En el marco
del Día Internacional de la Mujer queda reflexionar sobre la importante
distinción entre lo que significa celebrar y conmemorar esta fecha. Es
necesario diferenciar lo que ambas palabras aluden: celebrar está ligado a realizar un acto festivo –según la tercera
acepción que nos proporciona la RAE–, mientras conmemorar significa recordar solemnemente algo o a alguien, según la
misma fuente.
Si a esta
distinción le añadimos el inicio del camino de institucionalización de esta
fecha, veremos que esto comenzó con las luchas que emprendieron las mujeres a
finales del siglo XIX y XX, cansadas de ver recortados sus derechos y
oportunidades de vida. En ese sentido, esta fecha nace de la indignación y el
enojo de cientos de mujeres por vivir en un mundo tan desigual. A 45 años de
formalizado por Naciones Unidas el “Día Internacional de la Mujer”, queda
preguntarnos ¿Cómo es la situación de las mujeres en el Perú?
Si
analizamos la situación actual que viven la diversidad de mujeres en nuestro
territorio, queda cuestionarnos si deberíamos celebrar la brecha salarial entre
hombres y mujeres (ganando estas últimas S/ 0.72, por cada sol que gana un hombre); o la escandalosa deserción escolar
que experimentan las niñas (24.2%) por «dedicarse a quehaceres del hogar»”; la cantidad de horas
de trabajo por semana no remuneradas que tienen las mujeres en el cuidado del
hogar (23.34 horas más que los hombres) según INEI, y que 7 de cada 10 mujeres trabajen en la informalidad. No podemos «festejar»
que según la Defensoría del Pueblo, cada 5 horas una mujer desaparezca en el país; que en lo que va
del año 15 855 mujeres hayan denunciado algún tipo de violencia solo en enero según
GEOMIMP; que a febrero se hayan registrado 30 casos de feminicidios y que durante
enero, 464 menores hayan sido víctimas de abuso sexual.
Definitivamente,
no podemos celebrar con rosas y bombones este día, es más coherente conmemorarlo
en primer lugar, reconociendo la lucha que las mujeres han emprendido por la
liberación y conquista de derechos. Desde Micaela Bastidas, quien luchó contra
la explotación colonial, pasando por Teresa Gonzales de Fanning y Mercedes
Cabello de Carbonera, que hicieron lo propio por la educación integral de la
mujer; sin olvidar a María Alvarado y Magda Portal, quienes trabajaron por
garantizar el sufragio femenino; hasta María Elena Moyano, cuya vida se dedicó
a promover la participación política de las mujeres de sectores populares; así
como cientos de mujeres que a lo largo de la historia y a lo ancho del país,
han luchado por la obtención de derechos a través de diferentes apuestas
colectivas.
En segundo
lugar, esta fecha se conmemora exigiendo el compromiso del Estado y la sociedad
civil para erradicar las brechas de género y la violencia (dos fenómenos
sumamente interrelacionados). Antes que compromisos declarativos necesitamos de
políticas públicas intersectoriales con presupuesto, bien planificadas y con
indicadores claros de que esta lucha va a en serio. Requerimos que se actualice
el plan de igualdad de oportunidades, que los gobiernos regionales y locales
transversalicen el enfoque de género, que las instancias distritales,
provinciales y regionales para prevenir, sancionar y erradicar la violencia
contra las mujeres se instalen en todo el país. Necesitamos que desde los
primeros espacios de socialización, como son las familias y escuelas, se
cambien los patrones socioculturales machistas que fomentan la violencia y la
discriminación hacia la mujer. Exigimos que, desde las universidades,
especialmente desde las ciencias sociales, se brinden lecturas para comprender
y superar esta terrible situación de desventaja y violencia.
Urge en ese
sentido, que las mujeres –desde la diversidad de experiencias– nos organicemos,
problematicemos esta violenta y restrictiva realidad, propongamos una agenda y
planteemos el camino para asegurarnos que estos esfuerzos se traduzcan en una
realidad concreta. Un esfuerzo que viene siendo desarrollado por mujeres de
organizaciones sociales de Lima Sur, Norte, Este y Centro, quienes se están
organizando en frentes comunes, reflexionando sobre su cuerpo, hogar, barrio y
ciudad como territorios a conquistar. Dialogando sobre derechos y planteando
propuestas de cambio social a partir del trabajo de incidencia política en el
marco de la “Agenda Política de las Mujeres por la Ciudad de Lima”.
En síntesis,
empezamos con la distinción entre lo que significa celebrar y conmemorar el Día
de la Mujer, describimos un breve panorama de la situación de las mujeres en el
país, concluimos que esta fecha se conmemora exigiendo que desde el Estado y la
sociedad civil se planteen compromisos serios para erradicar la violencia y
desigualdad de género; pero sobre todo, se conmemora reconociendo las luchas
que las mujeres han emprendido a lo largo de la historia y retomando este grito
de resistencia. Por eso, para las mujeres es importante organizarnos en torno a
agendas de transformación, una de las cuales es la Agenda Política de las
Mujeres por la Ciudad de Lima.
desco Opina - Regional / 6 de
marzo de 2020
descoCiudadano
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