naturaleza de vivienda productiva de los hogares y la vocación principalmente pecuaria de los habitantes de la zona, así como la dotación de recursos paisajísticos y arquitectónicos existentes en ambas provincias–, debemos saludar estas acciones.

El caso expuesto, además, sirve para reflexionar sobre la situación de los instrumentos de gestión territorial en el país. En efecto, la legislación actual obliga a los gobiernos locales y regionales a estructurar sus respectivos planes estratégicos y sus presupuestos participativos. Sin embargo, en la mayoría de los casos, sólo se cumple formalmente lo establecido en las normas, pero no se transita hacia la conversión de estos documentos en verdaderos instrumentos de gestión.

Adicionalmente, esto trae a colación uno de los efectos más negativos que provoca la ausencia de una debida articulación de los planes de desarrollo. Como las intervenciones no tienen claridad respecto a los resultados que deben obtenerse, por no existir en el país un planeamiento estratégico, hay una lamentable superposición de éstas, muchas de las cuales no están enlazadas a los planes regionales o provinciales que debieran darles el marco y, lo que es más grave, se han gastado ingentes recursos del Estado y de la cooperación para el desarrollo en estudios y proyectos cuyos resultados no se pueden ubicar en ningún archivo, por decir lo menos.

Por ejemplo, recordemos que el Proyecto de Apoyo a los Gobiernos Regionales de Ayacucho y Huancavelica AGORAH, tenía como unas de sus finalidades elaborar un plan de ordenamiento territorial y urbanístico para ambas regiones, es decir, se suponía que éste incluía a Huaytará y Castrovirreyna. Sorpresivamente, puede constatarse que el informe «final» del mencionado proyecto da cuenta de la ejecución del referido proyecto, en la que habría participado la Universidad San Martín de Porras. Entonces, la pregunta que debemos hacernos cae por su propio peso: ¿ambos proyectos –el del FIP y el de AGORAH– han hecho un trabajo similar?, ¿el segundo recoge información del primero? Más aun, ¿ambos están enlazados a los planes de desarrollo regional?

La eficacia en el uso de los recursos de la cooperación internacional es un tema que ha sido puesto en cuestión durante los últimos años y, por lo mismo, muchos esfuerzos se vienen haciendo para tratar de darle un uso óptimo a estos recursos. Sin embargo, nada de esto obtendrá resultados positivos si el Estado no articula en debida forma los planes de desarrollo y los planes sectoriales. Asimismo, poco o nada se logrará si las agencias de cooperación no buscan alinear sus intervenciones con las necesidades de desarrollo del país.

desco Opina - Regional
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lunes

El resto no existe

desco Opina / 18 de setiembre de 2009

Mientras se llevaba a cabo la Convención Minera 2009, en Arequipa, se produjo una impresionante ola de anuncios sobre nuevas oportunidades de negocios para los inversionistas, basada nuevamente en la explotación de recursos energéticos y minerales. Junto al descubrimiento de un gran yacimiento petrolero en el golfo de México por la empresa británica BP Plc (2/sep), se sumó la noticia de los tres hallazgos de la transnacional YPF Repsol: la mayor reserva de gas en Venezuela (11/sep), el gigante yacimiento de petróleo al frente de las costas de Río de Janeiro (15/sep) y el primer gran descubrimiento de hidrocarburos offshore en Sierra Leona (17/sep). Además, se confirmó que la minera Chinalco iniciaba sus operaciones en Toromocho –donde se encontrarían 1500 millones de toneladas de minerales– y la minera Goldfields lograría una producción de más de un millón de onzas de oro en los próximos cinco años, en Cajamarca.

