No pasaron ni dos meses
de la formación de la Mancomunidad de la Macro Región Sur y ya
tuvo su primer traspié, debido a los repentinos cambios de opinión de hasta tres de sus miembros con respecto a la organización del primer debate presidencial descentralizado que tendría como escenario Arequipa.
Omar Jiménez Flores,
gobernador regional de Tacna, argumentó su disidencia por una supuesta falta de
neutralidad frente al proceso electoral
y porque recibió las llamadas de dos gobernadores (de Cusco y Apurímac)
indicando su extrañeza por la organización de este evento sin un consenso de
por medio; sin embargo, el debate fue conversado y asentido por todos durante
la instalación de la mancomunidad. Otro hecho extraño es que los gobernadores se
comunicaran con el gobernador de Tacna y no con Yamila Osorio, presidenta de la mancomunidad.
¿La polarización de esta
etapa electoral también sopló sobre la mancomunidad, o se jugaron otros
intereses en esta desavenencia? Con la
negativa de Keiko Fujimori a la invitación del debate en el sur, tomando como
aval el comunicado oficial del Gobierno Regional de Tacna, comenzaron
las especulaciones sobre un acuerdo bajo la mesa de estos gobernadores con la
candidata, que por ese entonces estaba arriba en las encuestas. Ellos lo
negaron, pero la sospecha quedó en el aire. Hace pocos días, una pobladora cusqueña
interpelaba en la radio y en vivo al gobernador del Cusco, Edwin Licona, por su
negativa a apoyar el debate de candidatos en el sur: «ya te conseguiste tu
madrina», le espetó.
El debate descentralizado de candidatos se trasladó a Piura. En
el sur, en Cusco, se realizó el debate técnico entre las dos fuerzas en disputa, pero
no se evidenció que la descentralización fuera un eje de la discusión; tampoco se
hizo partícipes a los gobernadores del sur en su diseño.
En aras del
empoderamiento de la mancomunidad como un bloque sólido frente al Gobierno
Nacional, es necesario terminar con las diferencias mencionadas, pero no
cubriendo el hecho con el olvido, sino discutiéndolo en el seno de la mancomunidad.
Para la gobernadora, la lección es poner
todos los acuerdos en blanco y negro, en un acta pues lamentablemente, la palabra en los escenarios
políticos está muy devaluada.
No es conveniente
mostrar un bloque con fisuras para la negociación, corriendo el peligro que el
sur siga siendo ese trozo del Perú arrinconado por la falta de inyección
presupuestal, con grandes brechas de desarrollo entre sus pobladores. La integración regional no sólo debe verse
desde el lado técnico, son muy importantes los gestos políticos, como por
ejemplo, ser leales con el liderazgo rotativo de la mancomunidad. El hecho de
que Yamila Osorio, la única mujer del grupo de gobernadores varones, sea la primera
en ocupar la presidencia de la mancomunidad, deber ser asumido por sus pares de
forma más responsable, el cargo no sólo debe ser nominativo. No debemos
permitir que la mancomunidad se convierta en un espacio más de frustración
frente al poder.
Más aun, los
gobernadores de la mancomunidad y todos los políticos del sur deben también
expresar su apoyo explícito al estado de derecho y al fortalecimiento de la
institucionalidad democrática del país, la vía más adecuada para construir y
negociar una auténtica descentralización.
desco Opina - Regional / 27
de mayo de 2016
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