viernes

Qué bonita vecindad

El canciller de la República debió salir rápidamente a decir que no había nada de extraordinario en que el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, notificara a Ecuador sobre su habilitación como declarante ante la demanda presentada por Perú, en el diferendo marítimo que sostiene con Chile. Lo mismo ha hecho con Colombia y la Comisión Permanente del Pacífico Sur.
En efecto, como señala el canciller García Belaúnde, son cuestiones estrictamente procedimentales y será Ecuador quien finalmente decida si acude o no a la cita. Sin embargo, eso bastó para que las alarmas se activaran en nuestro país y dio pie a que algunos diarios vieran casi una «invasión ecuatoriana» en lo que, al parecer, era una faena de rutina por parte de militares de ese país.
Lejos de la anécdota, lo cierto es que esta especie de ejercicio muy semejante a los recordados sicosociales que implementaba el autoritarismo fujimorista, pone en discusión el enorme mar de fondo que subyace en las maneras como el país está tratando su defensa y seguridad con los vecinos.
El hecho evidenció que luego de más de diez años de haberse firmado el Tratado de Paz con Ecuador y a pesar de las reiteradas declaraciones del presidente Correa respecto a que no hay una agenda pendiente con Perú, los temores subsisten y posiblemente haya mucho de razón. Por ahora, Ecuador está concentrado en los problemas fronterizos que mantiene con Colombia y, seguramente, lo último que pasa por los gobernantes de ese país es plantearle al Perú, entre otras cuestiones, el cumplimiento cabal de lo que se firmó en Itamaratí en 1998.
En relación a esto, la situación provocada por una «infidencia» de la prensa chilena –los procesos en La Haya deben ser reservados– y evidentemente monitoreada desde los altos círculos de ese país, ha dejado un mensaje muy claro. Ecuador ha sido un aliado histórico de Chile y, en esa línea, lo presiona para formular una situación fáctica que se contraponga a un probable fallo jurídico adverso a sus intereses. Recordemos sino, como tiempo atrás buscó comprometer a Bolivia en este asunto bilateral.
Al respecto, está claro que el escenario formado debería estar en el horizonte de probabilidades que maneja la Cancillería peruana. La duda que se instala es si esto es efectivamente así o estamos ante una diplomacia que está realmente sorprendida frente a las «revelaciones» de la prensa chilena.
En todo caso, llama a preocupación que esto ocurra cuando las evidencias de la inexistencia de una mínima coordinación entre Relaciones Exteriores y Defensa son bastante fuertes, a lo que debemos agregar la clara direccionalidad comercial que tiene la política exterior peruana, limitando severamente el planteamiento de una estrategia con los países vecinos en que se demuestren la defensa y la seguridad como componentes centrales.
En efecto, la centralidad en los aspectos comerciales de la política exterior peruana no ha permitido considerar en su exacta dimensión el hecho de que los Estados conducen intereses nacionales que van mucho más allá y, en esa línea, identifican amenazas y oportunidades en el desenvolvimiento de sus amigos y oponentes en otros planos. Así, está claro que para los gobernantes peruanos «las buenas relaciones» están midiéndose exclusivamente en la balanza comercial, dejando peligrosamente de lado aspectos fundamentales de la soberanía nacional en las relaciones con los vecinos.
Es lo que sucede cuando sin mayores preocupaciones dejamos que nuestros gobernantes apliquen un recetario sin los cuidados y precauciones que exigen los intereses nacionales. Lejos están los tiempos en que los esquemas hemisféricos consideraban que la defensa era un gasto innecesario, porque «las democracias no se hacen la guerra y el único regulador es el mercado libre». La realidad, como vemos todos los días, es otra. Es decir, el mercado también es una guerra que el Perú no sabe enfrentar. Allí están las inversiones chilenas en nuestro país para recordárnoslo cotidianamente.
desco Opina / 28 de mayo de 2010

