viernes

El escándalo López Meneses y el nuevo Premier


Los últimos días estuvieron marcados por el escándalo ocasionado por la vigilancia policial ofrecida a Óscar López Meneses, uno de los operadores más visibles del montesinismo. La inicial denuncia periodística de un canal de televisión por cable, rápidamente amplificada por distintos medios de comunicación, cada vez más críticos de la gestión gubernamental, que a manera de caja de resonancia, apuntaban a mostrar los vínculos de aquél, si no con el propio Presidente de la República, con distintos círculos del humalismo, permitió el retorno del personaje a las primeras planas y su amenazante circulación por sets de televisión y cabinas de radio, muchas de las cuales no le eran desconocidas.
Durante una semana asistimos a un nuevo espectáculo en el que coincidieron la picaresca, la improvisación y las evidentes limitaciones políticas del Presidente, el innegable blanco del «descubrimiento». El mandatario, aún sin recuperarse de los costos de su indiscutible «patinada» en Pasco, desde donde recordó su «cogobierno familiar», resucitando el fantasma Nadine 2016, terminó en un enfrentamiento con la Policía Nacional, a la que torpemente terminó responsabilizando exclusivamente de un entuerto que, todo indica, debe empezar explicando el ex jefe de la Policía Nacional, Raúl Salazar, para a partir de él, poder identificar a los perpetradores que insistirán en tener a un mandatario rehén.
Como vivimos en el país de las maravillas y la falta de memoria, fujimoristas y apristas rápidamente pasaron a la ofensiva, acusando al gobierno del montesinismo del que son tributarios constantes, y de vínculos con aquél a distintos operadores del Presidente, los más avezados, incluso a éste. Las relaciones del dentista con aquellos, pero también con alguna gran empresa como revelara el propio López Meneses en las condescendientes entrevistas que le regalaron diversos medios, no dejan lugar a dudas. Sus vínculos con el ex comandante general del Ejército Paul da Silva, pero también su amistad con Agustín Mantilla, ratificada por el interesado, son datos que tendrán que estar presentes en las investigaciones ordenadas, las que difícilmente llegarán a la verdad, porque en honor a ésta, lo único claro es que estamos constatando, una vez más, que los tenebrosos aparatos de los noventa, eventualmente convertidos en bandas y/o en empresas privadas, continúan operando al servicio de distintos clientes, como lo demostrara el caso Business Track.
Para el Presidente, la caída, por renuncia inevitable, del asesor presidencial en materia de seguridad, no es un costo menor. La salida del Ministro del Interior, tampoco.  En este escenario, el hasta entonces silencioso y nuevo Primer Ministro, en su presentación ante el Congreso de la República, advirtió claramente que no tolerará poderes paralelos, recordando que las decisiones del Ejecutivo, de acuerdo a la Constitución, las toman únicamente el Presidente de la República, el Presidente del Consejo de Ministros y el Gabinete, buscando cerrar el paso a las múltiples versiones que circulan; pero afirmando también, el estilo que pretende darle a su gestión, en la que, reiterando lo señalado en una entrevista previa, advirtió que seguirán los cambios en las próximas semanas. La pregunta de fondo y la duda que tenemos muchos, es si lo dejarán.
Como no podía ser de otra manera, dado su origen, en su presentación puso el énfasis de su futura acción en la descentralización y la seguridad ciudadana. En el primer caso, aunque tibiamente, ratificó la continuidad del gasoducto del sur y la refinería de Talara, largamente manoseadas por el gobierno con distintas marchas y contramarchas estos dos años, además de anunciar una lógica de «polos de desarrollo macrorregionales», articulando megaproyectos públicos con inversión privada y alianzas público privadas, en un marco de coordinación intergubernamental, hoy día inexistente.
En materia de seguridad, lo más importante es la designación previa de Walter Albán como Ministro del Interior, donde parece que la apuesta es por su trayectoria y su prestigio antes que por sus mayores o menores conocimientos en el tema. En cualquier caso, nos parece claro que el nuevo titular es una mejor opción que la Ministra Ana Jara, voceada por redes sociales y medios hasta el domingo pasado en la tarde. La anunciada voluntad del exitoso ex Presidente de San Martín de recuperar la política mediante el diálogo, estaría expresando su voluntad de recuperarla de la pantomima mediática a la que ha sido reducida, pero también de los sucesivos errores gubernamentales, que seguramente serán los más difíciles de enfrentar.
El nuevo Premier se inaugura así, en un escenario que es indudablemente difícil, como él mismo reconociera. Un escenario en el que no tiene precisamente cartas muy altas, pero en el que ha dado indicios de saber moverse. Los eventuales cambios en el Gabinete que se esperarían para las próximas semanas, serán entonces una evidencia de su voluntad y de su capacidad de avanzar. Serán también una demostración de hasta dónde entiende el Presidente Humala, el difícil trance que atraviesa su gestión y las dificultades y los desafíos constantes que supone gobernar un país como éste.

