viernes

De la selva sus votos

Luego de la jornada electoral del pasado 3 de octubre, la selva central no ha sido ajena a los cuestionamientos que a nivel nacional se han lanzado sobre el comportamiento de la instancia electoral. A los vítores de festejo de unos pocos, se le sumaron las acusaciones de fraude y de arreglos bajo la mesa de parte de los otros, acusaciones alimentadas por los retrasos en el cómputo y por la irresponsable difusión radial de hechos sin confirmar sobre presuntas violaciones de la confiabilidad de las actas procedentes de las localidades más alejadas. La propalación de estas noticias movilizó a quienes se sintieron afectados y a estos se les sumaron quienes, sin tener ninguna posibilidad de triunfo, encontraban una lejana opción de promover una anulación de todo el proceso. Las movilizaciones, las vigilias y las ollas comunes fueron alentadas desde algunos programas radiales, sin que exista ningún mecanismo de regulación de las arengas, que evitara que los improvisados comunicadores sociales transformen su hepática perorata en actos de violencia generalizada.
Afortunadamente la violencia no llegó pero, las «primicias» se hicieron cada vez más creativas. Desde la supuesta encarcelación de candidatos «sorprendidos in fraganti en actos de corrupción de funcionarios de la ONPE» hasta la afirmación de una supuesta compra de votos de los electores por cien soles la unidad. En la provincia de Oxapampa, los grupos políticos no tuvieron mejor idea que contratar horarios radiales y emitir programas propios para su campaña conducidos por «veraces periodistas y comunicadores» que les eran afines en muchos casos más allá de la ética y los escrúpulos y que luego de que los reveses de las urnas sacudieron sus intereses se dedicaron a la tarea de la agitación social. Creemos en la libertad de prensa, pero irresponsabilidades de este tipo, poco ayudan a los argumentos para su defensa.
Por otro lado, Fuerza 2011 festejaba su categórico triunfo electoral en la selva central, sin considerar que existía un significativo número de actas observadas que al final de cuentas le significaron perder el sillón municipal provincial de Oxapampa ante Somos Perú por escasos siete votos. De nada le ha servido que sus allegados promuevan vigilias y movilizaciones; han tenido que ceder ante la realidad, no sin antes dejar sentadas sus dudas sobre la honorabilidad de las actas. Lo que sí ha quedado como cierto es que sin tener presencia en las encuestas locales y sin participar en los debates electorales, la agrupación de los polos naranjas sorprendió con su abrumador triunfo en Chanchamayo, logrando la alcaldía provincial y el sillón de cuatro de los cinco distritos. Asimismo, consiguió otra victoria en la provincia de Satipo y en tres de sus siete distritos. Aunque Oxapampa le dijo “no” al Fujimorismo en todos sus frentes municipales, cualquier partido político que pretenda los votos de la selva central para las elecciones generales deberá de reconocer que la zona se halla en una preocupante alerta naranja.
En este proceso electoral los votos de la selva pasqueña han cumplido un importante papel al haber colocado al candidato a la Presidencia Regional, Tito Valle, de Somos Perú en el primer lugar del escrutinio; aunque los casi 11 mil votos (33.9% a nivel provincial) que le otorgó Oxapampa no le alcanzaron para ganar en primera vuelta, ese respaldo significó más del 30% de su votación y fue, a fin de cuentas, lo que lo colocó en el lugar que hoy ocupa, dejándolo a solo 0.7% del sillón presidencial.
La Alianza Regional Todos por Pasco del candidato Klever Menéndez que quedó en segundo lugar –a 0.5% de distancia del primer lugar– y que en la campaña poco o nada había hecho por esa plaza electoral, captando tan sólo el 15.7%, ha despertado su interés por los votos que han quedado dispersos entre todas las otras listas. No sería de sorprender que para lograr ese cometido, este candidato tenga que negociar algún tipo de alianza estratégica con las filas fujimoristas que se han declarado enemigos acérrimos del partido del corazón que le arrebató la alcaldía de Oxapampa. Más allá del escenario que se presenta para la segunda vuelta electoral, existe preocupación entre los grupos políticos de ambos contendores porque aún no se precisa cuándo se llevará a cabo la justa electoral para definir al presidente regional de Pasco, ya que en base a ello se diseñan las estrategias de campaña y los presupuestos para asumirlas.
desco Opina - Regional / 22 de octubre de 2010
Programa Selva Central
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lunes