Todas estas noticias se han dado en medio de un marco poco promisorio para la economía mundial en los próximos cinco años, definido por la repentina subida del precio de la onza de oro por encima de la barrera de los mil dólares. En efecto, las primeras lecturas de este hecho señalan que los inversionistas se encuentran muy preocupados en proteger sus riquezas, frente a lo que sería una segunda caída en el producto mundial. Ante ello, sólo sería posible refugiarse en el metal más valioso: el oro y, eventualmente, también, en el petróleo. Este fenómeno conlleva una serie de problemas para el funcionamiento de la economía global, al presionar fuertemente en la inflación de los servicios y productos que la población apenas si tiene opciones para escoger: los seguros, los impuestos, la educación, la salud y, sobre todo, los alimentos. Todo será más caro.

Por otro lado, tendremos un dólar cada vez más bajo, haciendo que lo único competitivo que pueda exportarse sean nuevamente los minerales. Para asegurar que las ganancias sean líquidas, será necesario que las transnacionales mantengan su alianza con los gobiernos de los países en desarrollo, de donde extraen las materias primas, fundamentalmente en la estabilidad de la estructura de impuestos ventajosa y en la capacidad de sostener «gobernabilidad», es decir, tener a la población controlada mediante dádivas pordioseras y la penalización de la protesta social. En este marco, la colonización de la estructura del Estado por parte de los ricos junto con una mayor opacidad en el funcionamiento del mismo, configurará un caldo de cultivo perfecto para nuevos «faenones» y «aceitadas» que potenciarán en la población la sensación de insatisfacción ante un modelo de crecimiento económico que no comparte sus beneficios ni promueve la creación de valor y dignidad a través del trabajo.

Ante ello, ¿qué posibilidades tiene el Perú de elevar sus índices de democratización? Al parecer, mientras se siga acentuando la ya enorme influencia de los grupos económicos en los procesos de toma de decisiones en el aparato público, el resto del país continuará siendo visto solamente como cerros y selvas de donde extraer minerales e hidrocarburos para el gran mercado internacional. En suma, la sociedad no importa. Tampoco un Estado que anteponga el interés social sobre los particulares.

Mientras persista esta grave contradicción, en la que cada gobierno se vea compelido a maximizar la desigualdad en el acceso a la riqueza a pesar de que prometa durante una campaña electoral que la redistribuirá, los incentivos al conflicto social persistirán hasta que el crecimiento económico se someta a la paz que sólo la democracia puede garantizar.

desco Opina / 18 de setiembre 2009
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viernes

¿En verdad estamos creciendo?

desco Opina - Regional / 11 de setiembre de 2009

En el primer trimestre del año el Ministerio de Salud lanzó la campaña «estrellitas nutricionales». Como era de esperarse, las críticas empezaron a formularse desde todos los sectores políticos, por lo inconveniente del nombre y su similitud con el símbolo del partido gobernante. Sin embargo, esa observable circunstancia no debe poner de lado el hecho de que el referido proyecto se inscribe en las acciones llevadas a cabo por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo de la Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Es decir, más allá de lo anecdótico, lo que debe remarcarse es que en estos tres años de gobierno aprista algo se ha avanzando en las metas sobre reducción de la desnutrición crónica infantil, aun cuando todavía se manifiestan algunos sesgos y brechas que, sin duda, afectan el cumplimiento de los resultados esperados.

Según la Encuesta Nacional Demográfica y de Salud Familiar ENDES, del 2008, que toma como referencia el patrón de la NCHS/CDC/OMS - 1977, habría ocurrido una reducción en la prevalencia de la desnutrición crónica infantil en el ámbito nacional de 2,6 % en el periodo comprendido entre el 2005 (24.1 %) al 2008 (21.5 %). Pese a que este avance es esperanzador, no debemos olvidar que las cifras correspondientes a las zonas rurales de la selva central siguen siendo alarmantes, ya que la desnutrición crónica infantil afecta a más de la tercera parte de las niñas y niños (36 %).

Así, la Estrategia Nacional CRECER es, sin duda, un gran avance por ser una intervención articulada de entidades publicas y privadas, cuyas actividades y esfuerzos se encuentran vinculadas en la lucha contra la pobreza y la desnutrición crónica infantil, teniendo una fortaleza especial en la implementación de los Programas Presupuestales Estratégicos del Presupuesto por Resultados, en donde la lucha contra la desnutrición tiene prioridad.

