lunes

Caminar derecho (siendo de izquierda)

Acaba de oficializarse la renuncia de Omar Chehade a la megacomisión para investigar los actos de corrupción del gobierno de Alan García, el mismo régimen que nos regaló la palabra ‘faenón’. Sin duda se trata de un hecho paradójico, pues el flamante vicepresidente –hombre identificado con la lucha contra la corrupción– hoy es motivo de sospecha por dos supuestos arreglos bajo la mesa, ambos comprometedores, que involucrarían a dos importantes empresas y, de paso, al gobierno de Alan García en la figura del ex ministro Cornejo. De esta manera, a menos de noventa días del gobierno de Ollanta Humala, se ha producido su crisis política más importante. Lo cual impone una decisión sin alternativas: los hechos bajo sospecha deben ser investigados con celeridad y transparencia.

Por otro lado, el escándalo político le ha dado un caramelo a la oposición al régimen, una oposición que no existe en forma articulada en el actual Congreso y que no ha sido capaz de proponer temas sólidos en agenda. Al mismo tiempo, los bautizados «comeoros» y «robacables» han desgastado aún más la credibilidad en el Parlamento como un todo. Esto hace que la opinión pública confunda y ponga en el mismo saco a las figuras gobiernistas con los casi candorosos intentos, por ejemplo, de Kenyi Fujimori cuando trata de balbucear algo contra el gobierno. Así, ante la falta de ideas, ahora a la oposición parlamentaria le cae muy bien colgarse de las denuncias mediáticas, encontrando en ellas, recién algo sustancioso para su agenda.

Otra paradoja: en política también «negocios son negocios». La frase vendría a colación de ser cierto que seguiría dándose la vieja práctica del lobby con almuerzo incluido. De ser así, entonces los «faenones» y las componendas con el poder serían la regla y no la excepción.

Varias preguntas –como estas– persisten: ¿Empezarán los medios a diferenciar la paja del trigo en las denuncias actuales? Nada parece más incierto. Su sospecha sobre el gobierno será perenne y parece que no disminuirá su tendencia a gritar «¡lobo!» ante cada hecho que puedan «levantar» contra el gobierno. Ya se vio con el caso de la Ministra García Naranjo, donde varios se lanzaron a proponer la interpelación, con escaso criterio. Como señala Gustavo Gorriti, nada tiene que ver el pataleo con la preocupación por el bien común.

¿Debilita esta crisis al gobierno de forma decisiva? Todo parece indicar que no. Es interesante notar en el caso de la titular del MIMDES, cómo éste habría generado una especie de «división productiva» al interior del gobierno. Y se refleja en el hecho de que figuras como Javier Diez Canseco toman fuerza y, junto a otras figuras públicas como Avelino Guillén, proponen el derrotero de la acción del gobierno.

En medio de todo este panorama, la reacción del presidente ha sido cauta. Y esto, porque todavía hay mucho espacio para asumir gestos y tomar las medidas necesarias, de manera que su imagen de honestidad no se despinte. Entre tanto, para los opositores de la izquierda, cuando un gobierno de derecha es corrupto, se plantea un problema de «eficiencia» de las instituciones. Pero, cuando algo se denuncia en un gobierno que no es de derecha, entonces se trata de una honda fractura en la moral del Ejecutivo. Lo cual nos lleva a una especie de moraleja: aprender a separar lo importante de lo accesorio y exigir tanto rigor contra la corrupción como en quienes buscan satisfacer sus agendas particulares.
desco Opina / 28 de octubre de 2011
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viernes

De la selva, su vergüenza

Desde hace varias semanas las noticias periodísticas avergüenzan a los ciudadanos de la selva central. Los dos congresistas que recibieron mayor respaldo electoral tanto en la selva de Junín (provincias de Satipo y Chanchamayo) como en Pasco (provincia de Oxapampa) tienen serias denuncias. La Procuraduría del Jurado Nacional de Elecciones denunció penalmente al legislador Federico Pariona Galindo de Fuerza 2011 por haber consignado información falsa en su hoja de vida. Y el congresista, también de Fuerza 2011, Néstor Valqui Matos habría sido sentenciado por proxenetismo y sería dueño de uno de los centros de diversión más grandes y concurridos de Yanacancha, Pasco. De ambas denuncias tal vez el caso que más incomoda a la población es el de Valqui, porque la denuncia contra Pariona, sin dejar de ser censurable es vista como la consecuencia de una «criollada» mal hecha.

La naturaleza de los respaldos electorales ha sido distinta: Pariona es natural y residente de la selva de Junín (Satipo), por lo que concentró su mayor esfuerzo en captar los votos de sus vecinos de realidades y problemáticas. Por otro lado, el congresista Valqui, sin ser natural o residente de Oxapampa, realizó una campaña proselitista cuya inversión en manejo de imagen del buen ciudadano conquistó el respaldo de los electores de la selva, concentrado principalmente en los distritos de Villa Rica y Oxapampa. Por ello los comentarios de hombres y mujeres sobre el ocultamiento de la sentencia por proxenetismo no es sólo vista como una manipulación de la imagen que los llevó a una mala decisión electoral, sino como una estafa que los ha llevado al infortunio y a la vergüenza.