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lunes

El sistema de representación y los tránsfugas

Las próximas elecciones regionales y locales, y también las nacionales, reeditarán seguramente, la conocida historia de los tránsfugas. No puede ser de otra manera. La debilidad consabida de los partidos políticos y las enormes deficiencias del sistema, hacen que la disputa electoral no sea una contienda de posiciones, programas y doctrinas; sino, reacomodos personales donde el cambio de camiseta está determinado por las mejores «oportunidades» que cada aspirante y su cohorte de dependientes puedan apetecer.
Ocurre en los movimientos regionales y locales, pero también en los denominados «partidos nacionales», en los que la diferencia está solo en las dimensiones. No es secreto que estas organizaciones «nacionales» son tan inorgánicas como las que actúan a niveles regionales o locales. O acaso, ¿alguien catalogaría como un partido «nacional» a Solidaridad Nacional, la organización que sustenta la candidatura del actual alcalde de Lima?
Huancavelica, Amazonas, Apurímac, Pasco, Moquegua, Tacna, Tumbes y Ucayali son las regiones más perjudicadas con la «distribución electoral», el sistema actual hace que se elijan dos representantes por cada una de estas regiones ante el Congreso de la República –dicen que ahora que se incrementará en diez el número de curules, seis serán para aquellas que tengan menor representación–, mientras que se elegirán cuatro adicionales por Lima Provincias. Además, la legislación ha sido modificada para evitar los denominados votos golondrinos –ahora se requiere una permanencia no menor de tres años y estar registrado en la RENIEC local para elegir y ser elegido–, pero no se ha hecho nada para que los elegidos congresistas se conviertan en golondrinas que pasan de un movimiento a otro con una sola movida de dedo. Dicen que es su derecho, que pueden cambiar de parecer, que los partidos que los postularon no son lo que parecen y por tanto tienen derecho a cambiar, pero en su condición de candidatos, nos dijeron por su santa madrecita que ellos eran luchadores sociales, que estaban junto con la pobreza y los más pobres.
Y qué nos dicen ahora, «¡perdoncito!, no hemos hecho nada, pero hemos aprendido, ahora sí, por mi madrecita voy a luchar por los alpaqueros, por los más pobres; ahora sí voy a hablar, ya no voy a matar perros, voy a ayudar a matar la pobreza, ahora sí hermanos, todos somos Castañeda Lossio. Hay que estar en la cresta, antes hemos ido con Humala porque era la cresta, todos estaban contra el sistema, ahora todos quieren el sistema. Castañeda va a construir metropolitanos en todas las capitales de provincia, él va a construir escaleras en todas las punas del Perú, hay que defenderlo hermanitos, las ONG quieren joderlo diciendo que se ha robado la plata y no ha cumplido con los tiempos. Los que se roban la plata son las ONG, nadie las controla, el gobierno no puede controlar ni a los apristas, en todas partes roban los apristas, antes robaban al final del gobierno ahora se han adelantado, tal vez piensan que Alan no va a terminar su mandato».
La comedia se complica cuando los representantes huancavelicanos, apurimeños, pasqueños, moqueguanos, etc., en cuanto son elegidos pasan a ser congresistas nacionales, desligándose de sus respectivas zonas de procedencia y se acuerdan de ella, solo en época de campaña electoral o cuando pretenden justificar sus errores calibre 32.
Los partidos y movimientos «nacionales», tienen serios problemas para representar los verdaderos intereses de la población, porque no tienen ninguna articulación con las organizaciones y gremios locales. El sistema es perverso porque se necesita dinero para la campaña y no tenemos sistemas de control para averiguar en qué condiciones se han conseguido los recursos para invertirlos en el «negocio» de las elecciones. Entonces, si las elecciones son negocio, hay que recuperar la inversión de cualquier manera: tal vez con empleados y asesores fantasmas, quizá con viajes de negocios pagados por el Estado, o también comprando y vendiendo favores. Ahora mismo para las elecciones regionales, están buscando candidatos con lupa. ¿Y ahora, a quién llamamos? ¿Dónde está el pacto de caballeros? ¡No se oye padrecito!
«Las ONG se aprovechan de vuestra pobreza», estas gentes ganan en dólares, pero, si el dólar se ha caído ingeniero… No importa, pero ganan en dólares. Pero usted gana cien veces más como congresista. No importa, es que yo soy padre de la patria y soy madre de los tomates. Pero, no será mejor que elijamos entre nosotros mismos a nuestros representantes? No, no, no; es que ustedes están manipulados por las ONG y los enemigos del sistema.
Tal vez será mejor ingeniero, que los alpaqueros exijan que los partidos y movimientos incluyan criadores en sus listas. Será mejor que los clubes de madres exijan cuotas en los movimientos regionales y nacionales. Será mejor que los elegidos respeten a sus electores y permanezcan en los grupos para los que fueron elegidos; de otra manera estarán cometiendo delito contra la fe pública y de los electores, ¿no le parece señor ingeniero?

desco Opina - Regional / 24 de mayo de 2010
Programa Sierra Centro


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viernes

¿Es posible una democracia sin partidos?