A la fecha, son 20 gobiernos regionales, incluyendo las regiones de la selva central que cuentan con dispositivos legales y planes de desarrollo para alcanzar la meta de reducción de la desnutrición. A pesar de ello, en gran parte de las comunidades nativas y anexos de la selva central, no se evidencia la presencia de los gestores del desarrollo social, que son parte importante de la Estrategia y que, según esta, son personas capacitadas que ayudarían a la población a identificar problemas y hallar soluciones acorde a las potencialidades de su localidad.

Entonces, no basta con repartir alimentos o dinero, condicionando con ello la participación de la población en la Estrategia intentando así que, de alguna manera, los niños asistan al colegio, que los lleven a los controles de peso y talla, que tengan su DNI, etc., sin explicar a la población la trascendencia de estas actividades para el desarrollo familiar, de la comunidad y del país. La importancia de concientizar sobre los beneficios de una vida saludable, asegura que la población se preocupe sobre su salud y nutrición, generando así cambios en su comportamiento y la adopción de prácticas saludables que serán sostenibles en el tiempo.

Sin embargo, el gobierno gasta miles de soles en publicidad, que lo único que muestra a la población son las actividades realizadas, a manera de logros políticos, mas no la razón por la cual se llevan a cabo. Todo esto, nos da a entender que el gobierno conceptualiza a la población como un ente pasivo, no involucrándolo en la preocupación ni en la solución, prestando poco interés para generar conciencia sobre la gravedad de la desnutrición y sus consecuencias.

Por otro lado, consideramos importante mencionar que las cifras oficiales sobre la prevalencia de la desnutrición crónica infantil, deberían ajustarse a los nuevos patrones de crecimiento infantil de la Organización Mundial de la Salud OMS - 2006, que nos mostraría quela verdadera reducción al 2008 sería de tan sólo 0.5 %, y la cifra para las zonas rurales de la selva central aumentaría considerablemente de 36 % a 44.3 %, ya que el nuevo patrón de crecimiento de la OMS, nos describe cómo deben crecer los niños (con una nutrición y hábitos adecuados, en un ambiente saludable), en lugar del patrón actualmente utilizado, que sólo se basa en cómo crecen los niños sin tomar en cuenta sus hábitos o el medio que los rodea.

A pesar de los esfuerzos que se hagan, puede concluirse en un nuevo fracaso si todos los sectores del gobierno y de la sociedad civil no reafirman un compromiso firme e innegable en establecer como prioridad nacional, la disminución de la desnutrición crónica infantil, y siendo optimistas en un futuro no muy lejano, su erradicación.

desco Opina - Regional / 11 de setiembre de 2009
Programa Selva Central
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Entremeses pre electorales

desco Opina / 4 de setiembre de 2009

Durante las últimas semanas, una seguidilla de eventos ha puesto sobre el tapete muchas cosas que, aunque no lo parezcan, son importantes. Una primera es la sorprendente defensa que viene haciendo Lourdes Flores, a un personaje que tiene evidentes dificultades para alejarse de las sospechas de narcotráfico que se ciernen sobre él. Más aun, resulta que Flores preside el directorio de Peruvian Airlines, una empresa cuyo accionista más importante es precisamente el referido: César Cataño, quien en realidad es César Carhuallanqui.

Un jubiloso Mauricio Mulder ha sentenciado el fin político de la lideresa del PPC. Otros más cautos, no niegan el desliz aunque todavía le otorgan créditos. Lo cierto es que la reincidente candidata presidencial viene sufriendo un duro revés en su potencial interés para las elecciones del 2011, aun cuando parecen atendibles los argumentos que usa en su defensa. Ahora le tocó a ella y mañana, seguramente, será otro. Así, puede ser que la manera como se presentan los hechos tenga mucho que ver con las habituales zancadillas que rodean un periodo electoral que se asoma intenso en el juego sucio y con un nivel de propuestas mucho más bajo al que nos hemos habituado los peruanos durante las últimas décadas.