El proxenetismo es un delito sensible para muchas familias de la selva peruana porque han sido testigos directos o indirectos de denuncias por tráfico de personas de sus comunidades para la explotación sexual en ciudades y campamentos mineros de diversos puntos del país. En la selva central, sobre todo a nivel de las etnias nativas, existen denuncias de desapariciones de niñas y adolescentes, que no son ni serán resueltas. Sin embargo, por la inacción de autoridades se transforman en riquezas para los bolsillos de los inescrupulosos. Es común que en ciudades de la sierra central como Huancayo, La Oroya y Tarma se promocionen burdeles, bares y centros nocturnos con la atención de lindas «ñañitas de la selva», promoción que no es investigada por fiscales ni autoridades policiales, con lo cual este tipo de comercio se mantiene sólido y en crecimiento, a pesar de que en muchas ocasiones existe esclavitud demostrada.

Las provincias de la selva central promocionan sus atractivos naturales como productos turísticos, tratando de desprenderse de la posibilidad de convertirse en destinos de turismo sexual, imagen que lamentablemente afecta a algunas de las ciudades de la selva del oriente peruano. Por otro lado, hay que reconocer que desde las autoridades locales poco o nada se ha hecho para luchar contra ese estigma que mantiene la errada imagen de que las mujeres de la selva tienen «una exacerbada apetencia y reducida inhibición sexual», lo que las convierte en apetecibles productos para el placer carnal. Mito que se extiende hasta creer que todas las mujeres, sobre todo las adolescentes y jóvenes, están dispuestas a regalar o vender sus cuerpos por necesidad, o porque tras una iniciación sexual temprana, se convierte en algo común.

Antes, erraron en la selección de sus candidatos, hoy ninguna voz de la selva central –incluidos los que le dieron sus votos– manifestará incomodidad alguna si el mencionado congresista fuera finalmente desaforado del Parlamento, e impedido de por vida para ocupar cargo público alguno, ya que su sola presencia en el hemiciclo humilla a todas las mujeres en general.

Tanto Pariona como Valqui, integran la lista de 12 congresistas denunciados alcanzada por el Ministerio Público a la Mesa Directiva del Congreso. Sin embargo, la cifra se queda corta, pues hay otros 29 padres de la patria que tienen en su haber procesos judiciales pendientes. Esto nos lleva a una reflexión final respecto a los filtros para la evaluación y selección de candidatos, donde la responsabilidad principal recae en la debilidad de los partidos políticos que los acogen; y luego, a la definición de mecanismos de fiscalización más rigurosos que deberían ser impuestos –vía reforma de leyes electorales si fuera necesario– por los organismos competentes en estos procesos.
desco Opina - Regional / 21 de octubre de 2011
Programa Selva Central

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lunes

El nuevo «cerco» a Ollanta Humala

Cumplidos dos meses y medio del gobierno de Ollanta Humala, los puntos en los que la agenda oficialista ha tenido avance más considerable han sido el establecimiento del gravamen minero y la Ley de Consulta Previa, aprobada en el Congreso de la República. Sin embargo, ambos son logros mediatizados, el primero por el cálculo real de la cifra que percibiría el Estado, bastante menor a la señalada por el Primer Ministro, el segundo por el anuncio de la reducción, a seis meses, del plazo mínimo para la realización de estudios de impacto ambiental-EIA en inversiones extractivas, lo que resulta contradictorio no sólo con el principio de «plazo razonable» que se contempla en la Ley de Consulta Previa, sino con la realidad de asimetría y poca credibilidad que ha caracterizado los EIA, y que ha sido fuente de numerosos conflictos sociales en los últimos años.

Aunque se trata de pasos contradictorios en un gobierno con alta expectativa respecto a un viraje en las relaciones entre la gran inversión y el Estado, no se percibe que hayan provocado aún fisuras de consideración entre quienes respaldan a Humala. En este sentido, el planteamiento de la «gradualidad de los cambios» muestra aún capacidad de sostener las alianzas sociales del oficialismo, cohesión a la que en buena medida aportan los medios de comunicación antigobiernistas con sus ataques selectivos: primero Ricardo Soberón, jefe de DEVIDA, luego la titular de Mujer y Desarrollo social, Aída García Naranjo, en lo que constituye la primera crisis ministerial de Gana Perú. En tanto, el cuestionamiento de las organizaciones de derechos humanos a Daniel Mora, ministro de Defensa, por sus declaraciones sobre un «punto final» a los juicios de derechos humanos, ha pasado inadvertida para el grueso de la opinión pública, y forma parte de una guerra sorda que empezó apenas iniciado este gobierno.