El malhumor presidencial

El Presidente García ha estado en los medios de comunicación los últimos días. Eso no debe ser motivo de sorpresa, tanto por su condición de primer mandatario del país, cuanto por su locuacidad y su afición a aquellos. Lo sorprendente, en esta ocasión, es la razón. Acusado por un ciudadano de una presunta agresión, una cachetada en realidad, su afán por desmentir tardíamente el hecho, lo ha llevado a una seguidilla de declaraciones francamente lamentables.
Todo indica que insultado por la persona en cuestión, hecho de por sí condenable, Alan García reaccionó indignado y sin control, es decir de manera igualmente censurable. Más allá de la deplorable anécdota que ha dado la vuelta al mundo, esperamos que sin poner en peligro el riesgo-país, conviene preguntarse por las tribulaciones de nuestro gobernante.
En principio, tiene razones para estar de mal humor. Inicialmente presionó al aspirante de su partido al mismo cargo, Carlos Roca, a desistir de la postulación para la que había sido elegido, resultado que obtuvo, no sin antes haber sido sutilmente acusado por éste, de auspiciar la polémica candidatura de Alex Kouri, en la práctica el candidato del fujimorismo para Lima. La eliminación de éste por una acertada decisión del Jurado Nacional de Elecciones, en aplicación de la legislación en la materia, lo afectó en un segundo momento.
Posteriormente, ya en descarte, su indisimulada apuesta por la candidatura de Lourdes Flores, la misma aspirante a la que sacó de la segunda vuelta electoral del 2006 acusándola de ser «la candidata de los ricos», terminó finalmente en un nuevo fracaso frente el avance de Susana Villarán y Fuerza Social, que hoy día sólo aguardan que el JNE y la ONPE terminen su tarea para ganar formalmente la alcaldía metropolitana. Violando elementales normas democráticas que lo obligan a la neutralidad, el Presidente insistió en influir en la ciudadanía hasta dos días antes de las elecciones.
Para peor, muchos de quienes han resultado electos presidentes regionales, no son de su agrado y su partido, el APRA, termina entre los más contusos de las elecciones subnacionales. Mantiene el gobierno regional de La Libertad, aunque con susto y sin recuperar Trujillo, mantiene alguna expectativa en la segunda vuelta electoral en Lambayeque y apenas gana un par de distritos en Lima, además de 9 municipalidades provinciales. Obtiene así uno de los peores resultados electorales de su larga historia y la acción presidencial, sin ninguna duda tiene mucho que ver con el mismo.
Pero el Presidente parece no entender. Su indirecta participación en el lanzamiento de la candidatura presidencial de Luis Castañeda y el desmedido reconocimiento a una gestión que tiene varios nudos confusos, no auguran un cambio en su humor. A fin de cuentas, el ex alcalde de Lima será espulgado en plena campaña por la gestión de Fuerza Social, en un plazo corto establecido por su propia candidata –los primeros 50 días de la nueva administración edil– lo que permite suponer un escenario encrespado para los nuevos amigos.
Así las cosas, no podemos olvidar que estábamos advertidos. El Presidente, ya un tiempo atrás, anunció su capacidad y su disposición a impedir el triunfo electoral de quienes considera pueden afectar el futuro que él quiere para el país. Es cierto que el preocupante retraso que se observa en el proceso electoral, en especial de la provincia de Lima, antes que a una voluntad de fraude, responde a cambios en las normas sobre las actas, decididas tardíamente por el JNE en agosto, cuanto a severas fallas de la ONPE; sin embargo, es claro que, aprendiendo la lección, debemos preocuparnos con tiempo y asegurarnos, en primer lugar, de la neutralidad presidencial. Aunque sea clarísimo donde está su corazón.

desco Opina / 15 de octubre de 2010
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miércoles

