El
pasado 8 de mayo se realizó el seminario “Voces
desde las regiones en defensa de la democracia”, congregando a
colectivos y coordinaciones de la sociedad civil de siete regiones del país, La
libertad, Cajamarca, Áncash y Piura por la macrorregión Norte; y Apurímac,
Cusco y Arequipa de la macrorregión Sur. A lo largo del 2024 realizaron foros
para analizar y generar respuestas frente a la profundización de la crisis
política y la precarización de la democracia en el país, logrando formular
agendas regionales que se expusieron durante el seminario. Estas iniciativas fueron
estimuladas por la ejecución del proyecto Perú
Conversa promovido por Idea Internacional en alianza con ONG
locales, implementándose en 15 regiones.
El
deterioro de la democracia tiene como componente central la crisis de los
partidos políticos y el sistema de representación que se expresa también en la
debilidad de las organizaciones sociales y, particularmente, en las
organizaciones gremiales sindicales, poblacionales y rurales.
Esfuerzos
de articulación de la sociedad civil se han realizado en distintos momentos a
través de convocatorias a reuniones descentralizadas como el Acuerdo Nacional las cuales
resultaron irrelevantes por la ausencia de iniciativas o acciones frente a la
crisis, mostrando una disminuida capacidad de convocatoria. De otro lado, se
establecieron articulaciones como la Coalición Ciudadana, integrada por
alrededor de 300 instituciones con el propósito de recuperar la política para
la ciudadanía; y la Plataforma Democrática como espacio de concertación frente
a la ofensiva autoritaria. Ambas instancias han emitido reiterados
pronunciamientos con una muy limitada incidencia, pues el Congreso y el
Ejecutivo mantienen invariable el curso de aprobación de leyes que modifican o
vulneran la Constitución y nuestra democracia representativa. El actual
Congreso tiene el claro objetivo de asegurar su consolidación en el poder en el
proceso electoral convocado para el 2026.
En un
contexto desfavorable para el país representan un esfuerzo valioso las
iniciativas de articulación, concertación y encuentro realizadas desde la
sociedad civil, con el propósito de formular alternativas y respuestas ante el
agravamiento de la crisis política y la ofensiva conservadora que, a través de
la alianza entre el Gobierno y el Congreso, está administrando el Estado con el
fin de mantener sus intereses y el poder.
Las
agendas formuladas tienen múltiples coincidencias en la demanda por una
modificación del rol que tiene hoy el Estado, el cual ha fracasado en la
prestación de los servicios básicos de salud y educación, o en la dotación de empleo
digno para los miles de jóvenes que anualmente se incorporan al mercado laboral.
Pero también comparten la exigencia por incorporar prácticas de transparencia
en la gestión pública, que solo será posible con una auténtica participación
ciudadana en la gestión del territorio, priorizando la sostenibilidad
ambiental, una economía inclusiva y la superación de las brechas territoriales
y sociales que afectan con especial énfasis a las mujeres y jóvenes. En suma,
son un conjunto de planteamientos que podrían ser base de un programa de
reformas a ser encaradas con urgencia por el próximo Parlamento. Decimos
próximo, porque de este no se puede esperar nada.
Pese
a estos esfuerzos, aflora aún un vacío de liderazgos políticos capaces de
articular el descontento y la frustración ciudadana, y movilizar a la población
más allá del espontaneísmo y las buenas intenciones de sectores que frente a la
precarización de la vida, muestran su rechazo permanente a la coalición
autoritaria que ejercer el poder. Así, el escenario de fractura y la crisis de
representación con la atomización y
abundancia de “partidos políticos”, representan el gran reto para las
fuerzas democráticas que buscan revertir el rumbo hacia la inviabilidad del
país.
desco Opina – Regional / 23 de
mayo del 2025
descosur
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