La presión mediática sobre García Naranjo y Soberón es sólo una cara de la moneda de la relación entre oposición y oficialismo. Esta presión sobre integrantes del gobierno provenientes de la izquierda o próximos a grupos con agendas consideradas radicales –como los cocaleros–, proviene en el primer caso del fujimorismo y del aprismo, y en el segundo caso de medios ultra-conservadores y del descompuesto aparato de inteligencia montesinista. Si bien no han encontrado respaldo real en los grupos de poder económico –con quienes Humala vive aún una inesperada «luna de miel»– sí han minado considerablemente el perfil izquierdo del gobierno, para provecho, entre otros, de un sector «duro» del nacionalismo –descontento con la cesión de un ministerio «social»–.

En cualquier caso, por ahora ganan quienes mediante una actitud «flexible», hasta complaciente frente a Humala, pretenden continuar avanzando por la política económica , que es el flanco que el mandatario cedió con su «Hoja de Ruta». Esperamos que este nuevo «cerco» sobre Humala –muy distinto al denunciado en las elecciones– encuentre pronto su tope, de modo que se cumpla con las expectativas de cambio que llevaron a Gana Perú, del fondo de las encuestas, a Palacio de Gobierno.

desco Opina / 17 de octubre de 2011
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viernes

Mancomunidades municipales: Forjando la Macro Región Sur

Como resultado de la III Cumbre de Alcaldes de la Macro Región Sur, que en julio de este año reunió a diversos alcaldes distritales y provinciales de Apurímac, Cusco, Madre de Dios, Moquegua, Tacna, Puno y Arequipa, se decidió aprobar la conformación de la Mancomunidad Municipal de la Macro Región Sur, y se inició, mediante una junta de coordinación, la preparación del expediente para lograr su registro ante la Presidencia del Consejo de Ministros. ¿Esta iniciativa contribuirá a fortalecer el proceso de integración macro regional?

La mancomunidad municipal es un mecanismo mediante el cual los gobiernos locales pueden articular sus recursos y capacidades para la prestación de servicios y ejecutar proyectos de manera conjunta, con el objetivo de promover el desarrollo económico local, la participación ciudadana e incrementar la calidad de los servicios públicos. De las 73 mancomunidades reconocidas oficialmente hasta junio de este año, 30 pertenecen a la Macro Región Sur. A nivel de articulación interregional, se cuenta con dos referentes: la Mancomunidad Asociativa del Valle del río Apurímac y el Ene-AMUVRAE que desde 2008 reúne a 13 municipalidades distritales de Ayacucho, Cusco y Junín y la Mancomunidad Municipal «Por las rutas de integración de Lonccos y Puquinas», de reciente conformación, que congrega a 17 municipalidades distritales arequipeñas y a la municipalidad provincial de Sánchez Cerro, de Moquegua.

Durante el periodo 2008–2009 se conformaron 14 mancomunidades, y este proceso se detuvo en el 2010, año en el que se registró apenas una mancomunidad debido a la discusión del reglamento de la ley que las regula (Ley 29029, de 2007), la culminación del periodo de gobierno municipal y al proceso electoral. Con las nuevas autoridades municipales se retomó este proceso y, por ello, se tienen registradas 15 mancomunidades en lo que va del presente año.

A nivel regional, Puno y Apurímac encabezan la lista en cuanto al número de mancomunidades con diez y nueve mancomunidades respectivamente. En el Cusco se albergan siete de ellas y en Arequipa sólo dos. Con excepción de la Mancomunidad Willkamayu, que agrupa a cuatro provincias cusqueñas, la mayoría de estas articulaciones se ha producido a nivel de distritos, involucrando casi siempre municipios rurales de escasos recursos económicos ubicados en una misma cuenca hidrográfica. Uno de los objetivos en la mayoría de estas instancias es lograr una mejor articulación vial, mediante proyectos de construcción, mejoramiento y mantenimiento de vías de acceso, que ayuden a dinamizar las economías locales.

Si bien la ley señala que la mancomunidad se define como un mecanismo de articulación de recursos y capacidades para proveer de mejores servicios y ejecutar proyectos conjuntos, estas se entienden también como plataformas para visibilizar demandas y entrar en diálogo con otros actores del territorio implicados en los problemas del desarrollo. Las mancomunidades son también espacios políticos de agregación de intereses, a partir de la definición de agendas de mayor escala, y en este sentido son muy significativas en la construcción de procesos de identidad territorial. En el caso de la Mancomunidad de la Macro Región Sur, esta agenda considera, entre otros puntos, la situación de la región frente a megaproyectos como el Gaseoducto Sur Andino y la Carretera Interoceánica Sur y programas postergados en el anterior gobierno, como «Sierra exportadora».

Creemos que para aportar a un proceso de integración macro regional es necesario además fortalecer los procesos de comunicación, información y sensibilización de la población que permita construir un imaginario colectivo y fomentar un sentido de pertenencia a la Macro Región Sur. En este sentido, uno de los principales retos radica en la superación de los conflictos existentes entre las regiones por la demarcación territorial y la gestión de los recursos naturales.

Mancomunidades Municipales en la Región Macro Sur- junio 2011
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desco Opina - Regional / 7 de octubre de 2011
Programa Regional Sur

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