Macroregión Sur: entre la representatividad atomizada y los intereses nacionales

En la Macroregión Sur, Arequipa, Cusco, Apurímac, Puno, Moquegua Madre de Dios y Tacna, se han elegido a 465 autoridades. La distribución de las tendencias políticas, a excepción de la Región Puno y Madre de Dios que van a la segunda vuelta, nos brinda el siguiente panorama:
Arequipa ha optado por la reelección de Juan Manuel Guillén (31.57%), quien lidera «Alianza por Arequipa», conformada por el Movimiento Arequipa Tradición y Futuro en alianza con el Partido Nacionalista-PNP. La experiencia de esta última fuerza para Arequipa y para la Macroregión Sur no ha sido grata. La credibilidad perdida va a ser un reto duro para Ollanta. Guillén no tiene ninguna autoridad afín a su movimiento en las ocho provincias de la Región. En general, podemos afirmar que la dispersión de la representatividad política es alta, en lo distrital, provincial y regional.
Cusco eligió a Jorge Acurio (33.48%) del Movimiento Gran Alianza Nacionalista, que también tiene fuerte presencia del PNP mediante una alianza, con la que lograron apenas dos de las trece provincias. Hay una atomización de representación distrital, en muchos de los casos los alcaldes electos no están ligados a propuestas regional ni nacional, son solamente líderes locales.
Puno aún no define su presidente regional y tendrá que hacerlo en una segunda vuelta puesto que ningún candidato alcanzó el 30% de los votos válidos. Los votos están repartidos entre el Movimiento Reforma Regional Andina (RAICES) de Juan Luque Mamani y el Movimiento Proyecto Regional AQUÍ, liderado por Mauricio Rodríguez. Ambos tienen una trayectoria política de izquierda, aunque Mauricio Rodríguez enfatizó su presencia regional en el movimiento eclesiástico Pastoral del Sur Andino (fue director de la radio Onda Azul). Es director de la radio Pachamama, emisora de amplia audiencia en el altiplano. De los 13 sillones municipales provinciales en disputa, el movimiento AQUÍ sólo logró representatividad en uno. La agrupación que ha logrado más alcaldías provinciales ha sido RAICES, con las provincias de Azángaro, Huancané, Lampa, Melgar y Yunguyo.
En Tacna fue elegido como presidente regional Tito Chocano (31.76 %), quien fue alcalde provincial de Tacna en 1995 por Fuerza y Desarrollo, luego congresista en el 2000 por Somos Perú y en el 2001 por Unidad Nacional, mostrando gran facilidad para cambiar de movimiento político en cada elección. Esta vez representó a Acción Popular, en calidad de invitado. Su relación política más cercana es con Unidad Nacional. Acción Popular logró otra victoria en la provincia de Tarata.
En Moquegua, la presidencia regional quedó en manos de Martín Vizcarra (38.68%) del Movimiento Integración Regional Por Ti, que ya había tentado el cargo en 2006 por el APRA. Dicho movimiento no tiene fuerza en ninguno de los tres distritos del departamento. En Apurímac, ganó la región el movimiento Poder Popular Andino (32.55%). En tanto, Madre de Dios, esperará la segunda vuelta entre el Movimiento Bloque Popular Madre de Dios (19.95%) y el Movimiento Independiente Amor por Madre de Dios (17.2%).
Tomando en cuenta estos resultados, podemos concluir que en la Macroregión Sur hay una atomización política. El surgimiento de diferentes movimientos ha dispersado las tendencias políticas. Se ha visto poca confluencia entre la representatividad distrital, provincial y regional.
Por otro lado, los partidos políticos de alcance nacional han quedado rezagados, pues para tener alguna cuota de poder se han visto obligados a realizar alianzas con movimientos regionales y distritales. Sin embargo, su éxito ha sido casi nulo. El más exitoso en estas alianzas es el Partido Nacionalista, que en Cusco y Arequipa, de alguna manera garantiza una presencia orgánica. La presencia del APRA en las 5 regiones de la Macrosur se ha visto deslucida ya que apenas ha ganado algunos municipios distritales, sobre todo rurales.
Con este panorama para los próximos meses, en los que se juega la representatividad nacional, vamos a ser testigos de: a) Cirugía al rostro capitalino de los líderes nacionales, incorporando algunos rasgos regionales, la búsqueda de liderazgos con alcance nacional va a ser una de las primeras tareas; b) La posición pasiva de los partidos políticos de alcance nacional nos dice que su preocupación es mediática, han esperado a ver cómo están las fichas y jugar sobre ellas, ya no tenemos partidos políticos constructores de cuadros, de doctrina; c) En estos meses los acercamientos, coqueteos y firma de «pacto de caballeros», entre los partidos políticos y los movimientos regionales, va a realizarse por encima y por debajo de la mesa. Es muy probable que se produzcan alianzas electorales variopintas (algunos dirán pragmáticas) relativizando lo programático; d) Es probable que se repitan los mismos vicios de estas elecciones municipales, que las campañas sean cortas e intensas en propaganda marketera, con encuestas sesgadas, y guerras sucias; e) El proceso de descentralización va a tener un letargo, pues no se vislumbran opciones que busquen colocar en la agenda la descentralización del país.
desco Opina - Regional / 12 de octubre de 2010
Programa Regional Sur