La teoría dice que no, pero el Perú se esfuerza en demostrar lo contrario. El único partido realmente existente que tenemos, se esmera en demostrar que tiene menos institucionalidad que el club de fútbol de un grupo de amigos y sus dos dirigentes máximos, arrastrados por sucesivas denuncias de corrupción, tuvieron que suspender su condición de tales, presionados por la estrella única de dicha organización.
Por su lado, el Partido Popular Cristiano decidió «democráticamente» que será su candidata a la alcaldía quien designe a sus representantes distritales a los próximos comicios municipales de Lima, sometiéndonos a los espectadores a la condición de testigos de las múltiples reyertas entre sus militantes de las distintas circunscripciones que se sienten perjudicados en sus intereses y expectativas electorales.
Mientras el APRA y el Partido Popular Cristiano enfrentan como pueden, pero sin ningún rubor las tribulaciones que ellos mismos se han creado, el silencioso candidato presidencial que encabeza todas las encuestas, sorprendió a la afición, anunciando su decisión de darle libertad a sus alcaldes reeleccionistas para candidatear con Alex Kouri o Lourdes Flores, que todo indica, según su criterio, son lo mismo y dan igual. El Partido Nacionalista Peruano, por su parte, se debate aún entre la decisión de su líder de no participar como tal en las elecciones subnacionales y la presión y los intereses de sus militantes regionales por hacerlo.
En este triste espectáculo, las agrupaciones menores, certeramente bautizadas por la calle como «vientres de alquiler», no han querido ser menos en el esfuerzo de contribuir al descrédito de la democracia y de la política. Demostrando su creatividad, un supuesto ambientalista fue presentado como candidato a Lima, por la agrupación del pastor Lay; sorprendiendo a propios y extraños, el mismo personaje apareció una semana después, ungido como postulante a la municipalidad de Lima por la organización de un ex Primer Ministro, que tras haberse ofrecido como candidato presidencial del partido de Alfonso Ugarte, ahora corre con camisa propia.
Más recientemente, el dueño y único accionista de Cambio Radical, el mismo que postula a Jaime Baily a la presidencia, apareció desde San Juan de Lurigancho, anunciando la candidatura de Alex Kouri a la alcaldía metropolitana, resolviéndole así a éste la difícil situación en la que se encontraba, tras haber sido rechazado como candidato por el propietario de una franquicia limeña, gestionada exitosamente desde Los Olivos por el burgomaestre de ese distrito.
Como es obvio, este panorama, por demás patético, se multiplica en las regiones, provincias y distritos de este país. Cientos de agrupaciones operando como agencias de empleo y miles de aspirantes a un puesto de representación haciendo cálculos sobre las mayores o menores posibilidades que les ofrecen los distintos «vientres» en competencia.
Los resultados de esta situación, que se agrava con el tiempo, son evidentes. La crisis de representación –que se explica parcialmente por una sociedad muy heterogénea y severamente fragmentada– se profundiza de manera tal que la política pierde toda capacidad de mediación. La democracia como manera de resolver conflictos y diferencias, como forma de construcción de un futuro compartido, se debilita aún más. Las distancias entre la gente y quienes nos gobiernan, se hacen insalvables.
En consecuencia, es cierto que es posible una democracia sin partidos. Una democracia sin calidad e incapaz de lograr la lealtad de sus ciudadanos y ciudadanas. Una democracia funcional al gran capital y a los poderes fácticos. La pregunta, en consecuencia, es otra: ¿cuánto más puede durar una democracia sin partidos y sin capacidad de representar?

desco Opina / 14 de mayo de 2010

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Los largos caminos de la selva

