El turismo es actualmente una industria
creciente muy ligada a la modernidad, y en muchos casos adopta la forma de “turismo de masas”, definido así por el volumen de turistas que participan en él y
el alto grado de concentración espacial que caracteriza a la actividad
turística en el lugar de destino, la cual puede llegar a superar, en muchos
casos, la capacidad soportante de los recursos naturales o culturales allí
existentes. Este tipo de turismo domina el comportamiento de la sociedad y
normaliza la conducta viajera vacacional de un número desproporcionado de
visitantes que puede atentar contra la biodiversidad y generar desigualdad
entre la economía de los habitantes de las localidades turísticas y los
inversionistas privados que promueven la masificación del bien turístico.
Esta situación se contrapone a lo
manifestado por las organizaciones internacionales en el marco de la Agenda 21 para los Viajes y el Turismo, que busca promover un turismo bajo
enfoques sostenibles, ayudando a que la gente lleve una vida sana y productiva
en armonía con la naturaleza, conservándola, protegiéndola y restaurándola.
A pesar de todos los esfuerzos generados
por las organizaciones nacionales e internacionales, observamos que aún hay
mucho por trabajar, sobre todo en el Perú y específicamente en Las Lomas de Paraíso (ubicada en el distrito de Villa María
del Triunfo), que fuera víctima del turismo de masas entre los meses de julio y
agosto del año pasado, debido a la publicidad irresponsable, tal y como se denunció en su momento, en las páginas web y cuentas de Facebook
de las organizaciones que trabajan en el cuidado de las lomas.
El problema se generó a raíz de la
desinformación que causaron las redes sociales, pues se indicó que el ingreso a
otra zona denominada el Apu Siqay (un
cerro que se encuentra más arriba de las lomas y desde el cual se puede
apreciar un colchón de nubes natural al lado de las figuras de un cisne y el
rostro de un inca, instalados hace algunos años atrás para atraer visitantes)
era por la zona de las Lomas de Paraíso, hecho que en su momento fue negado por todas las organizaciones y vecinos que trabajan en el lugar, pero que tuvo caso omiso por parte de
las oleadas de turistas que llegaron al lugar.
Esta descontrolada publicidad logró
atraer hasta 5000 visitantes en un solo día, perjudicando esta zona de vegetación frágil, pues según estudios realizados, solo se podría albergar
hasta 300 visitantes por día. La sobrecarga de turistas provocó un daño
irreparable en las lomas, pues se abrieron caminos destruyendo la vegetación,
se dejó basura en diferentes lugares y, además, el ruido causado por la gran
cantidad de visitantes, ahuyentó a la fauna del lugar.
Pese a los contratiempos, las
organizaciones en conjunto y los vecinos que habitan la zona hicieron frente a
esta situación, y desde esa fecha vienen organizándose para que lo ocurrido no
se repita. En ese contexto es que años atrás, vecinos y organizaciones del
territorio interesados en proteger este frágil ecosistema, crearon la
Asociación Circuito Ecoturístico Lomas de Paraíso, la cual viene realizando un
trabajo de largo aliento por el cuidado y la puesta en valor de estos espacios ubicados
en esta zona de Lima.
Así también, desde hace años, otros
grupos vienen luchando por la protección de las lomas, cuyo principal problema de depredación fue el tráfico de tierras, al
que hoy se suma el del turismo de masas. Tenemos fe en que esta responsabilidad
de protección y promoción del cuidado de las Lomas, comprometa e involucre
también a diversas instituciones, sobre todo tomando en consideración que esta
zona ha sido declarada Área de Conservación Regional de Lomas de Lima.
desco Opina - Regional / 24 de
enero de 2020
descoCiudadano
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