Estos últimos tiempos, la riqueza hídrica de los Andes está amenazada por factores naturales, antrópicos y sociales, es decir originados por la actividad humana. El Cambio Climático afecta el ciclo hidrológico y altera los patrones normales del clima; acelerando el retroceso de los glaciares, cambian los patrones normales de lluvia, se acentúan los períodos secos y húmedos, disminuye el número de días de lluvia y la cantidad de agua de escorrentía por un aumento en las tasas de evaporación. El hombre de nuestros tiempos en su afán de aprovechar la oferta hídrica, olvida que el medio ambiente y sus ecosistemas también tienen necesidades de agua que deben satisfacerse (capacidad de los ecosistemas).
Aunque recientemente la normativa en algunos países de la región recién considera específicamente éste uso como «caudales ambientales» considerando la cantidad y calidad de agua que necesitan los ríos, las zonas húmedas (bofedales) y las zonas costeras en diversas épocas del año para asegurar el bienestar de los ecosistemas y así garantizar una oferta sostenible de servicios ambientales esenciales y avalar el buen estado de los ríos, lagunas, manantiales y bofedales altoandinos, es evidente que estamos lejos de atender cabalmente los problemas que enfrentamos.
El sistema social imperante, además de hacer uso irracional e inadecuado de los recursos hídricos superficiales y subterráneos mediante la derivación del recurso hídrico (grandes proyectos hidroenergéticos), mediante el mal manejo de las praderas altoandinas y bofedales (sobrepastoreo), rompe el equilibrio entre suelo, vegetación y agua, causando pérdida de especies vegetales, baja producción de biomasa forrajera, degradación de la calidad de pastura y pérdida de peso vivo de los animales. Esto ocurre en la microcuenca del Alto Pampas, donde se encuentran asentadas las comunidades pertenecientes al corredor alpaquero central de la región como: Ccarhuancho, Choclococha, Pilpichaca, Santa Inés, entre otras.
En Huancavelica, las aguas de las lagunas Choclococha, Orccococha, Ccaracocha, y demás afluentes, han sido derivadas hacia el valle de Ica desde hace más de 50 años, consolidándose esta situación a través del «Proyecto Especial Tambo Ccaracocha PETACC» y otros en marcha, con la secuela de los conflictos e impactos negativos (económicos, sociales, culturales, político institucionales y ambientales) y la escasez del recuso hídrico para el desarrollo de los productores alpaqueros de la Microcuenca. En este último quinquenio se colmó el vaso de agua con el inicio del «Proyecto del Canal Colector Ingahuasi» que afecta prácticamente todo el territorio de la comunidad indígena de Ccarhuancho y parte del resto de comunidades, originando un conflicto mayor entre la comunidad y el Proyecto Especial Tambo Ccaracocha – PETACC, que trascendió la jurisprudencia nacional, llegando hasta el Tribunal Latinoamericano del Agua, que opinó de manera favorable para la comunidad indígena de Ccarhuancho, paralizándose la obra.
Lamentablemente para Ccarhuancho y las demás comunidades de la Microcuenca, el problema recrudece cuando nuevamente (2010) el PETACC, pretende llevar adelante el «Proyecto Hidroenergético – Tambo» (que implícitamente considera el Colector Ingahuasi) pero en esta oportunidad mediante proyecto de Ley aprobado por la «Comisión Agraria» pretendiendo ingresarla al pleno del Congreso para su aprobación en diciembre del 2010. Su discusión ha sido postergada por falta del Estudio de Impacto Ambiental y la Licencia Social; este año el Congreso aprobó la ejecución del Proyecto, mediante Decreto de urgencia No.002-2011 (publicado en el diario correo de Huancayo con fecha 19 de enero del 2011). Esta situación es aprovechada por los candidatos reeleccionistas iqueños al Congreso Nacional quienes pretenden llevar agua para su molino electoral a costas, como siempre, de los comuneros y campesinos huancavelicanos, lo que debe obligar a un pronunciamiento claro y concreto del actual gobierno regional y de los aún parlamentarios huancavelicanos.
En nuestra opinión, la gestión hídrica en la Microcuenca Alta del Río Pampas debe enfocarse en la prevención y mitigación de los impactos de los factores mencionados, adaptándose al cambio y desarrollando capacidades para reducir las vulnerabilidades mencionadas; considerando la igualdad de oportunidades, uso sostenible, equidad en el acceso y uso del agua y logrando la eficiencia en su aprovechamiento por el conjunto de de las comunidades campesinas alpaqueras y poblaciones agrícolas de los valles interandinos y costeros, con un enfoque de integralidad a partir de la concepción territorial de la Microcuenca o Cuenca, con usos compatibles y sustentables del recursos hídrico. Para ello, se debe asegurar y proteger los sistemas hídricos (caudales ambientales), tanto en su entorno geográfico como en su ciclo natural, consensuando acciones y mecanismos que mantengan la integralidad de los ecosistemas, especies animales, vegetales y la vida de las comunidades y población en general con dignidad.
Debemos considerar también que, cualquier plan de acción con relación al recurso hídrico debe estar orientado a protegerlo y conservarlo, garantizando su disponibilidad y uso con equidad, asegurando la existencia de todos los seres vivos en la Microcuenca o Cuenca, mediante políticas hídricas que beneficien el desarrollo armonioso y equitativo, garantizando una mejor calidad de vida de los pobladores de las partes altas de la Microcuenca, que son los menos favorecidos actualmente.
desco Opina - Regional / 25 de marzo de 2011
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