Según el informe de
Estado de las Ciudades de América Latina y El Caribe – ONU HABITAT 2012, Lima
es la segunda ciudad más densamente poblada de América Latina y la undécima a
nivel mundial. Cuenta con casi nueve millones de habitantes y casi dos millones
de viviendas, de las cuales alrededor del 60% han sido construidas por procesos
de autogestión y autoconstrucción. ¿Cómo hace una familia en situación de
pobreza para acceder a una vivienda en Lima? La política del Estado se ha
basado durante décadas en otorgar tierra, mas no vivienda, encargándose solo de
«facilitar» el acceso a los títulos de propiedad. Las familias acceden a una
vivienda «formal», en un terreno que posee una serie de vulnerabilidades de las
cuales deben hacerse cargo, eximiendo al Estado de responsabilidad civil y
penal, en caso de que se produzca un desastre, por ejemplo, un fenómeno
sísmico.
Por otro lado, cabe
destacar que los «programas» del Estado para el acceso a una vivienda adecuada
están diseñados para los sectores poblacionales medios y altos. Se dice que se
estarán entregando más de 95 mil viviendas hasta el 2015, sin
embargo, en esta cifra se incluyen viviendas del programa Techo Propio, casas
de 55 metros cuadrados que se venden a 35 mil dólares. La pregunta en este caso
es: ¿cómo están apoyando a aquellos sectores de pobreza y pobreza extrema? La
respuesta continúa pendiente, en una realidad donde la ciudad seguirá
creciendo, y donde el déficit cualitativo de las viviendas se calcula en casi un 60% del total de viviendas en la ciudad.
Lima se encuentra en el
cinturón de fuego del Pacífico, y tomando en cuenta que desde hace más de cuatro décadas no se produce un sismo de consideración, mantiene una situación crítica si estimamos que es durante las
últimas décadas en las que se ha producido un crecimiento acelerado y
descontrolado de la ciudad. El Estado, por medio del Ministerio de Vivienda,
Construcción y Saneamiento hizo estimaciones sobre los distritos de Lima con
más alta vulnerabilidad y algunas ciudades del interior del país. Uno de los casos
es el de Villa El Salvador, donde se estima que de producirse un sismo de
consideración, por lo menos un 88% del total de viviendas sufriría daños severos o colapso, significando más de trescientos mil personas afectadas en solo uno de los 43 distritos que componen la ciudad.
A pesar de ello, se ha
dado poco seguimiento a los procesos de gestión del riesgo que alertan, según
un estudio del Sistema Nacional de Defensa Civil, sobre
la posibilidad de resultar con más de 50 mil fallecidos y 200 mil viviendas
colapsadas en una ciudad con las características de Lima.
En ese contexto es que
hacemos un llamado a la comunidad internacional, acerca del inminente peligro
que conlleva el tener una ciudad carente de políticas estatales de acceso a un
hábitat digno y seguro, afectando a las mayorías pobres del país.
desco Opina - Regional / 1º de abril de
2015
Programa Urbano
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