Las lluvias, que cayeron con fuerza estos dos meses y aún no menguan, han develado la falta de planificación en toda nuestra región. En la ciudad se ejecutan obras viales sin considerar drenajes pluviales, y en las carreteras no se hacen mejoras definitivas sabiendo que en época de lluvia siempre hay desbordes, como en el caso de Pescadores en Ocoña (Camaná). La infraestructura agraria sigue siendo precaria, y no se percibe una política agraria nacional que también atienda a la pequeña agricultura con eficiencia. Y sobre las represas, los ciudadanos estuvieron en zozobra porque la represa de El Frayle, con un severo proceso de colmatación, continúa funcionando sin ser reparada o suplantada. Pareciera que en las decisiones de ejecución presupuestaria en infraestructura no se toma en cuenta una variable tan importante como el clima.
En esta temporada de lluvias, y también nevadas, la peor parte la llevaron los distritos rurales, los más vulnerables a la desidia de las autoridades. Mientras que Arequipa urbana el 60% de pistas se dañaron, los desagües colapsaron y las casas se inundaron, en la Arequipa rural pueblos enteros quedaron incomunicados por derrumbes y erosión en las carreteras internas, desabastecidos de agua potable y alimentos, y se perdieron cientos de hectáreas agrícolas e infraestructura de riego por la crecida de los ríos. Además decenas de pobladores vieron desaparecer sus precarias viviendas.
Las últimas semanas se ha cuantificando el daño ocasionado por las lluvias. Alfredo Zegarra, alcalde provincial de Arequipa, calculó 50 millones en pérdidas en el sector rural y 26 millones en el sector urbano en la provincia de Arequipa. Elmer Cáceres Llica y los alcaldes distritales de la provincia de Caylloma reportaron, en un comunicado público, la pérdida de 8 mil hectáreas de terrenos de cultivo y cosechas, que sumados a los daños de vivienda, infraestructura vial, educativa y salud, se han valorizado en S/.100 millones de soles. Las estimaciones sobre los daños en otras provincias fueron más conservadoras; sin embargo, hay perjuicios que van más allá de la fotografía del día, es decir ¿qué pasará con las personas que perdieron sus casas?, ¿qué pasará con los agricultores que con préstamos sacaron adelante sus cosechas ahora perdidas? ¿Cómo solucionarán sus problemas económicos las personas que perdieron su sustento de vida (como en Sibayo por ejemplo)?
El Gobierno Regional de Arequipa transfirió a varias municipalidades 3 millones 125 mil soles para atender emergencias en sus localidades, y a la fecha se ha gastado 7 millones en estos menesteres; pero no ha sido suficiente. El presidente regional, Juan Manuel Guillén ha estimado que se necesitarán por lo menos S/. 250 millones de soles para la reconstrucción, aunque remarcó que es necesaria una reunión con los alcaldes de todas las provincias para sustentar técnicamente esta petición ante el Ejecutivo.
Se hace necesario un serio levantamiento de información en cada localidad, pues hay variaciones sustanciales, por ejemplo, entre las hectáreas agrícolas perdidas reportadas en la prensa por las Juntas de Usuarios y las reportadas por Defensa Civil.
Juan Manuel Guillén ha enfatizado que no se hará rehabilitaciones (parches) sino que se reconstruirá. ¿Qué se reconstruirá? ¿Cómo se ejecutará este presupuesto? Es una tarea que hay que seguir de cerca. Resulta una tarea urgente la incorporación de la gestión de los riesgos, climáticos en particular, en la gestión pública y en instancias de concertación público-privada para enfrentar las vulnerabilidades en los ámbitos rural y urbano.
desco Opina - Regional / 9 de marzo de 2012
Programa Regional Sur
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