desco Opina / 22 de noviembre de 2013
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La importancia de planificar (para un futuro no tan lejano)

El Perú contará en los próximos años con una población cercana a los 30 millones de habitantes. Para el 2025 solo 25% de la población del país se ubicará en zonas rurales y la gran mayoría habitará en el medio urbano. Lima y El Callao juntas poseen hoy una población de cerca de 10 millones de habitantes, lo que nos coloca en el quinto lugar de concentración urbana en América Latina. Si bien la tasa de crecimiento de la ciudad es menor que otras del país, la metrópoli capital se sigue extendiendo, tanto en un sentido  horizontal, como más recientemente en forma vertical, densificando sobre todo zonas del casco urbano tradicional.
La actual gestión municipal de Lima logró solucionar un pendiente heredado de la administración previa, y sacó adelante el Plan Regional de Desarrollo Concertado 2012 – 2025, que resume la visión de desarrollo integral de la ciudad y establece pautas y objetivos que orientan por dónde y cómo debería ser el desarrollo de las políticas urbanas en Lima.
Lamentablemente su implementación es bastante lenta: la Comisión de seguimiento y monitoreo del Plan cumple apenas con la convocatoria a los representantes de la sociedad civil y a los alcaldes de los distritos de Lima Metropolitana, lo que no es acorde con el nivel de exigencia y las demandas de la capital, que requiere más amplios esfuerzos de concertación, en particular con los grandes inversionistas privados.
La Municipalidad de Lima anunció que ya se encuentra trabajando un nuevo Plan Metropolitano de Desarrollo Urbano de Lima (PLAM), a cargo de un equipo técnico integrado por el Instituto Metropolitano de Planificación (IMP), la Gerencia de Desarrollo Urbano (GDU) y el Servicio de Parques (SERPAR). No hay duda de la buena voluntad que la gestión metropolitana ha mostrado desde sus inicios, pero el aparato municipal no se mueve al ritmo del crecimiento urbano de la ciudad, mucho menos tiene reflejos para poner las condiciones a los inversionistas y promotores de nuevos desarrollos urbanos, industriales, y de servicios, que si bien dinamizan la economía, no siempre lo hacen en armonía con las necesidades de las mayorías, o los principios elementales de la convivencia ciudadana y el respeto a la ley.
El PLAM no será viable ni útil si no se logran compromisos y acuerdos que sobrepasen las gestiones de turno. La elección de Lima como sede de los Juegos Panamericanos  de 2019 es una excelente oportunidad para darle una dimensión temporal al esfuerzo por guiar el rumbo de la ciudad, haciendo que una designación que nos enorgullece sirva de motivo para la concertación de intereses entre funcionarios del gobierno central, alcaldes, empresarios y organizaciones sociales, y no sólo en la perspectiva del mega evento deportivo, sino de lo que supone para la sociedad limeña, un esfuerzo de planificación con un plazo a cumplir, con los ojos de la Región puestos sobre nosotros.

desco Opina - Regional / 15 de noviembre de 2013
Programa Urbano
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Timón cambiado

