Las heladas en las
zonas altas de Huancavelica plantean la urgencia de implementar medidas
preventivas para evitar patologías que afectan a la población campesina que
vive a más de 3500 m.s.n.m.
hoy víctimas de la ola de frío. Miles de ancianos mayores de 65 años y sobre todo alrededor de 38 mil niños menores de 5 años
son las principales víctimas de este fenómeno climático que viene afectando a
amplias zonas de la sierra centro y sur de nuestro país.
Lo preocupante es que
las heladas
continuarán acentuándose en la región Huancavelica, lo que provocará el descenso de la temperatura mínima de 1°C aproximadamente,
según informó el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología. Recién el 30 de agosto se publicó un
Decreto Supremo, desde la Presidencia del Consejo de Ministros, con la finalidad de
realizar acciones para paliar la ola de frio, declaró en emergencia a más de
200 distritos en diez regiones del país, entre ellos varias decenas en la
región Huancavelica.
Todos los años en
Huancavelica en esta temporada suele repetirse el mismo drama, generando daños
considerables a la población, a sus modestas viviendas así como a la
agricultura y ganadería. Ante este panorama se muestra limitada la capacidad del
gobierno central, así como la de los gobiernos regionales y locales para
contemplar estrategias o políticas de contingencia para hacer frente al
problema. Esta falta de previsión es la que obliga en muchos casos a que en las
principales ciudades intermedias se organicen grupos de ayuda para acopiar
alimentos y abrigos; este tipo de acontecimientos fortalece la percepción de la
ciudadanía sobre la poca capacidad ejecutiva y organizativa de las autoridades.
Ante situaciones de emergencia
como esta, queda claro que requerimos una planificación intersectorial para
diseñar políticas para: a) capacitar a la población rural altoandina para la
construcción de viviendas térmicas que resistan bajas temperaturas, incluyendo
planes de financiamiento para su construcción paulatina y, b) reestructurar la
forma tradicional de la producción ganadera altoandina para que sea sostenible,
tomando en cuenta la producción y almacenamiento de forraje en forma de heno
para las épocas de friaje y la incorporación de cobertizos adecuados para las
estancias.
Algunas iniciativas
relativamente novedosas como los Centro de Servicios de Apoyo al Hábitat Rural
(Tambos) se vienen implementando desde el gobierno para enfrentar problemas
como los derivados de las heladas; sin embargo, la realidad nos muestra que aún
son insuficientes y que por el momento sirven como paliativos que se ven
limitados por la falta de previsión de los sectores vinculados al problema como
los ministerios de Agricultura, Salud o sus pares regionales y locales.
Asimismo, existe un plan de contingencia frente a la ocurrencia ante heladas y descensos de temperatura, del Sistema Regional de Defensa Huancavelica, en el cual
que se contemplan las acciones para la gestión de emergencias, de coordinación
interinstitucional, y la disposición de calaminas, carpas, colchones,
frazadas y ropa de abrigo, medicinas en
los almacenes de las provincias.
Lamentablemente, tanto la
salud como la economía de las familias altoandinas queda muy golpeada (otra
vez) aun con los planes existentes. En ganadería se ha registrado una gran
pérdida de cabezas de alpaca. El anuncio sobre la creación del “seguro alpaquero”, es un buen paso para compensar a los pastores más afectados.
Con todo, no deja de extrañar la falta de previsión de los últimos gobiernos,
quienes a menudo esperan que los medios de comunicación les hagan recordar que
existen peruanos padeciendo allá en las montañas.
desco Opina - Regional / 6 de setiembre de 2013
Programa Sierra Centro
Descargar aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario