Desde hace algunos años el Ministerio de Agricultura - MINAG viene destinando partida presupuestaria para pagar la prima del llamado
Seguro Agrícola Catastrófico (AgroProtege) en las regiones de sierra del país (Huancavelica, Apurímac, Cusco, Huánuco, Cajamarca, Ayacucho, Pasco y Puno). La finalidad del seguro es atender a pequeños agricultores que se encuentran en situación de daños o pérdida del cultivo por factores climatológicos como la helada, granizada, presencia de plagas u otros.
En el caso de la sierra central, la región de Huancavelica cuenta con el
Seguro con una prima S/. 6 millones 250 mil. La prima será ejecutada a través de la aseguradora MAPFRE y tiene como fin cubrir la campaña agrícola agosto 2012 – julio 2013. Según la Dirección Regional de Agricultura Huancavelica (DRAH), durante dicha campaña, 9,570 agricultores (1,872 productores en Churcampa, 5,095 en Huancavelica, 987 en Acobamba, 914 en Tayacaja, 565 en Angaraes, 137 en Castrovirreyna y 2 en Huaytará) perdieron grandes áreas agrícolas por los fenómenos climatológicos de la región; por lo que recibirán una indemnización del seguro agrario. (DRA Huancavelica - Oficina de Información Agraria).
La evidencia empírica no augura un buen futuro para estos agricultores. Según el MINAG, las comunidades de Callanmarca, Chaupiorcco, Huanaspampa, Chilhuapampa, Salcahuasi, Manyaclla, Mayunmarca, entre otras, perdieron cultivos de maíz amiláceo, papa, cebada grano seco, arveja, haba grano seco y frijol en su totalidad; por lo que está establecido, la aseguradora indemnizará con 550 nuevos soles por hectárea de cultivo dañado. Sin embargo, algunos agricultores reciben sumas que van desde 80 hasta 150 nuevos soles por las extensiones de sus parcelas que tienen en promedio una yugada (0.25 Has). Además del bajo monto, se suma a ello, que los pagos por indemnizaciones tienen que ser cobrados en provincias, obligando a los agricultores a realizar viajes largos y gastar en pasajes y viáticos. Finalmente, el dinero de la indemnización se ve utilizado en gastos como los mencionados y no en reparar las pérdidas de sus tierras. Cabe resaltar que los agricultores invierten como montos mínimos desde 2000 nuevos soles en cereales y 6000 nuevos soles en tubérculos por hectárea. En consecuencia, la suma de cobertura de las aseguradoras no solo genera una percepción negativa y pesimista en el agricultor, sino que, además, impediría su capitalización.
Tenemos tres razones (producto del trabajo de campo) para pensar que el seguro agrario catastrófico (SAC) no es percibido como favorable por los agricultores huancavelicanos:
a) En el 2009, en una entrevista radial, la hoy ministra de Desarrollo e Inclusión Social, dijo que el seguro era uno más de “
un montón de experiencias piloto” en el sector y que los agricultores no conocían bien de qué se trataba. Actualmente, se sigue careciendo de información precisa del proceso de peritaje para la indemnización, manteniendo así la situación de desconocimiento de los agricultores.
b) Uno de los aspectos que no se visibiliza es la negociación entre el
Fondo de Garantía para el Campo y del Seguro Agropecuario (FOGASA) y la empresa aseguradora, dado que no se considera la información pertinente de los rendimientos promedios de los cultivos asegurados de primera fuente; porque según los criterios técnicos manejados en el campo, solo es indemnizable cuando el cultivo tiene una pérdida promedio mayor al 60% del promedio de rendimiento. Así mismo, la Dirección Regional Agraria de Huancavelica presenta una débil capacidad de gestión, debido a que no tiene un equipo técnico especializado en SAC y existen escasas capacidades en los agentes agrarios y pequeños productores para entender un proceso de peritaje técnico de acuerdo al lineamiento de política entre la aseguradora y el gobierno nacional. Estos procesos de peritaje realizados por la empresa encargada de hacer evaluaciones de campo (McLarens Toplis) tienen metodologías y técnicas validadas para regiones con superficie de llanura, donde la agricultura se desarrolla de manera intensiva, a diferencia de Huancavelica, donde la topografía es bastante más accidentada, lo que genera mayores costos de producción y mayores riesgos climáticos.
c) Seguro agrario con decisores privados para la campaña agrícola en mención (agosto 2012 – julio 2013); en el caso huancavelicano se designó a la empresa aseguradora MAPFRE para la cobertura, la que a través de su operadores locales ofrece servicio basados en criterios técnicos (lo cual es bueno), pero el no tener en cuenta los aspectos cualitativos de la producción agrícola, hace que este proceso no redunde en beneficio de los agricultores afectados, en la medida que la cobertura del seguro no cubre la magnitud de sus pérdidas. Estos problemas son producto de los precios regulados y estandarizados que se derivan del oligopolio entre las empresas aseguradoras.
Creemos que el seguro es de importancia, sin embargo, el deficiente conocimiento sobre el territorio agrícola y las necesidades reales de los afectados genera que los beneficiados sean un grupo menor de productores, por la tanto, a la actualidad no se han cubierto las expectativas de la mayoría de los agricultores quienes se sienten desconfiados y desconcertados por el mecanismo de evaluación que viene utilizando la aseguradora para el pago.
desco Opina - Regional / 16 de julio de 2013
Programa Sierra Centro
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