El nombramiento de César Villanueva como Primer Ministro ha generado una aparente paradoja: ha sido en general bien recibido desde la izquierda y desde la derecha, pero al mismo tiempo pareciera que no se espera demasiado de él. Más que el «beneficio de la duda», el nuevo Premier parece haber heredado de un fatigado Jiménez una opinión pública somnolienta. Aun así, no deja de ser interesante que haber optado por una figura que genera esas adhesiones, aunque sea tibias, podría ser indicio de algún tipo de reflejo político de Humala, que parece que esta vez acertó.
Sin embargo, resulta significativo que cuando Villanueva, tras haber declarado que va a poner «alma, corazón y vida» en el encargo y que iba a reiniciar diálogos con los partidos, el Presidente Humala se enfocara más bien en otra cosa, en este caso, responder a las críticas que hizo Pilar Nores a los programas sociales. Y es muy importante que el nuevo Primer Ministro sea respaldado por el Presidente, sobre todo si nos ponemos a considerar cuánto poder tiene realmente. ¿Cómo evaluar esto?
El primer dato objetivo es que Villanueva llegó sin un cambio de gabinete propiamente dicho, lo cual se puede interpretar como una señal de debilidad. El cambio de Salas por Saavedra en Educación incluso parece dar más poder al poder, es decir, a Castilla. Y aquí una clave del buen espíritu con que un sector recibe al recién llegado: sienten que es una especie de cambio para que nada cambie, porque el Titular del MEF sigue al mando. De acuerdo al Primer Ministro esto tiene que ver más con no afectar la ejecución presupuestal de los sectores poco antes de cerrar el año fiscal, lo cual tiene sentido. Lo interesante es que con ese argumento el panorama sobre relevos ministeriales sigue quedando abierto para el 2014, incluyendo salidas y cambios importantes en diciembre. ¿Sabrá Villanueva si se producirán sonoras salidas en diciembre?
¿Cuánto poder real tiene entonces la PCM? Por un lado están los 13 organismos públicos (fuera del Despacho de la Presidencia) adscritos a ella, cuatro Secretarías y 10 Comisiones o Consejos. Destacamos entre este cúmulo de oficinas a la Secretaría de Descentralización, a Devida (OP) y a la Comisión Multisectorial de Seguimiento de Acciones del Gobierno frente a la Minería Ilegal. Resulta obvio que cada uno maneja cuotas de autonomía desiguales, pero al menos respecto de las mencionadas se podría pensar que los anuncios del Premier sobre algunas medidas descentralistas y, con seguridad (ligado al tema minería ilegal y narcotráfico), podrían tener que ver con estos poderes. Y por ahora, no mucho más.
Para terminar, es interesante leer críticas desde la izquierda al nuevo Premier. Aparte de un previsiblemente enojado Gregorio Santos, también se ha dicho que este Premier termina de ayudar al gobierno de Humala para hacer otro «giro a la derecha». El argumento es que el cambio de gabinetes termina debilitando la capacidad de acción, con lo cual merma la capacidad del gobierno de ejercer hegemonía desde la política y se fortalece la racionalidad técnica que vive y reina en el MEF, que termina, “fortalecido con cada crisis”. El Presidente, con tanto cambio también se debilita y cede terreno, porque él no es un tecnócrata.
Hay mucho de cierto en esa lectura, pero también creemos que hay más razones para el optimismo que con el nombramiento de Simon, por ejemplo. Villanueva es un hombre más identificado que Simon con la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales (que no deja de ser un conjunto heterogéneo) y al parecer se está moviendo mejor para construir su legitimidad rápidamente vía temas de gran pegada con la opinión pública. No quiere hacer olas por el momento, como es claro, pero sí podemos avizorar que podría agilizar inversiones relevantes para las regiones; se ha pronunciado a favor del gasoducto del Sur, por ejemplo. Su vocación de diálogo parece sólida y también su muñeca política para no ser un Ministro fusible. Se siente, sin duda, como un Premierato transicional. Pero las transiciones suelen abrir ventanas de oportunidad. Aprovecharlas después, es otra cosa.

desco Opina / 8 de noviembre de 2013
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lunes

El gasto público en Huancavelica y Junín

En el marco del funcionamiento de los gobiernos regionales, la eficiencia de la gestión de recursos aparece como un tema fundamental. En la parte central del Perú, el riesgo es que la  ejecución del gasto se convierta en un sistema de reproducción de las diferencias. Los gobiernos regionales de Huancavelica y Junín están ubicados, respectivamente, en los puestos 8 (con 75.2%) y 11 (con 72.8%) en la ejecución de sus presupuestos.
Al analizar porcentajes y montos de cada función presupuestal frente al total del Presupuesto Institucional Modificado (PIM) 2013, vemos que ambos gobiernos regionales tienen en primer lugar a la función ‘Educación’, seguramente entendiendo que es uno de los ejes que articula el crecimiento económico y el desarrollo social. Aunque es evidente que el peso de los sectores Educación y Salud, siempre es muy alto, por las obligaciones de pago de los gobiernos con el personal de salud y los docentes. Con eso en mente, presentamos cifras agregadas.
En el caso del Gobierno Regional de Junín contamos un 47.57% del PIM en Educación, lo cual asciende a S/. 506,537,763. En segundo lugar está la función Salud con 28.51% (S/. 303,634,289). Cabe señalar que ambas funciones tienen un avance de más del 68% en lo que va del año. La función Agropecuaria está en el sexto lugar, con un 1.45% del total de la inversión (S/. 15, 401,534), y un avance de ejecución de 46.6%.
Situación similar se presenta en el Gobierno Regional de Huancavelica: Educación en primer lugar con 41.93% (S/. 311, 274,927) y un avance de casi 77%; segundo, Salud con un 25.14% (S/. 186, 617,266) y un avance de 67.5%; y la función Agropecuaria en quinto lugar, con un porcentaje de 4.41% (S/. 32,766,549) reflejando un avance de 54.2%
Entendemos que tiene sentido la priorización de Educación y Salud, aunque es notorio lo rezagada que está la función Agropecuaria en departamentos con porcentajes significativos de la población dependiendo de ello como actividad económica predominante. También habría que evaluar si a mayores recursos se producen necesariamente mayores impactos, y que, además, las asignaciones presupuestarias se condigan con lo que señalan los Planes de Desarrollo de cada región, que ya han invertido tiempo y recursos en tener una lectura sobre los problemas regionales.
Finalmente, en el último trimestre de un año preelectoral, es previsible que se mejoren los porcentajes de ejecución. Esperamos que haya un balance basado en medidas de rentabilidad social, entre grandes obras con atractivo «político» y la inversión social necesaria en departamentos con altos porcentajes de población viviendo en pobreza.

desco Opina - Regional / 4 de noviembre de 2013
Programa Sierra Centro
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