El inicio de una nueva
gestión en los gobiernos regionales de Junín y Huancavelica es una oportunidad
para mejorar las relaciones entre grupos sociales importantes, pero también
entre estos y el Estado, permitiendo acciones concertadas para el logro de objetivos
comunes de desarrollo. Sin embargo, esta «oportunidad» no estaría siendo bien
encaminada por las nuevas gestiones y habría, al parecer, un afán de «uso
desmedido» del poder, dejando de lado el cumplimiento de promesas electorales y
de buscar la consecución de metas de beneficio colectivo.
En Huancavelica, se llevó a cabo el proceso de transferencia
en cumplimiento de las disposiciones de la Directiva N° 008-2014-CG/PCOR «Transferencia
de la Gestión Administrativa de los Gobiernos Regionales y Gobierno Locales»,
estableciéndose un cronograma de trasferencia administrativa transparente,
además de proporcionar las facilidades y garantías para un proceso eficiente. A la fecha, se cuenta con un balance de la
gestión anterior que se ha hecho de conocimiento público en una conferencia de
prensa, donde el nuevo presidente regional, refirió que la anterior gestión dejó una deuda de más de doscientos millones de soles (S/
211,823,530) por distintos conceptos, lo que comprometía un 90% del presupuesto
del GORE para el año 2015, por lo que recién el 2016 se podrían emprender las
obras prometidas por él en la campaña.
Aprovechando la
normativa que fija el procedimiento y los formatos para establecer las
lecciones y logros alcanzados del período 2011-2014, la gestión entrante impulsó
una de sus primeras acciones positivas: la promoción del programa «Familia en
Llaccta Saludable» para familias vulnerables de la región, con un enfoque
multidimensional, lo que constituye una estrategia acertada y oportuna para las
necesidades de este territorio. Sin
embargo, la reciente sentencia cuya aplicación inhabilitaría al nuevo presidente regional para ejercer sus funciones por un periodo de dos años, debilita los
inicios de su gestión. La sentencia ha sido apelada y ahora está en la sala
penal de apelaciones de la corte superior de justicia de Huancavelica, pero
representa un escollo pues el presidente debe dedicar su tiempo y energías para
tratar de salir bien librado, en un asunto central en la percepción del
electorado.
En Junín, el proceso de transferencia no se realizó en el
plazo establecido, lo que motivó al nuevo presidente regional a adoptar
el gesto mediático de instalar su despacho en la puerta de la sede del GORE. La
gestión saliente señaló que el proceso de transferencia no culminó por que los
representantes de la nueva administración no aceptaron un documento firmado por
el gerente general, lo cual fue tomado como un «acto poco serio» por parte de la
nueva autoridad. Finalmente, el proceso de transferencia concluyó el día lunes
5 de enero.
Los primeros pasos de la
gestión actual en Junín se iniciaron con la elección del gerente regional y los responsables de los sectores que dependen del GORE, acciones
que vienen siendo cuestionadas por la prensa local debido a la
designación de asesores y funcionarios con antecedentes cuestionables y el
anuncio por parte del presidente, de la creación de una oficina de coordinación eclesiástica,
con la misión de coordinar las actividades sociales de las distintas iglesias
presentes en la región. Siendo necesario fomentar el diálogo intercultural y
ecuménico en beneficio de algunos sectores y de la democracia en general. Sin
embargo, esta oficina no tiene un norte definido y no responde a una necesidad
prioritaria para la región, además de no contar con una línea de base que
indique el inicio de su gestión y bajo qué enfoque va a trabajar.
Habría que tener
presente que, en las dos regiones, la promesa electoral de designar a los
funcionarios en base a sus méritos no ha sido cumplida, y los procesos
participativos a nivel de gobierno regional son fragmentarios, siendo la
vigilancia ciudadana y otros mecanismos de participación ciudadana poco eficientes.
En este contexto, los presidentes regionales de Junín y Huancavelica han
iniciado reuniones y gestiones con el gobierno central, aprovechando la
convocatoria que el Ejecutivo realizó en el marco de los primeros acercamientos con los gobiernos subnacionales electos recientemente.
Cabe señalar, por otro
lado, la existencia de estrategias articuladas para afrontar la pobreza que
persiste en Huancavelica (54.6%) y Junín (24.1%), a través de programas
interregionales impulsados desde la mancomunidad regional de los andes. Estos
deben promover la reducción de tales niveles de pobreza y desnutrición crónica,
así como mejorar la conectividad del territorio para fortalecer los corredores
económicos; gestionando con enfoque eco-sistémico los recursos naturales en las
cuencas y fortaleciendo capacidades institucionales. En Huancavelica, el GORE
tuvo un rol facilitador y promotor de diversas intervenciones orientadas a la
disminución de la desnutrición infantil; en Junín se emprendieron inversiones en
grandes proyectos de infraestructura y políticas en salud, aunque con problemas
administrativos. Es tarea de los nuevos
gobernantes auditar y revisar a sus antecesores, pero también continuar con las
iniciativas que redundaron en beneficio de sus regiones, sin restar injustamente
los méritos de anteriores gestiones y sin caer en el «borrón y cuenta nueva».
desco Opina - Regional / 23 de enero de
2015
Programa
Sierra Centro
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