A pesar de la alegría manifiesta, estamos tratando de entender cómo funcionan las dependencias del Ministerio de Transportes y Comunicaciones. Desde hace varios años las autoridades de Villa Rica estuvieron inmersas en la gestión del asfaltado de los 40 kilómetros de la carretera Puente Reither - Villa Rica (Oxapampa), obra de vital importancia para el desarrollo social y económico de esta parte de la selva central.
En el mes de febrero pasado con la visita de dos ministros de Estado, se firmó el contrato de mantenimiento del tramo La Merced hasta Von Humboldt en Huánuco (Proyecto Perú). Si bien este no era el anuncio que esperaban los villarricences queda claro que esa inversión, por S/. 204 millones a ejecutarse durante cinco años, permitiría mejorar el acceso y la circulación vehicular. Por otro lado, sobre el asfaltado del tramo Puente Reither – Villa Rica, se dijo públicamente que aún estaba pendiente su aprobación porque excedía considerablemente lo inicialmente presupuestado. Sin embargo, en el portal del MTC ya aparece la licitación de esta esperada obra cuya buena pro se otorgará el 2 de junio próximo. Esto nos deja con un escenario de superposición: en unos pocos meses, sobre un tramo de casi 40 kilómetros, existirán dos contratos de trabajo –uno de asfaltado y el otro de mantenimiento– ¿es eso posible?
Cuando Provías saca a concurso público el mantenimiento de las carreteras, evalúa y acepta las propuestas de las empresas que cumplan con los requerimientos técnicos y que –en el caso del tramo La Merced - Von Humboldt– se comprometan a cumplir con la tarea de mantenimiento de 374 kms. en las mejores condiciones económicas. Eso nos lleva a suponer que la empresa ganadora (Consorcio Servicios Viales) debe haber contemplado en su propuesta técnica y económica tanto los insumos como el total del trabajo que ha de realizar durante esos años. Si la licitación de asfaltado de los 40 kilómetros señala que el monto de la obra asciende a S/. 118 millones y que el tiempo de ejecución será de 540 días calendarios es decir 18 meses, es de suponer que CSV se desembarazará de la responsabilidad de esos 40 kilómetros durante un tiempo bastante considerable y así obtendrá un ahorro económico nada despreciable. La otra opción es que el contrato de mantenimiento, firmado el 19 de Febrero, haya tomado en cuenta esta superposición, lo cual dudamos.
Por otro lado, recientemente Villa Rica ha sido sede de la sesión descentralizada de la Comisión de Transportes y Comunicaciones del Congreso de la República; que ha contado con la presencia de ocho congresistas de la República, del Viceministro de Transportes Hjalmar Marangunich, del Director de Estudios de Provías Amaru López de algunos funcionarios del MTC, de varios alcaldes de distritos pasqueños y desde la lejana Provincia de Coronel Portillo llegó su Alcalde el Sr. Jorge Saldaña Bardales; quien reiteró la importancia de consolidar una eficiente conectividad con la República del Brasil, con la construcción de la carretera Pucallpa-Cruzeiro do Sul (Estado de Acre). Las exposiciones de los congresistas y de los funcionarios de varios sectores del gobierno hacen preveer que existe la visión de considerar en los plazos más breves la continuidad del asfaltado desde Villa Rica hasta el Km 86 de la vía a Pucallpa, incluso se deslizó la sensación de que ya se estaban realizando estudios preliminares, con lo cual este corredor tendría un verdadero despegue en el comercio hacia la capital como con nuestro vecino amazónico y si eso ocurre pronto, lo aplaudiríamos pero; como con el caso que hemos señalado es evidente que podría haber otro «ahorrito» bastante interesante, lo cual ensombrecería cualquier buena intención posible. No dudamos que en aras de la eficiencia vial se deben de seguir una serie de etapas para evaluar la pertinencia y las características de una carretera y eso toma su tiempo; pero ante la opinión pública y para asegurar la real transparencia de los procesos no se deben de cometer groseros exabruptos de trámite documentario paralelo que benefician a terceros «sin querer queriendo» que de eso ya tenemos bastantes experiencias a lo largo de nuestra historia.

desco Opina - Regional / 7 de mayo de 2010
Programa Selva Central


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