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¿En verdad estamos creciendo?

desco Opina - Regional / 11 de setiembre de 2009

En el primer trimestre del año el Ministerio de Salud lanzó la campaña «estrellitas nutricionales». Como era de esperarse, las críticas empezaron a formularse desde todos los sectores políticos, por lo inconveniente del nombre y su similitud con el símbolo del partido gobernante. Sin embargo, esa observable circunstancia no debe poner de lado el hecho de que el referido proyecto se inscribe en las acciones llevadas a cabo por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo de la Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Es decir, más allá de lo anecdótico, lo que debe remarcarse es que en estos tres años de gobierno aprista algo se ha avanzando en las metas sobre reducción de la desnutrición crónica infantil, aun cuando todavía se manifiestan algunos sesgos y brechas que, sin duda, afectan el cumplimiento de los resultados esperados.

Según la Encuesta Nacional Demográfica y de Salud Familiar ENDES, del 2008, que toma como referencia el patrón de la NCHS/CDC/OMS - 1977, habría ocurrido una reducción en la prevalencia de la desnutrición crónica infantil en el ámbito nacional de 2,6 % en el periodo comprendido entre el 2005 (24.1 %) al 2008 (21.5 %). Pese a que este avance es esperanzador, no debemos olvidar que las cifras correspondientes a las zonas rurales de la selva central siguen siendo alarmantes, ya que la desnutrición crónica infantil afecta a más de la tercera parte de las niñas y niños (36 %).

Así, la Estrategia Nacional CRECER es, sin duda, un gran avance por ser una intervención articulada de entidades publicas y privadas, cuyas actividades y esfuerzos se encuentran vinculadas en la lucha contra la pobreza y la desnutrición crónica infantil, teniendo una fortaleza especial en la implementación de los Programas Presupuestales Estratégicos del Presupuesto por Resultados, en donde la lucha contra la desnutrición tiene prioridad.

A la fecha, son 20 gobiernos regionales, incluyendo las regiones de la selva central que cuentan con dispositivos legales y planes de desarrollo para alcanzar la meta de reducción de la desnutrición. A pesar de ello, en gran parte de las comunidades nativas y anexos de la selva central, no se evidencia la presencia de los gestores del desarrollo social, que son parte importante de la Estrategia y que, según esta, son personas capacitadas que ayudarían a la población a identificar problemas y hallar soluciones acorde a las potencialidades de su localidad.

Entonces, no basta con repartir alimentos o dinero, condicionando con ello la participación de la población en la Estrategia intentando así que, de alguna manera, los niños asistan al colegio, que los lleven a los controles de peso y talla, que tengan su DNI, etc., sin explicar a la población la trascendencia de estas actividades para el desarrollo familiar, de la comunidad y del país. La importancia de concientizar sobre los beneficios de una vida saludable, asegura que la población se preocupe sobre su salud y nutrición, generando así cambios en su comportamiento y la adopción de prácticas saludables que serán sostenibles en el tiempo.

Sin embargo, el gobierno gasta miles de soles en publicidad, que lo único que muestra a la población son las actividades realizadas, a manera de logros políticos, mas no la razón por la cual se llevan a cabo. Todo esto, nos da a entender que el gobierno conceptualiza a la población como un ente pasivo, no involucrándolo en la preocupación ni en la solución, prestando poco interés para generar conciencia sobre la gravedad de la desnutrición y sus consecuencias.

Por otro lado, consideramos importante mencionar que las cifras oficiales sobre la prevalencia de la desnutrición crónica infantil, deberían ajustarse a los nuevos patrones de crecimiento infantil de la Organización Mundial de la Salud OMS - 2006, que nos mostraría quela verdadera reducción al 2008 sería de tan sólo 0.5 %, y la cifra para las zonas rurales de la selva central aumentaría considerablemente de 36 % a 44.3 %, ya que el nuevo patrón de crecimiento de la OMS, nos describe cómo deben crecer los niños (con una nutrición y hábitos adecuados, en un ambiente saludable), en lugar del patrón actualmente utilizado, que sólo se basa en cómo crecen los niños sin tomar en cuenta sus hábitos o el medio que los rodea.

A pesar de los esfuerzos que se hagan, puede concluirse en un nuevo fracaso si todos los sectores del gobierno y de la sociedad civil no reafirman un compromiso firme e innegable en establecer como prioridad nacional, la disminución de la desnutrición crónica infantil, y siendo optimistas en un futuro no muy lejano, su erradicación.

desco Opina - Regional / 11 de setiembre de 2009
Programa Selva Central
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