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Contra viento y marea

Tras 48 horas de suspenso generado por la propia Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), finalmente se conocieron los resultados electorales de los comicios municipales de Lima, realizados el domingo pasado. Como se supo desde un primer momento, todo indica que la vencedora es Susana Villarán, candidata de Fuerza Social. 31,164 votos, el 0.9% de diferencia, la distancian de su competidora Lourdes Flores de Unidad Nacional. Decimos todo indica porque el suspenso, y con él las esperanzas de Lourdes Flores, se prolongará un tiempo más, habida cuenta que en un hecho insólito, 8,384 actas fueron observadas. En otras palabras, de las más de 39,000 mesas electorales habilitadas, el conteo se ha detenido en poco más de 31,000, porque como nunca antes en nuestra historia electoral, el 21% de aquellas fue observado fundamentalmente por los funcionarios de ONPE (6,340 actas), argumentando ilegibilidad u otras observaciones.
Esta decisión que retrasó el recuento de los votos y alimentó mutuas acusaciones entre los personeros de ambas listas, generó fundadas suspicacias y perplejidad en parte importante del electorado limeño que se sintió, por largas horas, a puertas de un fraude inminente. Esta sensación que fue el resultado inevitable de una campaña fuertemente teñida por los agravios y la satanización de la que fue objeto Villarán, especialmente durante la semana anterior a la votación, donde la mayoría de medios de comunicación devinieron en espacios de apoyo desembozado a la candidata de Unidad Nacional y en coro y voceros de las múltiples e inverosímiles acusaciones contra la virtual alcaldesa de Lima, se vio reforzada por el evidente respaldo dado por el alcalde de Lima y el Presidente de la República a la candidata derrotada, el mismo día de los comicios.
La candidata de Fuerza Social, terminó imponiéndose contra viento y marea en las mesas escrutadas a partir del significativo respaldo electoral que logró entre los jóvenes limeños, así como en los sectores populares, aunque fuera denunciada simultáneamente por su militancia pasada en un partido de izquierda, –el mismo del que fue militante el asesor político de Flores, un dirigente de los más vociferantes– como por su origen social acomodado, como si esto fuera un delito.
Es verdad que su agrupación no ganó en ningún municipio distrital, como también lo es que Unidad Nacional perdió la votación metropolitana en buen número de los distritos que obtuvo. Los resultados, aunque ajustados, no dejan lugar a dudas. Como en otros lugares del país, el electorado demostró estar harto de la satanización y la descalificación fácil del adversario que en nuestro país, adquirió carácter de fábula con el discurso del perro del hortelano.
La virtual victoria de Susana Villarán, que ha desnudado el carácter intolerante y absolutamente antidemocrático de importantes sectores de nuestra sociedad y de la clase política, es la demostración de un cambio significativo en la «temperatura» de parte importante de la ciudadanía que entendió que no se trataba de optar entre un modelo económico y otro, entre la inversión privada y el estatismo, sino que se estaba eligiendo un equipo para gobernar y gestionar la ciudad y construir democráticamente su futuro con transparencia y con propuestas que deben incorporar a toda la población metropolitana.
Sin embargo, la victoria es aún virtual porque los votos restantes, más de un millón de ellos, dependerán ahora de la decisión del Jurado Electoral Especial, designado por el Presidente de la Corte de Lima, el doctor César Vega, conocido por su cercanía al partido de gobierno, que no ha mostrado precisamente neutralidad a lo largo de la campaña. Los ciudadanos y ciudadanas de Lima, deberemos estar vigilantes y atentos al desempeño de los magistrados encargados de esta tarea porque el cumplimiento de la voluntad popular no está necesariamente garantizado.
La importancia del triunfo de Villarán, que la convertiría en la primera alcaldesa elegida de nuestra ciudad, sin desconocer los indudables méritos que tiene, ni tampoco aquellos mostrados por Fuerza Social y las otras agrupaciones comprometidas en la campaña, no deben llevar a error. El éxito alcanzado no habría sido posible sin la movilización espontánea de miles de limeños y limeñas que ciertamente quieren un futuro mejor para ellos y su ciudad, un futuro sin corrupción, sin exclusión y con tolerancia. Eso es lo que no entendieron la señorita Flores y sus voceros, que despreciando la inteligencia y la información de la gente, pretendieron ganar la contienda aterrorizando al electorado. Lamentable final de una política que en el pasado se caracterizó por su inteligencia, pero también por su defensa de la democracia y su respeto a la diferencia.
Los desafíos de la señora Villarán, de confirmarse su victoria y no ocurrir nada extraño, serán indudablemente grandes. En estas semanas ha mostrado su capacidad y su resistencia, que le serán indispensables para atender los variados y complejos problemas que aquejan a nuestra ciudad. Desde el lado de los electores, están advertidos de lo que puede esperarlos en el proceso electoral del próximo año. Una especie de «vale todo» para impedir cualquier opción que sea distinta a lo que hemos conocido los últimos años. Su ventaja es que están dispuestos a defender su voluntad, habiendo ya quedado demostrado que la satanización del adversario es el mejor camino al infierno.

desco Opina / 6 de octubre de 2010

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