El 11 de mayo de 1971 cientos de
familias fueron trasladadas a los arenales de Tablada de Lurín del distrito de
Villa María del Triunfo. Ese día nace Villa El Salvador (VES) gracias al
esfuerzo y lucha de pobladores que acababan de arrancarle al gobierno militar el
derecho de acceso a tierra urbana para edificar allí sus futuras viviendas.
El gobierno del general Juan Velasco
Alvarado pocas semanas antes, había encargado al Ministerio de Vivienda y
Construcción diseñar un gran plan urbano que fuera más allá de la visión de
ciudades dormitorio y proyectara una nueva perspectiva que promoviera una propuesta
de ciudad industrial y autogestionaria.
De este modo, desde el gobierno se diseñó
una propuesta urbana denominada Proyecto
Comunal de Desarrollo Integral que contenía un modelo
territorial que orientaba el desarrollo complementario de tres usos del suelo:
a) zona Industrial/artesanal, b) zona residencial y, c) zona agropecuaria/forestal.
Lo más relevante de la propuesta consistió en la formulación de una estructura
urbana modular a la vez sencilla y homogénea que pudiera brindar apoyo al desarrollo de una organización comunal, además de la optimización del uso de los recursos físicos del territorio que constituirían el patrimonio inicial del asentamiento.
Más
adelante el asentamiento sobre un enorme arenal que antes fuera utilizado como campo de maniobras para paracaidismo del ejército, fue ocupando partes significativas del territorio; así también se fueron conformando no solo los grupos residenciales, sino sus Juntas Directivas Centrales quienes reasignaban los lotes sirviendo de
mecanismo para controlar y evitar la especulación y el acaparamiento de la
tierra. Si algún lote era abandonado, se procedía con el “blanqueo del lote”
como se le denominaba a la acción de recuperación del terreno para la comunidad
a fin de que la Junta Directiva Central decidiera su nueva asignación, de
acuerdo a ciertos criterios que debía cumplir la familia que quería ocupar el
terreno: no poseer lote en otro lugar, contar con familia y asumir el
compromiso de participar y apoyar todas las actividades comunitarias.
El proceso de crecimiento y ocupación del territorio de Villa El Salvador ha respetado en gran parte la traza urbana inicial. Sin
embargo, durante los últimos años, ante la demanda de suelo para vivienda de
las nuevas familias, en un marco de desactivación de las instancias de planificación
y la ausencia de políticas públicas urbanas, algunas franjas destinadas al
parque industrial o a la zona agropecuaria han sido urbanizadas sin seguir la trama urbana original que caracteriza a gran parte del distrito. Esto ha ocasionado que estas zonas carezcan de la calidad urbanística que distingue a Villa El Salvador en la zona planificada. Sin duda la
planificación inicial ha sido muy beneficiosa y ofrece, además, oportunidades
favorables para procesos de mitigación de vulnerabilidades.
El
reto actual para la municipalidad de Villa El Salvador y las familias que
construyen en VES es contar con asistencia técnica que asegure la calidad
constructiva de las viviendas, esto es, aprobar y aplicar normas locales y
procedimientos técnicos que impulsen una cultura de prevención ante los riesgos
físicos a los que está expuesto el territorio por haber construido una ciudad
en el desierto. Para desco resulta
claro que en Villa El Salvador y los barrios de Lima Sur es importante considerar
que las familias no esperan solamente acceso a subsidios del Estado para la
vivienda. Son vecinos conscientes de su responsabilidad que así como pagaron
por sus servicios básicos, están dispuestos a aportar para recibir asistencia
técnica especializada del Estado que mejore la calidad constructiva de sus
viviendas.
Villa El Salvador se ha construido con el aporte de su población y líderes quienes han desarrollado con mucha creatividad alternativas y soluciones urbanas que han producido y gestionado la ciudad popular que hoy cuentan.
Sin embargo, ahí está presente siempre el reto de avanzar hacia una escala de
la intervención distrital, mediante políticas públicas de ámbito local y
sectorial, manteniendo la participación de los representantes de las
organizaciones de la sociedad civil.
A
pocos días del aniversario de este importante distrito limeño, resaltamos los
elementos claves que han permitido convertir a Villa El Salvador en una ciudad
con futuro: la planificación y organización del territorio desde un inicio, sobre
la base de un diseño urbano pensado en la gente. Así como la promoción de la participación y organización comunitaria para gestionar el territorio.
Estos elementos, inexistentes en la mayoría de planteamientos de desarrollo
urbano emprendidos por los sucesivos gobiernos y autoridades municipales en el
país hacen la diferencia. Por ello invitamos una vez más a que las autoridades
y funcionarios del urbanismo y la vivienda revisen experiencias como las de
Villa El Salvador o Huaycán y las consideren para planificar el crecimiento
ordenando de nuestras ciudades con un enfoque de gestión de riesgo de
desastres.
Requerimos
visiones más agresivas y novedosas como las que motivaron el diseño del
Proyecto Comunal de Desarrollo Integral de Villa El Salvador.
desco Opina - Regional / 5 de mayo de 2017
Programa
Urbano
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