De la misma manera podríamos leer el calentamiento de las relaciones con los vecinos del sur –Bolivia y Chile–, que provocó las declaraciones del presidente García a un medio chileno. Señaló que entre ambos países existía un pacto secreto, obligando a revelar lo sabido por todos, es decir, que estaba en curso una agenda de trece puntos entre ellos la mediterraneidad boliviana, como no podía ser de otra manera.

Esto sirve a García para demostrar a sus críticos internos, que el Perú no se ha alejado de Bolivia, sino que es el mandatario de este país el que ha decidido acercarse a Chile. De pasada, García golpea al candidato Ollanta Humala, declarado simpatizante del presidente altiplánico.

Agregado a ello, el presidente peruano aprovechó la crisis desatada en UNASUR, a raíz de la condena venezolana y ecuatoriana a la instalación de bases militares norteamericanas en Colombia, para alinearse sin mayores compromisos con la posición del presidente Uribe y lanzar por todo lo alto sus preocupaciones respecto al armamentismo regional que, como se sabe, es liderado de lejos por Chile y Venezuela: nada mejor que emplear un solo argumento para emplazar a dos oponentes.

Así, el presidente de la República viene implementando a todo vapor su estrategia para el 2011 y sus supuestos rivales no terminan de acomodarse. La manera como enfrenta las circunstancias externas tiene casi el mismo estilo que emplea dentro del país. Los núcleos ejecutores comunales que anunció recientemente vienen multiplicándose y al frente ha sido puesto nada menos que el cuestionado Carlos Arana. Mientras tanto, las críticas no toman forma. Mucho menos, las alternativas.

Asimismo, aseguró que se aumentarían los recursos del FONCOMUN, pero el premier Velásquez Quesquén acaba de advertir que su distribución se hará atendiendo a «los resultados» obtenidos por cada municipalidad, sugiriendo que las pautas existentes serían puestas de lado. Más aun, el proyecto del Presupuesto 2010 anunciado por el MEF muestra significativos recortes a las asignaciones para los gobiernos regionales y locales, en una magnitud mayor a la estimada por la disminución del canon. Ahora bien, la propaganda del gobierno no señala esto. En su lugar, difunde la idea de gobiernos regionales y locales que no son capaces de gastar los recursos. Igualmente, por enésima vez el VRAE cubre las primeras planas de los medios de comunicación y la tendencia a la «mano dura» que estos reflejan no ha permitido visualizar con la importancia que merece, los seis años de entrega del Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, ni los actos organizados en torno a los sangrientos acontecimientos ocurridos en Putis, durante los años 80.

En esa línea, durante el mes de agosto se recordó el terremoto que asoló al sur chico hace dos años y debió ser la ocasión propicia para enfatizar la indolencia de un gobierno que, pese al tiempo transcurrido, no ha hecho prácticamente nada para reconstruir la zona afectada. Más aun, con premuras electorales, el Ejecutivo envió un proyecto de ley al Congreso para reactivar –dizque– el programa Techo Propio que, sin tener fondos para su funcionamiento, ha continuado con las inscripciones para acceder al Bono Familiar Habitacional (BHF).

Como se notará, el efectismo mediático viene imponiéndose con rotundo éxito. Lo accesorio aparece como importante y lo fugaz hace invisible lo sustancial. Todo parece indicar que será difícil revertir estas formas y la espectacularización de la política no sólo seguirá vigente, sino también con contados protagonistas. Salvo que ocurra una sorpresa, algo siempre esperable en el desdibujado sistema político peruano, es poco probable que pongamos en debate las cuestiones que realmente interesan a los ciudadanos.


desco Opina / 4 de setiembre 2009
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