En
el marco del funcionamiento de los gobiernos regionales, la eficiencia
de la gestión de recursos aparece como un tema fundamental. En la parte
central del Perú, el riesgo es que la ejecución del gasto se convierta
en un sistema de reproducción de las diferencias. Los gobiernos
regionales de Huancavelica y Junín están ubicados, respectivamente, en
los puestos 8 (con 75.2%) y 11 (con 72.8%) en la ejecución de sus presupuestos.
Al
analizar porcentajes y montos de cada función presupuestal frente al
total del Presupuesto Institucional Modificado (PIM) 2013, vemos que ambos gobiernos regionales tienen en primer lugar a la función ‘Educación’,
seguramente entendiendo que es uno de los ejes que articula el
crecimiento económico y el desarrollo social. Aunque es evidente que el
peso de los sectores Educación y Salud, siempre es muy alto, por las
obligaciones de pago de los gobiernos con el personal de salud y los
docentes. Con eso en mente, presentamos cifras agregadas.
En el caso del Gobierno Regional de Junín contamos un 47.57% del PIM en Educación, lo cual asciende a S/. 506,537,763.
En segundo lugar está la función Salud con 28.51% (S/. 303,634,289).
Cabe señalar que ambas funciones tienen un avance de más del 68% en lo
que va del año. La función Agropecuaria está en el sexto lugar, con un
1.45% del total de la inversión (S/. 15, 401,534), y un avance de
ejecución de 46.6%.
Situación similar se presenta en el Gobierno Regional de Huancavelica: Educación en primer lugar con 41.93% (S/. 311,
274,927) y un avance de casi 77%; segundo, Salud con un 25.14% (S/.
186, 617,266) y un avance de 67.5%; y la función Agropecuaria en quinto
lugar, con un porcentaje de 4.41% (S/. 32,766,549) reflejando un avance
de 54.2%
Entendemos
que tiene sentido la priorización de Educación y Salud, aunque es
notorio lo rezagada que está la función Agropecuaria en departamentos
con porcentajes significativos de la población dependiendo de ello como
actividad económica predominante. También habría que evaluar si a
mayores recursos se producen necesariamente mayores impactos, y que,
además, las asignaciones presupuestarias se condigan con lo que señalan
los Planes de Desarrollo de cada región, que ya han invertido tiempo y
recursos en tener una lectura sobre los problemas regionales.
Finalmente,
en el último trimestre de un año preelectoral, es previsible que se
mejoren los porcentajes de ejecución. Esperamos que haya un balance
basado en medidas de rentabilidad social, entre grandes obras con
atractivo «político» y la inversión social necesaria en departamentos
con altos porcentajes de población viviendo en pobreza.
desco Opina - Regional / 4 de noviembre de 2013
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